Mostrando entradas con la etiqueta familia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta familia. Mostrar todas las entradas

sábado, 3 de marzo de 2012

El Psoe contra la familia

Un matrimonio detenido por castigar a su hija sin salir de casa

El PSOE quería llenar nuestros hogares de pequeños Pávlik y lo está consiguiendo

Sab 3·3·2012 8:42  
Ayer fue noticia el arresto de un matrimonio de Úbeda (Jaén) por castigar a su hija de 16 sin salir de casa. En el colmo del surrealismo, los padres, tras ser denunciados por la niña, están acusados de un posible delito de detención ilegal. Ante esto ha venido a la memoria el caso de Pável Trofímovich Morózov, conocido popularmente como Pávlik, niño soviético que se hizo famoso por haber denunciado a su padre, provocando su ejecución.
La propaganda totalitaria para minar la autoridad de los padres
La historia de Pávlik es muy confusa, empezando por el motivo de su muerte. La propaganda soviética difundió distintas versiones -algunas contradictorias- sobre las circunstancias en que fue asesinado ese niño de 13 años, pero todas las versiones tenían en común la atribución a su familia del asesinato del pequeño chivato en represalia por denunciar a su padre. Investigaciones más recientes han apuntado que las distintas historias oficiales difundidas a lo largo y ancho de la URSS sobre el pequeño Pávlik no eran más que patrañas, y es casi seguro que ningún familiar suyo tuvo nada que ver con su asesinato. Lo que es evidente es que la dictadura comunista utilizó el mito del pequeño Pávlik para quebrantar la obediencia filial y con ella la patria potestad: los niños sólo debían obediencia al Estado. El motivo de esta estrategia es evidente: las familias son las primeras educadoras de los niños, y precisamente por eso todos los regímenes totalitarios han buscado arrebatar a los hijos de la autoridad paterna. El adoctrinamiento totalitario de la infancia ha requerido siempre el apartamiento de los niños de sus familias e incluso las medidas para enfrentarles con ellas. Esa ingeniería social se dio en su grado máximo, de hecho, en las dos mayores y más nefastas franquicias ideológicas del socialismo: el comunismo y el nacional-socialismo.
La oculta intención de la campaña socialista sobre el cachete
Por si alguien se piensa que esa forma de ingeniería social sólo ocurrió en férreas dictaduras, hay que decir que otras franquicias del socialismo aparentemente democráticas también han utilizado la propaganda más burda para minar la autoridad de los padres, por ejemplo en España. En diciembre de 2007 el PSOE y sus aliados de izquierda modificaron el Artículo 154 del Código Civil. Los medios lo presentaron como la prohibición del cachete, y algún medio afín al gobierno socialista llegó a acusar a los que votaron contra la reforma de ser “defensores del bofetón”. El caso es que en la segunda línea de dicho artículo, referida a la patria potestad, se matizó que habría de ejercerse hacia los hijos “con respeto a su integridad física y psicológica”. Esto bastaba para prohibir los maltratos físicos, pero el PSOE y sus aliados, bajo el señuelo del cachete, añadieron otra modificación a ese artículo, cuyas últimas líneas tenían hasta entonces la siguiente redacción:
“Si los hijos tuvieren suficiente juicio deberán ser oídos siempre antes de adoptar decisiones que les afecten. Los padres podrán en el ejercicio de su potestad recabar el auxilio de la autoridad. Podrán también corregir razonable y moderadamente a los hijos.
La parte que he señalado en negrita fue suprimida con aquella reforma. Es decir, que la izquierda parlamentaria no sólo quería prohibir los maltratos físicos a los hijos -un fin muy loable pero que, insisto, quedaba cubierto con la mención a la integridad de los hijos-: además, aprovecharon para minar la autoridad de los padres y negarles incluso la posibilidad de corregir a sus hijos. La campaña del cachete fue una de las mayores estrategias de manipulación llevadas a cabo durante el mandato de Zapatero, campaña que tenía como fin ocultar uno de los aspectos de mayor calado del proyecto de ingeniería social del PSOE. Ahora podemos ver las consecuencias de aquella reforma ocultada a la opinión pública.
Un proyecto ideológico para enfrentar a hijos y padres
Hay que decir que ese ataque a la autoridad de los padres no fue algo aislado durante el mandato de Zapatero. La asignatura de “Educación para la Ciudadanía” fue uno de los mayores episodios de ingeniería social de nuestra democracia, una materia hecha con el fin de adoctrinar obligatoriamente a los escolares sin contar con la opinión de sus padres y violando el derecho constitucional de éstos a decidir la formación moral y religiosa que desean para sus hijos, un derecho amparado por el Artículo 27 de la Constitución. Recordemos, así mismo, las escandalosas declaraciones del ideólogo del PSOE Gregorio Peces-Barba afirmando que “los padres no se han preocupado nunca de la educación de los hijos”, tras ser preguntado por el antes mencionado derecho que ampara el Art.27 de la Constitución. Recordemos, también, las declaraciones de un dirigente socialista gallego afirmando que los padres “no están capacitados para opinar” sobre la educación de sus hijos, ante una encuesta entre las familias sobre la lengua de escolarización que dio resultados que no eran del agrado del PSOE. Tampoco hay que olvidar la disparatada propuesta del Ministro socialista Valeriano Gómez a favor de escolarizar obligatoriamente a los recién nacidos (¿será que los socialistas tienen miedo de que los niños de esa edad escapen también al control del Estado?).
Ante los efectos que han tenido esos proyectos de ingeniería social puestos en marcha por el PSOE para conseguir que el Estado invada la intimidad familiar, minar la autoridad de los padres y situar cada vez más a los hijos bajo el control estatal, cabe preguntarse qué piensa hacer el gobierno de Rajoy. ¿Va a dejar todo tal como lo dejó Zapatero, o va a cumplir su promesa de cambio? Cierto es que España vive una grave crisis económica, pero no menos grave es la crisis de valores, que tanto han contribuido a agravar los infames proyectos ideológicos de los socialistas. Ante esas agresiones contra la patria potestad, no hacer nada es lo mismo que ponerse del lado de los autores de esos proyectos de ingeniería social.

 outono.net/elentir/2012/03/03/el-psoe-queria-llenar-nuestros-hogares-de-pequenos-pavlik-y-lo-esta-consiguiendo

jueves, 28 de abril de 2011

Familia

Tener hijos es lo que da sentido a la vida. Ya sé que hay personas que no los pueden o quieren tener y viven felices. Se vuelcan en sus sobrinos o ahijados, o en sus mascotas. El caso es que todos necesitamos un proyecto de futuro: alguien a quien cuidar y de quien preocuparnos hasta que sea adulto por lo menos; una continuidad para nuestro proyecto vital. Eso lo saben muy bien en las sociedades poco desarrolladas. Sin embargo, cuanta más tecnología tiene un país, más se tiende a olvidar lo único importante. Llenamos el día de actividades ineludibles y otras que no lo son tanto. La televisión y el ordenador o el móvil nos ayudan a estar ocupados y no pensar. De ese modo, perdemos de vista cuáles son nuestros objetivos. La vida sólo tiene sentido con alguien con quien compartirla y a quien dedicar todos nuestros esfuerzos.

Me temo que no estoy tan inspirada últimamente... ¿Cómo explicar algo que no necesita explicación?. Cualquier que tenga hijos lo podría hacer mejor que yo. Asistir al nacimiento de una nueva vida, verle reconocer el mundo, aprender a manejarse,, hasta hacerse independiente; justifica por sí solo todo el tiempo y la dedicación que implica. No hay otro tema u otra profesión más importante en la vida. El objetivo de perpetuar la especie es, naturalmente, algo básico en todo ser vivo. Y el argumento de que el planeta está sobrepoblado sólo se aplica en algunas zonas. Pero, aunque así fuera, tener descendencia y consagrarle toda nuestra ilusión sigue siendo, ahora y siempre, con o sin desarrollo material, el fin principal de la existencia de todo ser humano, y la fuente de nuestra felicidad.

lunes, 25 de abril de 2011

El vacío

El cuaderno en blanco me mira con ojos de burla. cada uno de sus cuadraditos parece enfocar hacia mi persona. Se preguntan cómo es posible que hayamos pasado tantas horas juntos y ahora sea incapaz de dar a luz unas líneas. Así que, me he armado de valor y, bolígrafo en mano, he decidido volver a intentarlo, en nombre de los más de mil post, de mis siete libros y de tantos días de inspiración, que ya pertenecen al pasado. No puedo escribir, por la misma razón por la que ya no tengo fuerzas para salir o hacer las cosas habituales de cada día. Estoy deprimida. No sé si por una razón en concreto o porque sí. Sospecho que alguna parte de mi cerebro se ha rebelado y se ha declarado en huelga ante tanta introspección y auto reflexión. El caso es que estoy anclada al cuaderno sin saber, por una vez, exactamente qué quiero decir.

Lo bueno de tocar fondo es que sólo puedes ir hacia arriba, o al menos eso es lo que yo me repito a mí misma cada día para no dejarme ir otra vez hacia el abismo. Estoy con medicación, aunque me avergüence reconocerlo. Yo , más que nadie, creo que debería haber sido capaz de salir de este agujero por mis propios medios. Si no es así, vaya una consejera que estoy hecha. Pero no me rindo. Me aferro a mi familia, a mis clases de francés y, sobretodo a mi religión. Un desequilibrio químico no va a poder conmigo. Así que espero que éste sea el primer post de una larga serie. Que tenga para aburriros y para publicar otro libro más. Que el cuaderno no se quede sobre la mesa recordándome que mis intenciones se convirtieron en humo. Quiero encontrar la salida de este laberinto cuanto antes.

miércoles, 6 de abril de 2011

El deber de ser felices

Me ha impresionado la película Encontrarás dragones. Es muy recomendable para cualquiera. Después estuve viendo el programa religioso de la Dos que ponen los domingos y había una entrevista con el cocinero de las Mañanas de la Uno. Resultó ser una persona cristiana muy positiva y se me quedó grabada sobretodo la idea que transmitía de que todos tenemos la obligación de ser felices. Algo que yo, desgraciadamente, no suelo cumplir. Pero, es cierto que nuestro estado de ánimo influye mucho en nuestro entorno y, especialmente, en la familia. Yo lo noto cuando tengo una mala racha, en que mis hijas se ven más decaídas, con menos entusiasmo para ir al colegio, estudiar o, incluso, salir. Y eso me hace sentirme peor, porque sé que es en parte mi culpa, porque yo he creado ese ambiente en la casa.

Aunque no me vea con fuerzas, yo sigo siendo uno de los pilares de esta familia y, cuando yo me vengo abajo, toda la estructura se tambalea. Si además resulta que mi único objetivo en la vida consiste en cuidar de los míos, no tiene sentido que descuide lo más importante, que es su felicidad. Este tema yo creo que los del Opus Dei lo tienen muy logrado. El entusiasmo es su principal característica, por lo que yo he podido ver. Pero, como yo no llego a esos niveles de fe y compromiso, algunos días me siento como si estuviera corriendo una maratón conmigo misma, intentando convencerme de que debo ser feliz aquí y ahora. Es un esfuerzo agotador por momentos. A ratos tiro la toalla, pero la vuelvo a recoger, porque sé que es cierto que todos somos responsables de nuestra felicidad y de la ajena.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Amar a los enemigos

Probablemente es lo más duro que pide Jesucristo durante su predicación. Porque si amas sólo a los que te quieren, ¿qué mérito tienes? Eso lo hace todo el mundo. Pero aprender a apreciar a aquellos que te perjudican intencionadamente es otra historia. Para eso hay que ejercer una capacidad de empatía impresionante, buscar lo que te puede atraer de esa personas y las razones por las que deberías simpatizar con ella o al menos comprenderla. Es todo un esfuerzo de voluntad. Resulta más fácil con los familiares porque, al fin y al cabo, hay más posibilidades de encontrar algo positivo que camufle los datos negativos que se tienen. Cuanto más se conoce a alguien es más fácil justificarlo.

Pero cuando se trata de alguien poco conocido, de quien sólo se tienen unos cuantos datos dispersos, o cuando resulta ser una persona pública de cuya vida privada apenas se sabe nada, la cosa se complica. Resulta triste, pero realmente es más fácil justificar a alguien cuando descubres que tiene alguna desgracia en su vida que le ha podido llevar a ser como es. La commiseración es una gran ayuda. Pero si además a esa persona teóricamente todo lo va bien, salud, dinero y amor, entonces cuesta mucho más ponerse en su lugar e intentar aceptarla. Pero precisamente por eso tiene mucho más mérito. Nadie dijo que aspirar a la santidad fuera fácil. Pero Jesús nos pide que lo intentemos, aunque a veces nos resulte imposible.

viernes, 25 de marzo de 2011

Ever lasting love

Amor para siempre. Se ha convertido en una costumbre afirmar que el amor no dura para siempre. Hablan así aquellos que han tenido malas experiencias, pero generalizan incluyendo a todo el mundo, sin pedir permiso ni disculparse. Yo, personalmente he conocido muchos amores para siempre a lo largo de mi vida en parientes cercanos. He visto muchos viudos destrozados por la pérdida. Así que no me pueden decir a mí que el amor tiene fecha de caducidad. Tal vez tenga que ver con el hecho de haber sido familias cristianas. Eran parejas que se entendían y se llevaban bien, dentro de lo que es normal en una convivencia diaria. No es cierto que los matrimonio que duran lo hagan a desgana por el qué dirán, ni que dejen de hablarse, ni que no se soporten... Son cosas que, de tanto repetirlas en los medios de comunicación, mucha gente se las cree sin más.

Pero, lo cierto es que el amor es como la Bolsa. Para ganar hay que invertir primero. Aún así, algunos pierden, pero son los menos. Cuando se invierte mucho tiempo, esfuerzo y dedicación en la relación, lo normal es que funcione. El mundo está lleno de matrimonios felices. Ésa es la regla y no la excepción, como quieren hacernos creer los agoreros de turno. Lo que ocurre es que hay gente interesada en atacar a la familia, porque saben que una sociedad estable y feliz es más difícil de manipular. Un matrimonio unido con hijos es un grupo independiente de personas con sus propios ideales y modo de ver la vida. Al poder le interesan los individuos aislados del resto. Pero, no dejemos que nos engañen: el amor para siempre existe y yo soy testigo de ello. Happily ever after.

jueves, 17 de marzo de 2011

¿Felicidades Elton John?

Parece ser que este cantante ha tenido un hijo biológico con una madre de alquiler y piensa criarlo dentro de su matrimonio homosexual. Tal vez sea un motivo de alegría para él, que va a tener un nuevo juguete con que jugar, pero no puedo extender la felicitación al niño. Una criatura que, para empezar, posiblemente no conozca nunca a su madre biológica, la cual no le quiere. Un niño hijo de un sexuagenario excéntrico (por no decir otra cosa) y para colmo acogido en un hogar gay. Es candidato idóneo a toda clase de traumas físicos y psicológicos. ¿Quién se hará cargo de las consecuencias a largo plazo?, ¿a quién va a reclamar cuando sea adulto?, ¿dónde estarán entonces los aduladores de turno?

Al carecer de un modelo de familia normal, es probable que se haga homosexual también. Tendrá suerte si los amigos de su padre no le llevan por ese camino. Además, se sentirá siempre huérfano y diferente a los demás por el hecho de tener dos "padres". Todo el dinero y la atención del mundo no podrán evitar que sea un desgraciado, pero al menos está claro que no será el único. Dentro de veinte años estaremos hablando de los frutos de este experimento psicológico, donde se juega con las vidas de unos seres humanos indefensos que nunca pidieron participar y sólo esperaban disfrutar de unos padres (padre y madre) y tener la oportunidad de ser felices. Recordad mis palabras.

martes, 15 de marzo de 2011

Conciliación

Se habla mucho sobre hacer compatible el trabajo con la familia, pero eso es una utopía. Los niños pequeños tienen la mala costumbre de ponerse enfermos a menudo y, si no se cuenta con abuelos a mano, los padres tienen que faltar a sus trabajos. En un país de baja productividad como España, eso es un handicap más. Un ingeniero o un médico, por ejemplo, no deberían ausentarse de su trabajo de repente. En Alemania, es habitual que las mujeres se cojan varios años de excedencia para ocuparse de sus niños pequeños. De este modo, gana la familia y también gana el trabajo, al contar con alguien estable en cada puesto. Pero resulta que aquí está mal visto dejar el trabajo temporalmente en el caso de las mujeres, por una especie de feminismo mal entendido.

Total, que, porque querer acercarnos a Europa, nos estamos alejando cada vez más; ya que al final en España las parejas tienen que elegir entre el trabajo y los hijos y por eso la baja demografía contribuye a empeorar nuestros problemas económicos a largo plazo. En cambio, en el norte de Europa, existen ayudas económicas considerables para las familias con hijos, que les permiten no trabajar. Sin embargo, la mentalidad progresista que nos invade hace que aquí se vea como natural que los padres tengan que desatender su trabajo, o que lleven a los niños a la guardería desde los cuatro meses, en contra de todo criterio psicológico. Además, también tienen la costumbre de llevarlos incluso cuando están enfermos, de manera que se convierten en fuente de contagio para los demás, cerrándose así un círculo vicioso que sería fácilmente evitable.

viernes, 25 de febrero de 2011

Quien juega con fuego, se quema

Hay algunos que van por la vida en busca de adrenalina y no dudan en correr riesgos innecesarios. Son los escaladores, por ejemplo, o los surfistas; pero también gente corriente que uno no se imaginaría. Conocer gente por internet comporta unos riesgos tan altos que casi todos los días se conoce algún caso que ha terminado mal, de un modo de otro. Detrás de la mayoría de los crímenes, creo yo, existe ya hoy en día alguna relación iniciada en la red. La gente sale con personas de las que no conoce más que su alias o su correo electrónico. Ya se pueden imaginar que la gente "normal" no acude a esos medios y prefiere relacionarse en persona. Los que lo hacen es porque se encuentran en circunstancias especiales, o lo son ellos mismos.

Hay un gran porcentaje de casados o separados de mediana edad. Algunos, que se encuentran fuera de su país o de su entorno habitual. Otros, que son extremadamente tímidos. Pero también hay muchas personas que buscan relaciones esporádicas sin compromomiso, aunque digan lo contrario. Puede que el nivel de "chalados" no sea más alto que en la calle; pero lo que ocurre es que, en persona, uno nota ciertos matices que no se perciben a distancia. Por eso, dan muchos más problemas. Naturalmente, cada uno es libre de correr los riesgos que desee; pero, cuando se tiene familia y amigos, hay que ser consciente del daño que tus acciones, y las consecuencias de éstas, puedan llegar a ocasionarle a otros.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Y más recuerdos

A continuación de escribir mi post anterior, fui a visitar mi segunda casa. Estuve alquilada durante cinco años y allí nacieron mis dos hijos mayores. Se trata de un barrio tranquilo con zona peatonal y mucha sombra; lo cual lo hace agradable en verano. El piso, creo que está en venta, y siempre decimos que, si nos tocara la lotería,  lo compraríamos. Vivimos bien allí, aunque la calefacción era eléctrica y pasábamos bastante frío. Recuerdo con cariño esa época, a pesar de que la pasé entre embarazos y enfermedades infantiles. Al pasear por allí, también me da la impresión de recordar otra vida. Parece mentira, por en este caso sólo han pasado apenas quince años. Es duro pensar que los recuerdos se borran como las viejas fotografías. Uno quisiera al menos recordar todo lo bueno.

Después nos mudamos a nuestra nueva casa, ya en propiedad, en una zona más tranquila y aislada; aunque ahora resulta ser céntrica. Tenemos ya toda una historia a nuestras espaldas y lo cierto es que gira alrededor del crecimiento de nuestros hijos. No entiendo a las personas que deciden libremente no tenerlos. Sus vidas deben de ser una sucesión de días sin referencias claras. Cada vez estoy más convencida de que el sentido de la existencia está en formar una familia. Algunos, por desgracia, no pueden, pero suelen reforzar sus lazos con hermanos y sobrinos. En todo caso, la felicidad tiene que ver con el tiempo que compartes con los tuyos. Hay quien dice que la amistad tiene el mismo efecto, pero yo, desde luego, por mi experiencia no he tenido ocasión de comprobarlo.

jueves, 27 de enero de 2011

Aprender de los errores

Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo. Albert Einstein
Este post podría dedicarse a alguna persona determinada, pero no voy a hacerlo porque yo no utilizo mi blog para aludir a nadie y menos aún los comentarios en blogs ajenos. Me parece de mala educación. Quien quiera decirme algo personal, dispone de mi correo dentro del perfil del blog y no necesita hacerlo público. El caso es que ya he dicho alguna vez que hay gente que tropieza toda la vida en la misma piedra y luego se extrañan de que las cosas no les salgan bien y de que no sean felices. Es lógico, cuando el tiempo ha demostrado sobradamente que lo que sostiene una sociedad próspera es un sistema familiar estable, uniones duraderas, hijos dentro del matrimonio y ancianos acogidos por su entorno. Otro sistema es un error demostrado por la experiencia de la humanidad.

Sin embargo, lo que tenemos ahora, no hace falta que lo explique otra vez. Creo que en España ya se divorcia una pareja de cada dos. Por tanto, existen multitud de niños que han pasado por el trauma de ver como sus padres acaban viviendo en distintas viviendas, sin contar con las acusaciones mutuas, los pleitos y demás consecuencias habituales. En cuanto a los matrimonios que subsisten, apenas tienen uno o dos hijos, cuando ya son de mediana edad, y no pueden atenderlos debidamente porque se pasan la vida en el trabajo. Pero lo peor no es eso, sino la generación de jóvenes de treinta y pico que, ni tienen pareja estable, ni tienen hijos. Esto supone que hemos perdido el relevo generacional y nuestra sociedad es insostenible. Pero además significa que existe mucha gente insatisfecha que no sabe cómo llenar su vida y prefieren echarle la culpa a otros.

miércoles, 12 de enero de 2011

Crisis de los cuarenta

Creo que me ha dado la crisis cerca ya de los cuarenta y cinco. Por suerte, tengo mi vida hecha, mis hijos criados (al menos, en teoría), las ideas claras. No quiero ni pensar qué pasaría si tuviera que empezar ahora a formar una familia, como hacen tantas personas de mi edad, o incluso una segunda familia, después de fracasada la primera. No sé qué fue de la persona fuerte y animosa que era yo a los veinte años. A pesar de mis inseguridades y mis problemas, siempre intentaba llevar la vida con optimismo. Incluso cuando me falló el trabajo, y cuando tuve hijos y se pasaban la vida enfermos; cuando no era uno, era otro; cuando no era bronquitis, era un esguince. Sin embargo, yo conseguía mantener la sonrisa, aunque estuviera preocupada, cansada o triste. Me gustaría recuperar esa fortaleza de espíritu.

Pero ahora que esa etapa está superada, curiosamente, me siento mucho más débil. Tal vez porque no estoy bien de salud, aunque nunca he sido muy saludable tampoco. Quizás porque ya no está todo en mis manos como antes. Yo ya hice mi parte y sólo me queda contemplar los resultados. Puede que sea simplemente la crisis de los cuarenta, algo atrasada. Siempre he tenido tendencia a la melancolía pero sabía sobreponerme. En este último año, me ha ganado varias veces la batalla.  Puede que sea algo químico, biológico y no haya nada que yo pueda hacer al respecto. Quiero pensar que no, que todavía tengo la llave de mis propias emociones. Espero que el año 1011, con su nueva década, me devuelva las fuerzas que he perdido y me enseñe a conservarlas siempre.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Narnia: la travesía del viajero del alba

Película de aventuras con un mensaje más profundo. Se trata de la tercera entrega de una colección de siete libros muy recomendables. La historia de estos hermanos tiene un cierto paralelismo con pasajes de la Biblia y un trasfondo cristiano. La película es bonita y entretenida, con grandes efectos especiales. Es apta para toda la familia y deja una sensación agradable y optimista a la salida del cine.

Es un film muy aconsejable para ver, especialmente en estas fechas. Los libros también son una lectura muy interesante para los niños y para todas las edades. En un panorama como el actual de novelas morbosas, como las de Millenium, y películas infantiles plagadas de exabruptos, se agradece mucho poder ver algo de calidad que además sea edificante y dé en qué pensar. Excepciones así me levantan el ánimo.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Iglesia universal

Arremeter contra la Iglesia en España viene a ser como renegar de tu propia familia. Más de cien generaciones de españoles han sido católicos practicantes, - al menos para guardar las apariencias -, y la mayoría sinceramente. Qué pensarían de nosotros ahora cuando permitimos que se haga mofa y escarrnio del Papa y de sus representantes. La historia de España está ligada indisolublemente a la fe cristiana. Por ella, viajamos por todo el mundo intentando transmitir el mensaje de Jesucristo. Fue lo único que nos mantuvo unidos en múltiples divisiones internas. Lo único que borraba las diferencias regionales y sociales a todo lo largo del país.

Pretender ahora devolvernos a las catacumbas, convertir la religión en algo privado y personal, supondría tener que derrribar todas las iglesias y catedrales, destruir nuestro patrimonio cultural y artístico y arrojar los libros de historia a una gran pira de fuego. Tal vez alguno estarían encantados de hacerlo (y con alguien dentro), pero eso no puede volver a suceder. Ahora somos un pueblo culto y civilizado y deberíamos ser capaces de respetar la ideología y las creencias ajenas, sin caer en la trampa fácil de la descalificación y el insulto. Tampoco los cristianos vamos a renunciar a nuestra esencia para adaptarnos a los nuevos tiempos. Eso sería una traición. Dos mil diez años de historia no se pueden borrar de un plumazo.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Ingenieros e ingenieras

Aunque me hace daño en la vista escribir esta tontería de título, me quiero referir precisamente a la preocupante escasez de hombres en las carreras de ciencias. Hace treinta años eran mayoría aplastante. No me parece mal que hay mujeres a quienes les atraigan las carreras de ciencias, pero sí que haya tantos chicos que opten por titulaciones más fáciles, porque buscan el camino cómodo que les permita seguir manteniendo una vida despreocupada y una serie de vicios arraigados. Es decir, me preocupa que los chicos hayan perdido el espíritu de superación y sacrificio que se necesita para optar a una carrera de ingeniería.

En cuanto al trabajo posterior, puedo asegurar con conocimiento de causa que se trata de un empleo de jornada completa, sin horarios y, a menudo, con fines de semana incluídos. Me refiero a que es un trabajo de dedicación completa y, por tanto, bastante incompatible con la idea de casarse y tener hijos. Siendo así, me temo que esas mujeres ingeniero se vean en la tesitura de tener que elegir entre tener familia o prosperar en su profesión. Por lo que se ve, los ingresos económicos tienen más posibilidades de ganar en esta competición. Así que, el hecho de que existan muchas mujeres "ingenieras" constituye un problema para la futura natalidad o bien para el rendimiento efectivo de los trabajadores de las empresas.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Las desgracias

Hay quien no me entiende cuando digo que, a veces, lo mejorque te puede ocurrir es algo malo. Cuando todo va bien, tendemos a olvidar las cosas que son realmente importantes. Cuando fallan el dinero o la salud, nos damos cuenta de quién está realmente a nuestro lado. Es muy fácil ser popular si cuentas con todos los medios a tu alcance, si eres agraciado o tienes éxito. Cuando la suerte te da la espalda, sólo quedan a tu lado aquellos a quienes realmente les importas. En ese sentido, yo me he llevado muchas decepciones y también algunas sorpresas agradables que no me esperaba. Se aprende mucho de unas y de otras. Por eso creo que las desgracias forman parte de la escuela de la vida.

Ya sé que está mal desearle cosas desagradables a otras personas, pero, como digo, para mí a veces son una bendición. Cuántas familias sólamente se han vuelto a reunir cuando había problemas... Cuántos amigos han demostrado su valía en las dificultades. La verdad es que yo repito mucho aquello de "ya aprenderá cuando le vengan mal dadas"; y me suena algo malvado y no puedo evitar sentirme culpable por ello; pero creo que algunas personas sólo aprenden por ese método. Así que, a veces pienso que deberíamos dar gracias, no sólo por la suerte que podamos tener en la vida, sino a veces también por los contratiempos - siempre que no sean demasiado graves.

domingo, 14 de noviembre de 2010

El matrimonio

He encontrado esa bonita viñeta que aparece junto a este artículo. Representa lo que siempre ha sido y será el germen de una familia. Ya sé que, por desgracia, existen niños huérfanos, madres solteras y multitud de divorciados. Son situaciones difíciles que hay que intentar llevar lo mejor posible. Pero el ideal sin duda para la crianza de un niño es contar con un padre y una madre que les quieran. Lo dicen todos los psiquiatras. Los traumas infantiles derivados de haber tenido un ambiente familiar inestable se arrastran toda la vida con consecuencias imprevisibles. Un hijo necesita el apoyo y el ejemplo de al menos una pareja, por supuesto, de distinto sexo, para así poder madurar, definir su personalidad y elegir conscientemente sus opciones en la vida.

Esto sólo dejando aparte el hecho de que las familias no tradicionales suelen ser mucho más conflictivas, al existir cambios frecuentes de pareja, mayor agresividad y problemas psicológicos de los propios padres o madres que acaban afectando a los niños. Además del hecho de saberse diferentes al resto, que ya de por sí resulta muy duro. Por ello, no deberíamos nunca experimentar con aquellos sujetos más sensibles y más importantes de nuestra sociedad, que son, sin duda, los niños. Lo ideal es procurar que cuenten con una familia propia con todos los referentes intactos. De no ser así, que al menos convivan con familiares directos o con parejas que puedan asegurarles una vida normal. Un niño no puede ser el capricho de cualquiera.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Otros tiempos

Recuerdo que, cuando empezaba a escribir en internet, contaba lo a gusto que me encontraba en casa con mi marido y mis hijos, simplemente sentados en el salón viendo televisión juntos. No hace tanto tiempo, pero esa estampa, especialmente después de la cena, ya no está completa. No voy a decir que no me lo esperaba, porque es parte del devenir habitual de la vida, pero lo echo de menos. Ya no solemos coincidir a las mismas horas. Raramente cenamos todos a la vez. Después tampoco vemos los mismos programas. Me conformo con estar en la misma habitación. Recuerdo como si fuera ayer - porque hace poco más de un año -, cómo nos acurrucábamos en el sofá bajo una misma manta y a menudo se recostaban contra mí, incluso mi hijo mayor. Supongo que esos recuerdos no me los puede quitar nadie.

Son como unos atisbos, mucho más lejanos todavía, de cuando en casa de mis padres estábamos ocho personas y el perro en el salón. El jaleo entonces era considerable, pero tenía su gracia, por el simple hecho de estar juntos compartiendo unas horas. Esa imagen ya es irrecuperable, por supuesto. Ahora mi hermano mayor va a volver a casa de mis padres tras su segundo divorcio, y eso me hace sentir extraña, como si se pudiera echar el tiempo atrás treinta años y volver a ser esa familia. No quiero ni pensar que, dentro de otros treinta años, de todo lo que yo he vivido y contado en estas páginas, no quede tampoco más que ese recuerdo difuso, que a veces me hace dudar si sólo se ha tratado de un sueño.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Contemporizando

Estaba viendo un documental sobre Etiopía, cuando una representante de Unicef dijo que el país tenía recursos, pero que era difícil que avanzaran ya que se aferraban a sus tradiciones y su historia. Los problemas del tercer mundo no son fáciles de solucionar porque, en última instancia dependen de la voluntad de los habitantes de esos países. Por ejemplo, si convencieran a los africanos de que siempre utilicen preservativos, ya no tendrían hijos, con la consecuente extinción de poblaciones enteras. Es muy fácil hablar desde nuestra posición. Por eso conviene de vez en cuando hacer un ejercicio de ponerse en el lugar del otro con sus dificultades cotidianas.

En la mentalidad de un país pobre, la mayor riqueza que existe es la familia. Cuando uno no sabe si mañana continuará vivo, su máxima prioridad son precisamente sus descendientes. Para ello, el hombre tiene que asegurarse de que sus hijos son realmente suyos y esa es la razón de que tengan a las mujeres tan controladas. La sociedad no ve mal incluso el maltrato, ya que es la manera que tienen los hombres de asegurarse de que la familia que mantienen y protegen con tanto esfuerzo, al menos les reconoce autoridad. Entonces, llegan unos extranjeros blancos de estómago lleno y vida resuelta y les dicen que eso está muy feo; lo cual no deja de ser una hipocresía, ya que en España pasaba lo mismo hace menos de cien años.

No es que esté justificando cualquier tradición cultural pero basta ver películas antiguas para comprobar que no podemos llevarnos las manos a la cabeza y decir que eso no lo hemos hecho nunca. Claro que tampoco es lo mismo un cachete que acabar en el hospital. Las campañas que se hacen en España parece que no hacen más que agravar el problema últimamente. Y es que no es lógico hablar de respeto mutuo, cuando por otro lado se está educando a los jóvenes en el espectáculo de la violencia, en la filosofía del placer inmediato y la intolerancia a la frustración. Los frutos que cosechamos son los que hemos sembrado; y luego todavía nos permitimos ir a darle lecciones de comportamiento a personas que tienen otros problemas mucho más graves, por desgracia.

lunes, 13 de septiembre de 2010

La prehistoria

Si cuesta imaginar la vida en la Edad Media, mucho más remontarse a la edad de Piedra. Hay que empezar por sentir lo que sería vivir sin una casa donde refugiarse, como animales, moviéndose siempre de un lado para otro en busca de comida y cobijo. Desnudos en verano, vestidos solamente con alguna piel en invierno. Sin apenas armas, a merced de los animales salvajes y sin conocimientos médicos para tratarse. Una vida que todavía llevan el algunos lugares aislados de la Tierra. Hay quien quiere ver en ello un paraíso, pero no pensarían lo mismo si fueran sus hijos los que enfermaran sin un médico en las cercanías. Aún así, se las arreglaban para disfrutar de la vida, tal vez mejor que nosotros que tenemos las cosas más fáciles. En un mundo hostil donde la prioridad era la simple supervivencia, su mayor preocupación sería encontrar algo que comer, y su mayor alegría estar juntos un día más.

En esos albores de la humanidad, eran pocos. Grupos familiares que, a veces, se cruzaban en el camino entre ellos. No existía organización alguna, ni policía, ni ejércitos. Así que cada cual tenía que arreglarselas para proteger a los suyos. Me imagino que apenas se entendían entre diferentes grupos humanos, con las pocas palabras que, además, utilizaban por entonces. Una simple infección dental podía arruinarles la salud. La vida de los primeros humanos tenía poco de idílica. Sin embargo, apenas empezaron a razonar, apareció el pensamiento religioso. Desde que el hombre es hombre, siempre ha buscado algo más, una explicación para la vida, un sentido para la muerte, una razón para seguir luchando. La religión es algo consustancial al ser humano, por más que ahora algunos quieran negar ese hecho dándoselas de civilizados.