viernes, 25 de febrero de 2011

Quien juega con fuego, se quema

Hay algunos que van por la vida en busca de adrenalina y no dudan en correr riesgos innecesarios. Son los escaladores, por ejemplo, o los surfistas; pero también gente corriente que uno no se imaginaría. Conocer gente por internet comporta unos riesgos tan altos que casi todos los días se conoce algún caso que ha terminado mal, de un modo de otro. Detrás de la mayoría de los crímenes, creo yo, existe ya hoy en día alguna relación iniciada en la red. La gente sale con personas de las que no conoce más que su alias o su correo electrónico. Ya se pueden imaginar que la gente "normal" no acude a esos medios y prefiere relacionarse en persona. Los que lo hacen es porque se encuentran en circunstancias especiales, o lo son ellos mismos.

Hay un gran porcentaje de casados o separados de mediana edad. Algunos, que se encuentran fuera de su país o de su entorno habitual. Otros, que son extremadamente tímidos. Pero también hay muchas personas que buscan relaciones esporádicas sin compromomiso, aunque digan lo contrario. Puede que el nivel de "chalados" no sea más alto que en la calle; pero lo que ocurre es que, en persona, uno nota ciertos matices que no se perciben a distancia. Por eso, dan muchos más problemas. Naturalmente, cada uno es libre de correr los riesgos que desee; pero, cuando se tiene familia y amigos, hay que ser consciente del daño que tus acciones, y las consecuencias de éstas, puedan llegar a ocasionarle a otros.