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miércoles, 27 de abril de 2011

Cargar con tu propia cruz

Aprovechando esta Semana Santa he estado haciendo examen de conciencia y he llegado a la conclusión de que no puedo seguir soportando los sufrimientos ajenos. Ya sé que no suena precisamente muy cristiano eso de pretender desentenderse de las desgracias de los otros, pero es una simple cuestión de supervivencia emocional. Siempre he sido muy empática. Aún así, he pasado por situaciones terribles consiguiendo mantenerme relativamente al margen. No sé cómo lo lograba entonces, pero desde luego he perdido la receta. Ahora me parece que cargo con los dolores y las decepciones de todos y eso es algo imposible de soportar. Por eso me ha llevado a la situación que atravieso en este momento.

Tengo que endurecerme de nuevo y hacerme con una coraza. Tengo que aprender a llevar solamente mi cruz, que a veces ya es suficiente. No puedo evitar que siga habiendo guerras, hambre, injusticia y enfermedades. No puedo hacer nada en la batalla contra el paso del tiempo, que está perdida de antemano. No puedo ni debo sacrificar mi alegría de hoy y mis ilusiones de mañana porque vivo angustiada pensando en lo que podría ser y no es. Es más fácil de decir que de llevar a cabo, pero, después de mi última zambullida en el vacío, he hecho firme propósito de no dejarme llevar de nuevo. La conmiseración es una virtud, sin duda, pero también puede ser un lastre demasiado pesado para soportarlo.

martes, 25 de enero de 2011

Espíritu puro

Hace poco he recibido un correo muy bonito donde me decían: Dios está contigo. Se agradecen mucho estas muestras de apoyo. Hace años, alguien me dijo que yo era un espíritu puro. Fue el mismo que, poco después, me obligó a cerrar los comentarios por una polémica sobre el Papa. No sé cómo decirlo sin que suele a soberbia o a locura, pero es cierto. Siempre he sido una persona diferente. Ya de niña sentía cosas especiales. Mi capacidad de amar, creo que es algo mayor de lo normal. Eso no significa que no tenga malos pensamientos, pero me duelen a mí más que a nadie. Por eso, sufro también más de lo normal, por mí, por mis seres queridos y por el mundo en general. Sin embargo, creo que me compensa, porque también tengo una serenidad de espíritu superior a la media, algo que se transmite incluso en lo que escribo. De ahí que tantas personas me sigan a diario desde hace años.

Cuando voy a la iglesia, me siento como en mi casa. Si no puedo ir, rezo habitualmente cada vez que tengo un rato libre. No lo hago por obligación. Me sale natural. Puedo asegurar que, ni mis padres ni mi familia me han transmitido nada de esto. De hecho, sólo mis padres siguen yendo a misa, pero nunca han sido de quedarse en la iglesia más de lo imprescindible. Como ya dije una vez, yo no soy del Opus, ni de ninguna otra organización religiosa. Me gusta ir por libre y que nadie me diga lo que tengo que hacer. Pero mi religiosidad es algo que ha ido creciendo con los años de modo natural, acompañado de sensaciones difíciles de explicar. Así que, a veces, siento que sí tengo algo especial y que internet es precisamente mi modo de darlo a conocer a todos. Espero no haberos parecido demasiado rara.

lunes, 11 de octubre de 2010

Blood money. Dinero de sangre

No es una película escabrosa o demasiado sentimental. Es la fría realidad de los hechos contada por sus protagonistas. Quien quiera conocer el tema del aborto, tiene que verla.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Invictus, mucho más que una película

Creo que este post es uno de los más difíciles que voy a tener que escribir. No hace falta que diga que Invictus es una gran película: entretenida, espectacular y emocionante. Pero además es una historia real sobre un episodio en la vida del Presidente de Suráfrica, Nelson Mandela. Es la explicación de toda una mentalidad y forma de ver la vida, que tiene mucha relación con la experiencia, el sufrimiento y su condición de cristiano.

Resulta asombroso pensar cómo una persona que estuvo casi treinta años en la cárcel, sufriendo toda clase de vejaciones, a causa de su defensa de los derechos civiles de los negros; no sólo no salió de allí con ánimo de venganza, sino que, al contrario, salió dispuesto a luchar por la reconciliación nacional. El tiempo que estuvo prisionero le sirvió para conocer íntimamente a su enemigo -los africaners-, aprender su idioma y su cultura y, de algún modo empezar a apreciarlos.

La persona que entró en prisión cargada de odio, por otra parte, comprensible; no era la misma persona que fue liberado varias décadas más tarde. La convivencia con otros presos, la reflexión y el estudio le había abierto la mente hasta llegar a comprender el verdadero mensaje del cristianismo. Hubiera podido utilizar su cargo para expulsar a los blancos del país y hacerles pagar por sus atrocidades; pero prefirió construir una nueva realidad en la que todos tuvieran cabida. Basó su estrategia en conseguir el perdón y el olvido.

Cuántos tendrían que aprender de su ejemplo, especialmente en nuestro país. Otros personajes excepcionales han seguido también ese mismo camino: Juan Pablo II, Gandhi, la madre Teresa de Calcuta... Y, sin embargo, la mayor parte de la humanidad sigue prefiriendo tirar por el camino fácil. El odio, el rencor, la venganza..., que acaban convirtiéndoles en algo tan malo o peor que aquello que reprobaban. Qué cómodo es caer en la trampa y qué duro es, sin embargo, apostar por el ejemplo inigualable de Nelson Mandela. Dios le bendiga.

lunes, 15 de febrero de 2010

La vieja historia de siempre

Debo confesar que sigo pasando por algunos blogs que ya debería haber abandonado. Lo hago con la secreta esperanza de encontrar que al fin han aprendido de su experiencia en la vida y se han dado cuenta de que el camino que llevaban no va a ninguna parte. Pero es inútil, porque una y otra vez me encuentro la misma huída hacia adelante, la misma incapacidad para reconocer sus errores, para el arrepentimiento. Se dedican a hacer clasificaciones de sus parejas, como si fuera una competición deportiva, recordando sólo lo bueno y olvidando el sufrimiento que siguió a cada una de las rupturas, y sus comentaristas les aplauden la gracia.

Se olvidan de que hay una emoción importante que domina a las mujeres. Se trata del apego. No es posible, por más que lo repitan algunas para intentar convencerse, tener una relación sexual y quedarse indiferente frente a ese hombre. Especialmente, si la experiencia ha sido agradable, las mujeres no podemos evitar sentir una ligazón psicológica y hacernos ilusiones sobre la posibilidad de tener una relación duradera o incluso formar una familia. Todos, hombres y mujeres, aspiramos al amor para siempre, aunque algunos no lo reconocerían ni bajo tortura. Se esconden bajo capas de cinismo y no se dan cuenta de que sólo se están haciendo daño a sí mismos.

La acumulación de experiencias fallidas nunca podrá igualar el placer y la felicidad que se consigue mediante la unión en cuerpo y alma con otra persona. Sólo de esa manera es posible superar las dificultades que encontramos en la vida y la diferente evolución que experimenta cada uno. Sólo así se puede llegar a aprender de los malos momentos y sacrificarse con gusto en favor de las personas a las que amas. Porque la vida sin amor se limita a una serie de anécdotas, una acumulación de días que no dejan más que un recuerdo difuso, como vivir siempre subido a una montaña rusa; mientras cada mañana el espejo del cuarto de baño les devuelve el reflejo de su soledad, aunque estén rodeados de gente.

martes, 18 de agosto de 2009

El albaricoque

Una vez dije que me sentía como un albaricoque. Es muy fácil arañarme y que quedan las cicatrices, pero tengo un hueso dentro. A veces me sorprende lo fuerte y lo frágil que soy al mismo tiempo. Yo, que me emociono hasta con los dibujos animados, que sufro cuando se me muere una planta; sin embargo, me siento muy capaz de continuar escribiendo todos los días de mi vida, aún sabiendo que voy a ser el centro de las críticas de muchos. Ya se sabe que, en tiempos de persecución, es precisamente cuando se recupera la Iglesia. Cuando parece que todo va bien, la moral se relaja y también las convicciones. Las dificultades sacan lo mejor y lo peor de cada uno y, en mi caso, me fortalecen, aunque en algún momento me sienta sola contra el mundo.

Ser madre también te hace más fuerte. Cargar con la responsabilidad de la salud y educación de otra persona (en mi caso tres), te obliga a olvidar las comodidades y vencer el agotamiento. Si me hubieran dicho lo que yo sería capaz de hacer, no me lo hubiera creído. De niña vivía en mi mundo de libros y era una espectadora de la vida bastante pasiva. Desde hace veinte años, me convertí en personaje principal y ya no me relajo ni cuando duermo. Creo que todo ello me ha servido de aprendizaje para no dejarme abatir por las dificultades, por las noticias adversas, los canales de televisión tendenciosos y el ambiente libertino. Mi hueso sigue en buen estado, pero no puedo dejar que sigan arañando me día tras día. Por eso, creo que tampoco voy a abrir los comentarios en septiembre. Pero siempre podéis encontrarme en el correo y seguiré comentando a los que no me digan otra cosa.

sábado, 25 de julio de 2009

Estad alegres y contentos

Cuando recuerdo esa cita de Biblia, me doy cuenta de hasta qué punto estoy lejos de alcanzar mi objetivo. Si algo distingue a un buen cristiano es precisamente su alegría. La madre Teresa de Calcuta siempre sonreía y cuentan que los religiosos en el martirio solían cantar salmos. Vivir realmente el mensaje de Jesucristo es una fuente de paz que se transluce en la mirada, incluso en algunos que no se consideran cristianos. Algunas personas llevan una felicidad dentro que no depende de lo bien o mal que les vayan las cosas, sino que nace directamente de su interior. Por eso, incluso en condiciones adversas, consiguen mantener la esperanza o aceptar con resignación alegre su destino y eso les da una fuerza impresionante. Supongo que es difícil llegar a ese nivel cuando se es de natural depresivo, pero seguiré intentándolo.

Procuro que mis preocupaciones no afecten a mis relaciones personales. Pero hay días en que me resulta difícil relajarme y sonreir. Tengo siempre presente a la gente que sufre en el mundo la pobreza, la enfermedad y la injusticia. También los problemas económicos de nuestro país y, sobretodo, los morales, que son para mí aún más graves. Sufro también por los otros seres vivos a los que perjudicamos de forma voluntaria o no, especialmente los toros. En esta época, sufro por los animales abandonados en vacaciones. También recuerdo a los ausentes. Siendo así, es difícil mantener el lema de estar alegres. Sin embargo, sé que otros lo consiguen en circunstancias mucho peores que las mías. Con el tiempo y la oración me gustaría poder decir algún día que yo también lo he logrado.

Música: madona - ray of light

miércoles, 24 de junio de 2009

Sueños

Soy una persona que sueña mucho y además recuerdo buena parte de mis sueños. Creo que eso me ayuda a poner en orden mis pensamientos, pero tiene otro efecto importante. Cuando estoy dormida a veces me transformo en una persona diferente porque vivo situaciones que nunca me han sucedido y las siento como si fueran propias. Es decir, en mis sueños soy como una actriz interpretando otros papeles en la vida que no tienen relación conmigo.

A veces lo paso realmente mal. He llegado a soñar que habían matado a mi familia o que yo misma había matado a alguien. He sentido la culpabilidad y el peso más grande que se puede llevar la conciencia. He soñado, muchas veces, que perdía a mis hijos o que tenían un accidente. Supongo que es una preocupación normal en una madre, pero se pasa fatal. También he soñado que mi marido me era infiel o que yo lo había sido y he sufrido pensando que nada volvería a ser como antes.

No sé si es normal o no tener tantas experiencias oníricas y recordarlas. No voy a contar ahora las que tienen que ver con el más allá y la trascendencia. Sin embargo, creo que soy afortunada porque, a pesar de que a menudo me hacen sufrir, también me ayudan a ponerme en el lugar de otras personas, a sentirme como ellos se sentirían. A veces resulta agotador, sin embargo, tener tanta vida en sueños y me gustaría poder relajarme y no pensar en nada. Suelo tener esos sueños sobretodo cuando estoy incómoda o tengo calor.

Hay unos sueños que me han marcado especialmente. Soñé hace años que mi padre tenía una amante y se iba a ir a vivir con ella. Hace poco he soñado que mi madre hacía lo mismo, cosa aún más absurda a su edad. De este modo he llegado a sentir la sensación de abandono, de incomprensión y angustia que deben tener los niños que se encuentran en esa situación sin tener ninguna posibilidad de cambiar las cosas. Creo que es uno de los peores sufrimientos que existen en la vida. No lo olvidéis nunca. La infidelidad destroza familias.

Música: Alice keys - fallin

martes, 16 de junio de 2009

"To er mundo e güeno"

En este mundo más o menos privilegiado donde nos ha tocado vivir, es fácil perder el contacto con la realidad. La gente se cree cualquier cosa, como que tener un coche ecológico te hace inmune a los accidentes de tráfico, o que el bífidus evita las enfermedades. No se imaginan que los publicistas nos engañan. Según la teoría de la bondad natural del hombre, se supone que, al ser libres, optaremos siempre por la opción correcta, la que sea más positiva para la sociedad. Eso es una tontería. Está demostrado que, cuanto más despreocupada vive una persona, más egoísta se vuelve generalmente. Hace falta sufrir para entender el sufrimiento ajeno. Además, una cosa es el individuo y otra la masa.

Por ejemplo, la infidelidad hasta hace poco era algo mal visto. Antes la gente era más fiel que ahora por sus principios y también por miedo; al pecado y las penas del infierno, o a recibir una paliza por parte del cónyuge o familiares. Ahora que estamos más protegidos por la ley, la simple moción de responsabilidad, autocontrol o respeto, no es suficiente para frenar a muchos de seguir sus instintos primarios. La verdad es que las personas podemos ser lo mejor o lo peor dependiendo de las circunstancias y no se puede poner la mano en el fuego por nadie. Todos somos capaces de cualquier cosa teniendo un motivo lo bastante fuerte: poder, dinero, amor, celos.... Por eso las ideologías que se basan en la buena voluntad de la gente son muy bonitas, pero irrealizables, y acaban degenerando en aquello que pretendían evitar.

En España somos especialistas en confiar excesivamente en las bondades del prójimo, con un espíritu quijotesco que a la larga tiene unas consecuencias nefastas. Lo cierto es que la gente es muy respetuosa con la ley siempre que haya un guardia delante. Cuando se dejan las normas laxas, cada cual hace lo que le parece. La mayor parte de las separaciones se deben a la infidelidad, porque una cosa es hablar en teoría y otra sufrirlo. Sin embargo, el cristianismo es la excepción a esta regla, porque es idealista y realista al mismo tiempo. Partiendo de la base de que todos somos pecadores, acepta a las personas con sus virtudes y defectos, siempre que tengan voluntad de mejorar; pero reconociendo que nadie es perfecto.

Música: Estopa. Me falta el aliento

jueves, 12 de marzo de 2009

Hasta el punto en que duela

Haciendo Tai chi esta mañana, se me ocurrió pensar que parece una gimnasia muy suave, pero no lo es. Los ejercicios no cuestan mucho la primera vez que los haces, pero se repiten muchas veces, y, cuando ya vas por las últimas tandas, piensas: ya no puedo hacerlo más. Pero sigues, hasta el punto en que empieza a doler, y entonces es cuando ya sirven para algo. En la vida pasa lo mismo, hay que vivir hasta el punto en que duela un poco, no tanto que resulte insoportable y te amargue la vida, pero sí lo suficiente para comprobar que sigues vivo.

Cuando las cosas dejan de importarte, cuando sólo te preocupa aquello que te afecta personalmente, estás viviendo a medias. Me imagino que los autores de las matanzas que ha habido estos días, no se levantaron de repente una mañana pensando: voy a matar a todo el que se ponga por delante. En algún momento de su vida perdieron la capacidad de compasión. Tal vez empezó por no importarles si sus padres eran felices, si a sus hermanos les iba bien o mal. Pasaron a desearles cosas malas a aquellos con los que no estaban de acuerdo. De ahí a coger un arma y apretar el gatillo sólo queda un paso.

Vivir al margen de todo debe ser un gustazo. Yo no he podido hacerlo nunca. Hay gente a la que no le importa lo que pase más allá de cien kilómetros de su pueblo, otros a los que sólo les importa su familia y algunos a los que no les preocupa más que su propio ser. Los jovencitos que se han criado solos a base de televisión, videoconsolas y películas, pierden el contacto con la realidad. No saben que las víctimas sufren, pero sus familiares y amigos sufren más todavía. No saben que todos los que lo presenciamos sufrimos también en mayor o menor medida. Se creen que su verdad vale más que la propia vida, y eso es el origen de todo mal.

Se empieza por huir del sufrimiento, por negarse a tener experiencias desagradables, por evitar todo esfuerzo y sacrificio; y acabas llevando una vida de robot, que no sufre, pero tampoco disfruta, porque no ha aprendido nunca a amar de forma incondicional. "Amar hasta que duela", decía Santa Teresa de Calcuta. Lo cual no significa volverse un ser ávido de experiencias nuevas, sino vivir apasionadamente en las circunstancias que te han tocado en suerte. Para no despertarte un día pensando que nada vale la pena, y que los demás no valen la pena, y que por tanto deben morir.