Mostrando entradas con la etiqueta historia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta historia. Mostrar todas las entradas
martes, 12 de abril de 2011
Cristianismo y cultura
Tengo muchas ideas en la cabeza pero poca inspiración. La verdad es que no acabo de centrarme. Quería hablar por ejemplo sobre la cultura occidental y, muy especialmente, la española. Una cultura para una sociedad que hunde sus raíces en el cristianismo. No se explica la literatura, ni el arte, ni la historia de Europa sin los ideales religiosos que han marcado ochenta generaciones. ¿Cómo he hecho el cálculo?. A cuatro generaciones cada siglo, por veinte siglos. Dos mil años de historia, en los que la vida social, política y personal de los europeos no se entendía sin tener en cuenta el cristianismo. En él está el origen de la democracia actual, los derechos humanos y todos los logros sociales conseguidos. Por él se ha logrado el progreso que nos ha traído hasta aquí.
Ésa es la causa de que otras culturas, basadas en el Islam o en múltiples deidades, no hayan conseguido salir del subdesarrollo. Su concepción del mundo es un lastre a la hora de cambiar. Sin embargo, los cristianos siempre estamos abiertos al cambio y a intentar mejorar nuestras condiciones de vida y las del prójimo. Es una religión abierta y tolerante. Precisamente por eso, hemos caído también en la trampa del laicismo y la ideología de género que amenaza con destruir el mismo pilar de nuestra sociedad: la familia. Pero, no se puede acabar con veinte siglos de historia como si se tratara de algo pasado de moda, como los pantalones campana. Renunciar al cristianismo supondría renegar de nuestras propias raíces.
Ésa es la causa de que otras culturas, basadas en el Islam o en múltiples deidades, no hayan conseguido salir del subdesarrollo. Su concepción del mundo es un lastre a la hora de cambiar. Sin embargo, los cristianos siempre estamos abiertos al cambio y a intentar mejorar nuestras condiciones de vida y las del prójimo. Es una religión abierta y tolerante. Precisamente por eso, hemos caído también en la trampa del laicismo y la ideología de género que amenaza con destruir el mismo pilar de nuestra sociedad: la familia. Pero, no se puede acabar con veinte siglos de historia como si se tratara de algo pasado de moda, como los pantalones campana. Renunciar al cristianismo supondría renegar de nuestras propias raíces.
Etiquetas:
cristianismo,
cultura,
democracia,
el arte,
historia,
literatura,
progreso
jueves, 31 de marzo de 2011
Las riquezas de la Iglesia
Se oye mucho decir que los Obispos son ricos y deberían dárselo todo a los pobres; pero es que si lo entregaran todo, ya no estarían en condiciones para ayudar a nadie. La Iglesia maneja mucho dinero porque tiene muchos gastos. Aparte de las obras de caridad, tiene que mantener a miles de curas, monjas y monjes, más las casas en las que habitan, con todos su recibos correspondientes. Ese dinero viene de donaciones particulares, del estado o de negocios como la venta de repostería y similares. Además, con ello se mantienen también muchos colegios, hospitales, horfanatos y residencias de ancianos. Ya quisiera el estado gestionar tan bien y conseguir tanto con tan poco presupuesto. Lo que pasa es que todo es manipulable.
Los Obispos tienen coche propio y más dinero porque tienen que desplazarse mucho atendiendo asuntos de las parroquias. Son como los ministros del gobierno de la Iglesia. Se trata de gastos de representación, no de riquezas personales. En cuanto al lujo del Vaticano, está constituído por obras de arte sufragadas por diversos estados durante la Edad Media. No sé si alguien pretende desmantelar la Capilla Sixtina o fundir los cálices de oro del siglo XIV para dedicar ese dinero a obras sociales. En cualquier caso, el dinero se acabaría antes o después, junto con el legado de la historia. Y, sin la institución social de la Iglesia Católica, los pobres estarían mucho más desamparados todavía.
Los Obispos tienen coche propio y más dinero porque tienen que desplazarse mucho atendiendo asuntos de las parroquias. Son como los ministros del gobierno de la Iglesia. Se trata de gastos de representación, no de riquezas personales. En cuanto al lujo del Vaticano, está constituído por obras de arte sufragadas por diversos estados durante la Edad Media. No sé si alguien pretende desmantelar la Capilla Sixtina o fundir los cálices de oro del siglo XIV para dedicar ese dinero a obras sociales. En cualquier caso, el dinero se acabaría antes o después, junto con el legado de la historia. Y, sin la institución social de la Iglesia Católica, los pobres estarían mucho más desamparados todavía.
Etiquetas:
donaciones,
historia,
hospitales,
lujo,
obispos,
pobres,
riqueza
viernes, 4 de marzo de 2011
Marcha atrás
Casi todos los días aparco en batería en la mediana de una calle principal de mi ciudad. Cuando salgo marcha atrás me falta visibilidad y tengo que hacer un esfuerzo y pensar que nunca pasa nada, y si viene un coche me pitará antes de que sea demasiado tarde. Sin embargo, soy demasiado consciente de que esa maniobra diaria conlleva un riesgo innecesario. Pero no es la única. Continuamente en la vida tomamos decisiones y salimos adelante a ciegas, porque no es posible hacerlo de otra manera. Cuando me saqué el carnet de conducir montaba grandes atascos porque nunca me atrevía a avanzar en los cruces. Ahora sé que el tráfico no puede parar por mi culpa, y la vida tampoco.
Hay veces que dan ganas de tirar la toalla, bajarse del coche y no intentarlo más. Cuando pienso en la historia de la humanidad y cuánto ha costado cada paso adelante que se ha dado, parece que ahora más bien vamos hacia atrás. Pero es que a veces la única manera de avanzar es retrocediendo. Como una metáfora de mi salida del aparcamiento, la historia de la Salvación es un camino que se pierde en muchas encrucijadas y a menudo resulta haber tomado una ruta equivocada. Pero, sin embargo, comparando nuestra época con dos o tres mil años atrás, no hay duda de que los hombres hemos avanzado mucho, al menos en conocer el camino correcto, aunque muchos sigan prefiriendo no seguirlo. Ése es el problema de la libertad.
Hay veces que dan ganas de tirar la toalla, bajarse del coche y no intentarlo más. Cuando pienso en la historia de la humanidad y cuánto ha costado cada paso adelante que se ha dado, parece que ahora más bien vamos hacia atrás. Pero es que a veces la única manera de avanzar es retrocediendo. Como una metáfora de mi salida del aparcamiento, la historia de la Salvación es un camino que se pierde en muchas encrucijadas y a menudo resulta haber tomado una ruta equivocada. Pero, sin embargo, comparando nuestra época con dos o tres mil años atrás, no hay duda de que los hombres hemos avanzado mucho, al menos en conocer el camino correcto, aunque muchos sigan prefiriendo no seguirlo. Ése es el problema de la libertad.
miércoles, 9 de febrero de 2011
Y más recuerdos
A continuación de escribir mi post anterior, fui a visitar mi segunda casa. Estuve alquilada durante cinco años y allí nacieron mis dos hijos mayores. Se trata de un barrio tranquilo con zona peatonal y mucha sombra; lo cual lo hace agradable en verano. El piso, creo que está en venta, y siempre decimos que, si nos tocara la lotería, lo compraríamos. Vivimos bien allí, aunque la calefacción era eléctrica y pasábamos bastante frío. Recuerdo con cariño esa época, a pesar de que la pasé entre embarazos y enfermedades infantiles. Al pasear por allí, también me da la impresión de recordar otra vida. Parece mentira, por en este caso sólo han pasado apenas quince años. Es duro pensar que los recuerdos se borran como las viejas fotografías. Uno quisiera al menos recordar todo lo bueno.
Después nos mudamos a nuestra nueva casa, ya en propiedad, en una zona más tranquila y aislada; aunque ahora resulta ser céntrica. Tenemos ya toda una historia a nuestras espaldas y lo cierto es que gira alrededor del crecimiento de nuestros hijos. No entiendo a las personas que deciden libremente no tenerlos. Sus vidas deben de ser una sucesión de días sin referencias claras. Cada vez estoy más convencida de que el sentido de la existencia está en formar una familia. Algunos, por desgracia, no pueden, pero suelen reforzar sus lazos con hermanos y sobrinos. En todo caso, la felicidad tiene que ver con el tiempo que compartes con los tuyos. Hay quien dice que la amistad tiene el mismo efecto, pero yo, desde luego, por mi experiencia no he tenido ocasión de comprobarlo.
Después nos mudamos a nuestra nueva casa, ya en propiedad, en una zona más tranquila y aislada; aunque ahora resulta ser céntrica. Tenemos ya toda una historia a nuestras espaldas y lo cierto es que gira alrededor del crecimiento de nuestros hijos. No entiendo a las personas que deciden libremente no tenerlos. Sus vidas deben de ser una sucesión de días sin referencias claras. Cada vez estoy más convencida de que el sentido de la existencia está en formar una familia. Algunos, por desgracia, no pueden, pero suelen reforzar sus lazos con hermanos y sobrinos. En todo caso, la felicidad tiene que ver con el tiempo que compartes con los tuyos. Hay quien dice que la amistad tiene el mismo efecto, pero yo, desde luego, por mi experiencia no he tenido ocasión de comprobarlo.
domingo, 9 de enero de 2011
Camino a la libertad
Maravillosa película basada en un hecho real, sobre una parte de la historia que no deberíamos olvidar: el socialismo soviético. Narra la huída de Siberia de un grupo de hombres, atravesando la estepa, el desierto de Goby y el Himalaya, hasta la India. Todo ello para intentar escapar del comunismo. Recuerdo que, no hace mucho, cuando yo era pequeña, en España había gente que aún defendía el sistema ruso. Decían que allí a nadie le faltaba comida, casa y médico. Claro está, a nadie que no se opusiera al gobierno. Aún así, casi toda la población vivía con el mínimo, casi en la miseria. En China ahora empezan a cambiar las cosas, pero sólo económicamente, no en cuestión de libertades. Todos ellos tienen derecho a nuestro apoyo y a conservar vivos sus recuerdos y los de los millones de muertos del comunismo.
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Iglesia universal
Arremeter contra la Iglesia en España viene a ser como renegar de tu propia familia. Más de cien generaciones de españoles han sido católicos practicantes, - al menos para guardar las apariencias -, y la mayoría sinceramente. Qué pensarían de nosotros ahora cuando permitimos que se haga mofa y escarrnio del Papa y de sus representantes. La historia de España está ligada indisolublemente a la fe cristiana. Por ella, viajamos por todo el mundo intentando transmitir el mensaje de Jesucristo. Fue lo único que nos mantuvo unidos en múltiples divisiones internas. Lo único que borraba las diferencias regionales y sociales a todo lo largo del país.
Pretender ahora devolvernos a las catacumbas, convertir la religión en algo privado y personal, supondría tener que derrribar todas las iglesias y catedrales, destruir nuestro patrimonio cultural y artístico y arrojar los libros de historia a una gran pira de fuego. Tal vez alguno estarían encantados de hacerlo (y con alguien dentro), pero eso no puede volver a suceder. Ahora somos un pueblo culto y civilizado y deberíamos ser capaces de respetar la ideología y las creencias ajenas, sin caer en la trampa fácil de la descalificación y el insulto. Tampoco los cristianos vamos a renunciar a nuestra esencia para adaptarnos a los nuevos tiempos. Eso sería una traición. Dos mil diez años de historia no se pueden borrar de un plumazo.
Pretender ahora devolvernos a las catacumbas, convertir la religión en algo privado y personal, supondría tener que derrribar todas las iglesias y catedrales, destruir nuestro patrimonio cultural y artístico y arrojar los libros de historia a una gran pira de fuego. Tal vez alguno estarían encantados de hacerlo (y con alguien dentro), pero eso no puede volver a suceder. Ahora somos un pueblo culto y civilizado y deberíamos ser capaces de respetar la ideología y las creencias ajenas, sin caer en la trampa fácil de la descalificación y el insulto. Tampoco los cristianos vamos a renunciar a nuestra esencia para adaptarnos a los nuevos tiempos. Eso sería una traición. Dos mil diez años de historia no se pueden borrar de un plumazo.
martes, 7 de septiembre de 2010
Euskalherria no existe
Se trata de un concepto utópico que nunca ha concordado con la realidad. Entrando en la página web del Foro de Ermua, se puede leer un relato muy detallado de la verdadera historia del País Vasco. Así como existió en un momento dado un país catalán, el País Vasco en cambio sólo tiene de nación el nombre. Nunca ha sido una entidad territorial ni ha contado con un gobierno propio independiente. Por otra parte, lo que se conoce por Euskalherria, con Navarra y tres provincias francesas, es más absurdo todavía, ya que esas zonas nunca han tenido vocación independiente; especialmente, los franceses, de sobra conocidos por su patriotismo desmedido. Navarra sí que fue durante siglos un reino fuerte y prospero. El País Vasco, si acaso, podría considerarse parte de Navarra y no al contrario. Pero también ha pertenecido al reino de Castilla y al de León.
De hecho, las provincias vascas, antes de dedicarse al chantaje nacionalista, estaban formadas por unos pueblos dispersos bastante pobres e incultos. Eran gente que sólo destacaba en el arte de la navegación y en la guerra. En cuanto al euskera, no estaba unificado y existían tantos dialectos que apenas se entendían con el pueblo de al lado. Ésa es la razón de que se estuviera perdiendo el idioma, y no las persecuciones que esgrimen los victimistas de turno. La industrialización benefició especialmente a vascos y catalanes en detrimento de otras regiones españolas, menos reivindicativas, que fueron dedicadas a granero y ganadería. De ese modo, alcanzaron la prosperidad de la que ahora tanto alardean y que no quieren compartir con nadie; de ahí su afán por la independencia.
De hecho, las provincias vascas, antes de dedicarse al chantaje nacionalista, estaban formadas por unos pueblos dispersos bastante pobres e incultos. Eran gente que sólo destacaba en el arte de la navegación y en la guerra. En cuanto al euskera, no estaba unificado y existían tantos dialectos que apenas se entendían con el pueblo de al lado. Ésa es la razón de que se estuviera perdiendo el idioma, y no las persecuciones que esgrimen los victimistas de turno. La industrialización benefició especialmente a vascos y catalanes en detrimento de otras regiones españolas, menos reivindicativas, que fueron dedicadas a granero y ganadería. De ese modo, alcanzaron la prosperidad de la que ahora tanto alardean y que no quieren compartir con nadie; de ahí su afán por la independencia.
miércoles, 16 de junio de 2010
No se puede prohibir la Fe
Podrá la ministra Chacón prohibirle a los soldados que saluden con salvas a la Virgen; pero son voluntarios, nadie les ha obligado a estar allí y, por tanto, forma parte de su libertad individual acudir al Corpus. Podrá llegar el momento en que prohiban las procesiones o incluso ir a misa -no sería el primer sitio ni la primera vez-; pero no podrán evitar que la gente siga rezando en silencio. Las manifestaciones religiosas no son más que la punta del iceberg y no son en absoluto imprescindibles, aunque ayudan a sentirse mejor a los cristianos. Sin embargo, hay mucha gente no religiosa que se apunta también a este tipo de ceremonias por tradición o por estar con los amigos, y tampoco se lo pueden prohibir.
Personalmente, no soy muy amiga de las manifestaciones religiosas multitudinarias. A mí me gustan las capillas silenciosas con pocos fieles, pero muy concienciados. Por eso precisamente voy a misa entre semana. Pero las procesiones forman parte de la historia y la cultura de los pueblos. Se trata de una tradición familiar continuada durante generaciones que tiene un papel fundamental en la identificación de los pueblos. El sentimiento religioso es algo natural a las personas desde tiempos de las cavernas. Podrán prohibir los actos públicos, pero no podrán evitar que la gente se siga preguntando sobre el sentido de la vida y buscando respuestas a través de la Fe. Lo único que pedimos es respeto a nuestras costumbres.
Personalmente, no soy muy amiga de las manifestaciones religiosas multitudinarias. A mí me gustan las capillas silenciosas con pocos fieles, pero muy concienciados. Por eso precisamente voy a misa entre semana. Pero las procesiones forman parte de la historia y la cultura de los pueblos. Se trata de una tradición familiar continuada durante generaciones que tiene un papel fundamental en la identificación de los pueblos. El sentimiento religioso es algo natural a las personas desde tiempos de las cavernas. Podrán prohibir los actos públicos, pero no podrán evitar que la gente se siga preguntando sobre el sentido de la vida y buscando respuestas a través de la Fe. Lo único que pedimos es respeto a nuestras costumbres.
martes, 18 de mayo de 2010
Un mundo sin Dios
Alguien dijo: "si no crees en Dios, actúa como si creyeras". Estamos en un momento de la historia en que el problema no es que la gente no crea, sino que ni siquiera se lo plantean. Cuando alguien rechaza a Dios, al menos está estudiando la posibilidad de que exista, para luego negarla. Pero, cuando la humanidad ni siquiera piensa en ello, desaparece también el concepto de premio o castigo. Es decir, que nuestro paso por la vida es tan temporal, que da exactamente lo mismo lo que hagamos. Podemos dedicarnos a buscar el propio beneficio y olvidarnos de que existe alguien más sobre el planeta.
La religión es un pensamiento natural que existe desde el principio de los tiempos. Ya los hombres primitivos en sus cuevas hacían representaciones de tipo místico intentando comunicarse con la divinidad. A lo largo de la civilización, lo habitual es que se pase de un pensamiento mágico ligado a la naturaleza, a un politeísmo, para finalmente llegar al monoteísmo que practica la mayor parte del mundo. Pero, desde los medios de comunicación y los organismos internacionales se está fomentando la pérdida del sentido religioso; lo cual deja a la persona sola con sus miedos, sus dudas e inseguridades.
Aún suponiendo que yo no creyera en Dios, creo que la religión es algo positivo para los pueblos. Para empezar, es un nexo de unión importante, una actividad social y cultural. Además, sostiene una serie de valores universales que se refuerzan en la mayoría de las religiones existentes como son la honradez, la generosidad o el perdón. Pero, sobretodo, la religión alimenta la esperanza de pensar que nuestros actos no acaban en el vacío, sino que tienen una repercusión en nuestro futuro y el de las personas que nos rodean, de modo que somos parte de un proyecto divino universal y atemporal.
La religión es un pensamiento natural que existe desde el principio de los tiempos. Ya los hombres primitivos en sus cuevas hacían representaciones de tipo místico intentando comunicarse con la divinidad. A lo largo de la civilización, lo habitual es que se pase de un pensamiento mágico ligado a la naturaleza, a un politeísmo, para finalmente llegar al monoteísmo que practica la mayor parte del mundo. Pero, desde los medios de comunicación y los organismos internacionales se está fomentando la pérdida del sentido religioso; lo cual deja a la persona sola con sus miedos, sus dudas e inseguridades.
Aún suponiendo que yo no creyera en Dios, creo que la religión es algo positivo para los pueblos. Para empezar, es un nexo de unión importante, una actividad social y cultural. Además, sostiene una serie de valores universales que se refuerzan en la mayoría de las religiones existentes como son la honradez, la generosidad o el perdón. Pero, sobretodo, la religión alimenta la esperanza de pensar que nuestros actos no acaban en el vacío, sino que tienen una repercusión en nuestro futuro y el de las personas que nos rodean, de modo que somos parte de un proyecto divino universal y atemporal.
lunes, 1 de marzo de 2010
El tiempo
Para quien todavía no lo sepa, he vuelto a escribir. Sucede cuando se ha vivido unos cuantos años, que acabas viendo como el tiempo pone todo en su lugar. Lo que, a escala humana, nos parece un cambio importante, siempre acaba siendo suavizado o incluso borrado por el devenir de la historia. La perspectiva de las cosas y la experiencia nos enseñan que nada es tan bueno o tan malo como parece. Sólo el valor de la vida permanece imperturbable a través del tiempo y el espacio. Ya he contado que tengo la mala costumbre de conocer el desenlace de la historia. Leyendo mi blog, se puede comprobar cómo yo nunca me he creído realmente el tema de la gripe A ni las causas del cambio climático. Tampoco justifiqué nunca la guerra de Irak ni tuve la menor fe en el éxito de la negociación con los terroristas. Me parece algo de simple sentido común, y no entiendo todavía por qué tanta gente se lo cree todo "a pies juntillas".
Para mí saltan a la vista multitud de cosas, como cuando la famosa de turno afirma que su última relación es para siempre; pero no hay más que ver que no tiene una buena base, como de costumbre. Igual que se veía venir la caída de Unión Soviética, aunque no supiéramos el día y la hora. Hay situaciones tan insostenibles que lo raro es que se prolonguen tanto. Estaba muy claro que el crecimiento económico no podría mantenerse a ese ritmo y que estábamos viviendo por encima de nuestras posibilidades. Pero la gente prefería disfrutar del momento sin preocuparse de las consecuencias. Y, ahora, por fin, reconocen que el descenso demográfico puede llevarnos a la ruina en pocos años. Han hecho falta treinta años para que se dieran cuenta de algo tan evidente... ¿Cuántos años más tendremos que esperar para que empiecen a incentivar la natalidad y a favorecer a las familias?
Para mí saltan a la vista multitud de cosas, como cuando la famosa de turno afirma que su última relación es para siempre; pero no hay más que ver que no tiene una buena base, como de costumbre. Igual que se veía venir la caída de Unión Soviética, aunque no supiéramos el día y la hora. Hay situaciones tan insostenibles que lo raro es que se prolonguen tanto. Estaba muy claro que el crecimiento económico no podría mantenerse a ese ritmo y que estábamos viviendo por encima de nuestras posibilidades. Pero la gente prefería disfrutar del momento sin preocuparse de las consecuencias. Y, ahora, por fin, reconocen que el descenso demográfico puede llevarnos a la ruina en pocos años. Han hecho falta treinta años para que se dieran cuenta de algo tan evidente... ¿Cuántos años más tendremos que esperar para que empiecen a incentivar la natalidad y a favorecer a las familias?
Etiquetas:
crisis,
descenso demográfico,
experiencia,
familia,
historia,
natalidad,
vida
viernes, 6 de noviembre de 2009
Rebélate contra la pobreza
Es curioso por qué hay gente que piensa que tienen que declararse en contra del hambre, la pobreza, la guerra o el cambio climático. Tal vez suponen que los demás estamos a favor de todo eso. Por supuesto que nadie se va a manifestar pidiendo pobreza. Un acto así presupone que existe un culpable determinado a quien acusar de los problemas y, por desgracia, no es tan fácil. La pobreza en el mundo es consecuencia de múltiples factores culturales, históricos e incluso geográficos. Pero está empeorando con el tema del cambio climático.
"De Boer, que intervino en el Congreso de los Diputados el pasado mes de junio, defiende lo que denomina "un acuerdo equilibrado", consistente en que los países pobres se aprieten el cinturón debido a que, si su hipótesis climática fuera cierta, las naciones ricas se han excedido contaminando para enriquecerse. Claro que el representante de naciones Unidas disfraza su argumento de equitativo reparto:
"Si las naciones industrializadas estarán reduciendo entre un 25 y un 40 por ciento en 2020, pienso que ustedes, países en desarrollo, también en 2020 quizá podrían llegar al 15 por ciento."
El "cambio climático" supone un negocio redondo para los países contaminantes desarrollados:
1. Corta el flujo de ayudas a los países pobres porque se tienen que destinar a la mencionada hipótesis climática en las naciones desarrolladas.
2. Mantiene la dependencia de los países pobres.
3. Permite que los países desarrollados sigan vendiendo bienes y servicios a las naciones pobres, a las que previamente han convencido del cataclismo climático y luego han impedido que se sigan desarrollando".
Estoy de acuerdo en que realmente se gasta mucho dinero en tonterías y se hace poco por solucionar los problemas de los países pobres. Entonces nos corresponde a cada uno contribuir con lo que esté en nuestra mano, es decir, con las ongs. La política internacional de alto nivel y los intereses del comercio mundial es algo que no está en nuestra mano cambiar. Para salir de la pobreza, para empezar, los gobernantes de los propios países deberían estar interesados en ello y eso no suele ser así. Pero lo que es inadmisible es querer hacerles pagar por nuestros errores.
Los países de África que apenas cuentan con treinta años de vida independiente arrastran una serie de problemas endémicos que me temo que costará todavía decenios ir solucionando uno a uno. Precipitarse en cuestiones ajenas a menudo causa más perjuicio que beneficio, como se puede ver por la labor del Banco Mundial. Tampoco sirve de nada buscar culpables a toda costa, porque lo que hay que hacer es mirar hacia adelante y partir de la base de lo que se tiene.
Como dice la Encíclica "Caritas in veritate", para hacer el bien hay que partir de la verdad. No sirve hacer lo que nosotros consideramos bueno sin tener en cuenta las opiniones de los interesados o un análisis riguroso de todas las circunstancias. Todos los que hacen mal, lo hacen pensando que es un bien para los suyos (especialmente los terroristas islámicos), así que no hay que dejar que la emotividad guíe nuestros actos por encima de la reflexión.
Me temo que esta clase de concentraciones está formada por personas cargadas de resentimiento que buscan alguien a quien echarle la culpa de todo. Pero esa culpabilidad es compartida. Aquellos que consumimos productos de las internacionales o del todo a cien, que malgastamos energía comprando el derecho a contaminar de los pobres, o les vendemos armas en lugar de ayudar a su desarrollo; contribuímos a la pobreza, y por tanto no podemos ser juez y parte en este tema.
"De Boer, que intervino en el Congreso de los Diputados el pasado mes de junio, defiende lo que denomina "un acuerdo equilibrado", consistente en que los países pobres se aprieten el cinturón debido a que, si su hipótesis climática fuera cierta, las naciones ricas se han excedido contaminando para enriquecerse. Claro que el representante de naciones Unidas disfraza su argumento de equitativo reparto:
"Si las naciones industrializadas estarán reduciendo entre un 25 y un 40 por ciento en 2020, pienso que ustedes, países en desarrollo, también en 2020 quizá podrían llegar al 15 por ciento."
El "cambio climático" supone un negocio redondo para los países contaminantes desarrollados:
1. Corta el flujo de ayudas a los países pobres porque se tienen que destinar a la mencionada hipótesis climática en las naciones desarrolladas.
2. Mantiene la dependencia de los países pobres.
3. Permite que los países desarrollados sigan vendiendo bienes y servicios a las naciones pobres, a las que previamente han convencido del cataclismo climático y luego han impedido que se sigan desarrollando".
Estoy de acuerdo en que realmente se gasta mucho dinero en tonterías y se hace poco por solucionar los problemas de los países pobres. Entonces nos corresponde a cada uno contribuir con lo que esté en nuestra mano, es decir, con las ongs. La política internacional de alto nivel y los intereses del comercio mundial es algo que no está en nuestra mano cambiar. Para salir de la pobreza, para empezar, los gobernantes de los propios países deberían estar interesados en ello y eso no suele ser así. Pero lo que es inadmisible es querer hacerles pagar por nuestros errores.
Los países de África que apenas cuentan con treinta años de vida independiente arrastran una serie de problemas endémicos que me temo que costará todavía decenios ir solucionando uno a uno. Precipitarse en cuestiones ajenas a menudo causa más perjuicio que beneficio, como se puede ver por la labor del Banco Mundial. Tampoco sirve de nada buscar culpables a toda costa, porque lo que hay que hacer es mirar hacia adelante y partir de la base de lo que se tiene.
Como dice la Encíclica "Caritas in veritate", para hacer el bien hay que partir de la verdad. No sirve hacer lo que nosotros consideramos bueno sin tener en cuenta las opiniones de los interesados o un análisis riguroso de todas las circunstancias. Todos los que hacen mal, lo hacen pensando que es un bien para los suyos (especialmente los terroristas islámicos), así que no hay que dejar que la emotividad guíe nuestros actos por encima de la reflexión.
Me temo que esta clase de concentraciones está formada por personas cargadas de resentimiento que buscan alguien a quien echarle la culpa de todo. Pero esa culpabilidad es compartida. Aquellos que consumimos productos de las internacionales o del todo a cien, que malgastamos energía comprando el derecho a contaminar de los pobres, o les vendemos armas en lugar de ayudar a su desarrollo; contribuímos a la pobreza, y por tanto no podemos ser juez y parte en este tema.
martes, 29 de septiembre de 2009
Valores universales
Se habla mucho ahora de que la juventud ha perdido los valores. La pregunta es: ¿qué valores?. Existe una moral universal creada a través de los siglos y la experiencia en los más diversos lugares del planeta. Esos valores universales coinciden bastante bien con los diez mandamientos de la ley de Dios: no robar, no mentir, no ser infiel, no matar... Ese orden moral está inscrito en nuestra conciencia. Sin embargo, lo que no se puede hacer es inventarse en pocos años otra escala de valores diferente y querer imponersela a la sociedad por vía de decreto ley o lo que haga falta. Los valores que no resultan naturales al hombre acaban dañando a toda la sociedad. Por ejemplo, al considerar la libertad como el principal fin del ser humano, no estamos teniendo en cuenta que la falta de límites y responsabilidades, no sólo perjudica al que la sufre, sino también al que la ejerce.
Así que, cuando escucho hablar sobre educación en valores a según quién, me quedo más preocupada que antes. Porque, casi resultaría mejor que cada cual vaya descubriéndolos por su propia experiencia, que pretender crear una moralidad a la medida de la ideología de moda, al margen del sentido común y sin ninguna perspectiva histórica. Lo más grave es que se pretende formar a los adultos de mañana con unos postulados que no han demostrado validez universal. Ya ahora estamos empezando a ver las consecuencias de una educación demasiado permisiva; pero, en lugar de rectificar volviendo a terrenos conocidos, pretenden experimentar con nuestros jóvenes, poniendo en riesgo todo un orden social y moral que había costado milenios alcanzar. Todo por pura ambición política.
Así que, cuando escucho hablar sobre educación en valores a según quién, me quedo más preocupada que antes. Porque, casi resultaría mejor que cada cual vaya descubriéndolos por su propia experiencia, que pretender crear una moralidad a la medida de la ideología de moda, al margen del sentido común y sin ninguna perspectiva histórica. Lo más grave es que se pretende formar a los adultos de mañana con unos postulados que no han demostrado validez universal. Ya ahora estamos empezando a ver las consecuencias de una educación demasiado permisiva; pero, en lugar de rectificar volviendo a terrenos conocidos, pretenden experimentar con nuestros jóvenes, poniendo en riesgo todo un orden social y moral que había costado milenios alcanzar. Todo por pura ambición política.
Etiquetas:
experimento,
historia,
libertad,
mandamientos,
sociedad
miércoles, 1 de julio de 2009
Una sociedad enferma
Como ya os he contado, voy atesorando anécdotas durante años, de manera que, aunque a veces no les haya encontrado el sentido en su momento, lo acabo descubriendo con el tiempo. Cuando algo me parece inexplicable, no lo descarto, sino que lo retengo en la memoria. Esto me sucedió hace unos diez años en un cursillo que hice de ofimática. Tenían un grupo de compañeras muy agradable, entre las cuales me hice más amiga de dos. Una de ellas era vasca y vive en Madrid en mi ciudad. La he vuelto a ver un par de veces por la calle.
Mi otra amiga es madrileña, pero tiene un apellido vasco bastante llamativo. Al decirselo a la primera, pasó algo extraño: empezó a insistir en que tenía que tener familia vasca. Le dijo que el apellido era antiguo de varias generaciones y que ya no contaba con ningún pariente cercano vasco. Pero la otra chica empezó a enfadarse y repetir que, si tenía un apellido vasco tenía que ser vasca o alguno de sus progenitores. Ya no sabíamos que decirle. Así que le puse un ejemplo: si me llamo Zamorano, ¿tengo que ser de Zamora?, o Sevillano, o Soriano...
Yo creo que todo tiene una razón, pero por entonces no conocía la realidad del País vasco. Que lo que aquí es lógico y natural, allí resulta ser imposible o inaceptable. La única razón es la educación que han estado impartiendo en los colegios. Es fácil adoctrinar a un niño y darle una visión distorsionada de la realidad. En su caso, han modificado la historia, la cultura, hasta la religión para adaptarla a sus propios fines. No saben que existen apellidos vascos por todo el mundo, porque sus antepasados eran viajeros y no le hacían ascos a nadie por aquel entonces.
Ahora que empieza una nueva etapa, no me atrevo a confiar en que las cosas puedan cambiar mucho. Lo que ha costado treinta años construir no va a desaparecer en cuatro. Pero por poco que se haga siempre será mejor que dejar las cosas como están. Espero que al menos no siga muriendo gente por esta causa. El País Vasco es un ejemplo de lo que la manipulación mental puede hacer con unas personas completamente normales. No caigamos otra vez en la misma trampa. No puede haber democracia sin libertad de pensamiento.
Música: la oreja de van gogh - escapar
Mi otra amiga es madrileña, pero tiene un apellido vasco bastante llamativo. Al decirselo a la primera, pasó algo extraño: empezó a insistir en que tenía que tener familia vasca. Le dijo que el apellido era antiguo de varias generaciones y que ya no contaba con ningún pariente cercano vasco. Pero la otra chica empezó a enfadarse y repetir que, si tenía un apellido vasco tenía que ser vasca o alguno de sus progenitores. Ya no sabíamos que decirle. Así que le puse un ejemplo: si me llamo Zamorano, ¿tengo que ser de Zamora?, o Sevillano, o Soriano...
Yo creo que todo tiene una razón, pero por entonces no conocía la realidad del País vasco. Que lo que aquí es lógico y natural, allí resulta ser imposible o inaceptable. La única razón es la educación que han estado impartiendo en los colegios. Es fácil adoctrinar a un niño y darle una visión distorsionada de la realidad. En su caso, han modificado la historia, la cultura, hasta la religión para adaptarla a sus propios fines. No saben que existen apellidos vascos por todo el mundo, porque sus antepasados eran viajeros y no le hacían ascos a nadie por aquel entonces.
Ahora que empieza una nueva etapa, no me atrevo a confiar en que las cosas puedan cambiar mucho. Lo que ha costado treinta años construir no va a desaparecer en cuatro. Pero por poco que se haga siempre será mejor que dejar las cosas como están. Espero que al menos no siga muriendo gente por esta causa. El País Vasco es un ejemplo de lo que la manipulación mental puede hacer con unas personas completamente normales. No caigamos otra vez en la misma trampa. No puede haber democracia sin libertad de pensamiento.
Música: la oreja de van gogh - escapar
Etiquetas:
adoctrinamiento,
amigos,
antepasados,
historia,
vasco
martes, 5 de mayo de 2009
Segundas partes
Muchos matrimonios no resultan porque no ponen de su parte, y algunos aunque pongan todo de su parte. El problema es que no te casas con una persona, sino también con sus padres, hermanos y amigos de la infancia. Los psiquiatras saben que, cada experiencia buena o mala que se ha vivido en los primeros años de vida, determina la manera en que vas a reaccionar más adelante ante algún estímulo similar. Sólo eso ya complica mucho la convivencia. Pero luego está también las relaciones sentimentales anteriores. Cuanto más y más complejas hayan sido las parejas que precedieron a la actual, más difícil será que la persona confíe en su nueva relación y esté dispuesto a entregarse de forma incondicional.
La gente tiende a repetir los mismos comportamientos aún conociendo las consecuencias y a evitar situaciones que les resultan familiares, sin tener en cuenta que el cambio de protagonistas hace que el final también varíe. Cuando la relación anterior ha sido otro matrimonio y especialmente si hay hijos por medio, es casi imposible empezar de cero. Esa experiencia, con todo lo positivo y lo negativo, estará siempre presente en las nuevas parejas que se puedan encontrar. Por eso, los separados habitualmente no consiguen mantener parejas estables y, cuando las tienen, son temporales. Es raro que acaben sus vidas casados. Mi hermano se ha vuelto a separar.
Cuando digo que es mejor evitar complicarse sentimentalmente con alguien a quien apenas se conoce, siempre pensáis que me refiero al sexo, y también. Pero sobretodo porque la relación sexual supone un nivel de intimidad y de implicación emocional que sólo se debería alcanzar con el menor número de personas posible. Cada pareja te va cambiando aunque no quieras; a algunos hasta niveles en que apenas se les reconoce; y hace que cada vez te resulte más difícil encontrar a alguien que encaje en un puzle de personalidades tan complejo. Por eso es preferible también elegir a alguien que no cargue con mucha historia sentimental a sus espaldas. No es nada fácil librarse del peso de los recuerdos.
La gente tiende a repetir los mismos comportamientos aún conociendo las consecuencias y a evitar situaciones que les resultan familiares, sin tener en cuenta que el cambio de protagonistas hace que el final también varíe. Cuando la relación anterior ha sido otro matrimonio y especialmente si hay hijos por medio, es casi imposible empezar de cero. Esa experiencia, con todo lo positivo y lo negativo, estará siempre presente en las nuevas parejas que se puedan encontrar. Por eso, los separados habitualmente no consiguen mantener parejas estables y, cuando las tienen, son temporales. Es raro que acaben sus vidas casados. Mi hermano se ha vuelto a separar.
Cuando digo que es mejor evitar complicarse sentimentalmente con alguien a quien apenas se conoce, siempre pensáis que me refiero al sexo, y también. Pero sobretodo porque la relación sexual supone un nivel de intimidad y de implicación emocional que sólo se debería alcanzar con el menor número de personas posible. Cada pareja te va cambiando aunque no quieras; a algunos hasta niveles en que apenas se les reconoce; y hace que cada vez te resulte más difícil encontrar a alguien que encaje en un puzle de personalidades tan complejo. Por eso es preferible también elegir a alguien que no cargue con mucha historia sentimental a sus espaldas. No es nada fácil librarse del peso de los recuerdos.
Etiquetas:
historia,
niños,
parejas,
relaciones,
separaciones
jueves, 30 de abril de 2009
El perdón
Parece ser que en las psicoterapias empiezan por sacar a la luz aquellos sentimientos que ocultas porque te hacen sentir avergonzada, como son celos, rencores y demás. Se trata de que seas capaz de perdonarte a tí mismo por sentirte así, como paso previo para poder perdonar a la persona que causó esa sensación y romper el vínculo que te une a ella. Creo que hay mucha gente que va por la vida cargando con el peso de sus culpas y las ajenas, sin ser capaz de hablarlo, asumirlo y seguir adelante. En eso los católicos tenemos algo de ayuda, ya que la misa es casi una terapia. Sin embargo, como siempre, decirlo es más fácil que hacerlo.
En España me temo que culpa abarca varias generaciones. Andamos siempre cabizbajos, pensando en los errores que cometieron nuestros antepasados, y desdeñando los aciertos. Debe ser el único país del mundo donde la gente antepone lo peor de su historia a todo lo demás. Y eso es precisamente lo que impide que podamos seguir adelante, porque siempre hay división de opiniones y diferentes interpretaciones de un mismo hecho. Buscar un punto de acuerdo viene a ser mucho más difícil que limitarse a atacar al contrario. Me consta que, si hicieran una encuesta, la mayor parte de los españoles conocen los Evangelios y sienten admiración por la figura de Jesucristo. Asimismo, casi todos saben que los religiosos y voluntarios católicos llegan a la aldea más remota, donde no existen siquiera carreteras, dispuestos a dedicar su vida a los más necesitados, los enfermos y los discriminados.
La labor social de la Iglesia no es ningún secreto. También en nuestro país llevan la mayor parte de los albergues y comedores sociales. Entonces, no se explica cómo persiste todavía tanto rencor. Hay una gran cantidad de personas que no entraría en una iglesia porque sus padres, abuelos o incluso ya bisabuelos estuvieron en contra de la religión en un momento dado. Si vivieran ahora esas personas, probablemente ya no serían tan críticos. Simplemente respondieron a unas circunstancias determinadas. Pero la herencia familiar que han dejado provoca que a algunos la simple visión de una sotana les cause malestar. O tal vez tuvieran problemas con algún profesor religioso de niños. Antes de rechazar la Iglesia en general, con sus miles de religiosos y sus millones de fieles, habría que mirar en nuestro interior y ver lo que no somos capaces de perdonar, a quién y por qué.
Música: Feel. Robbie Williams
En España me temo que culpa abarca varias generaciones. Andamos siempre cabizbajos, pensando en los errores que cometieron nuestros antepasados, y desdeñando los aciertos. Debe ser el único país del mundo donde la gente antepone lo peor de su historia a todo lo demás. Y eso es precisamente lo que impide que podamos seguir adelante, porque siempre hay división de opiniones y diferentes interpretaciones de un mismo hecho. Buscar un punto de acuerdo viene a ser mucho más difícil que limitarse a atacar al contrario. Me consta que, si hicieran una encuesta, la mayor parte de los españoles conocen los Evangelios y sienten admiración por la figura de Jesucristo. Asimismo, casi todos saben que los religiosos y voluntarios católicos llegan a la aldea más remota, donde no existen siquiera carreteras, dispuestos a dedicar su vida a los más necesitados, los enfermos y los discriminados.
La labor social de la Iglesia no es ningún secreto. También en nuestro país llevan la mayor parte de los albergues y comedores sociales. Entonces, no se explica cómo persiste todavía tanto rencor. Hay una gran cantidad de personas que no entraría en una iglesia porque sus padres, abuelos o incluso ya bisabuelos estuvieron en contra de la religión en un momento dado. Si vivieran ahora esas personas, probablemente ya no serían tan críticos. Simplemente respondieron a unas circunstancias determinadas. Pero la herencia familiar que han dejado provoca que a algunos la simple visión de una sotana les cause malestar. O tal vez tuvieran problemas con algún profesor religioso de niños. Antes de rechazar la Iglesia en general, con sus miles de religiosos y sus millones de fieles, habría que mirar en nuestro interior y ver lo que no somos capaces de perdonar, a quién y por qué.
Música: Feel. Robbie Williams
Etiquetas:
familia,
historia,
iglesia,
Jesucristo,
psicología
Suscribirse a:
Entradas (Atom)