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lunes, 25 de abril de 2011
El vacío
El cuaderno en blanco me mira con ojos de burla. cada uno de sus cuadraditos parece enfocar hacia mi persona. Se preguntan cómo es posible que hayamos pasado tantas horas juntos y ahora sea incapaz de dar a luz unas líneas. Así que, me he armado de valor y, bolígrafo en mano, he decidido volver a intentarlo, en nombre de los más de mil post, de mis siete libros y de tantos días de inspiración, que ya pertenecen al pasado. No puedo escribir, por la misma razón por la que ya no tengo fuerzas para salir o hacer las cosas habituales de cada día. Estoy deprimida. No sé si por una razón en concreto o porque sí. Sospecho que alguna parte de mi cerebro se ha rebelado y se ha declarado en huelga ante tanta introspección y auto reflexión. El caso es que estoy anclada al cuaderno sin saber, por una vez, exactamente qué quiero decir.
Lo bueno de tocar fondo es que sólo puedes ir hacia arriba, o al menos eso es lo que yo me repito a mí misma cada día para no dejarme ir otra vez hacia el abismo. Estoy con medicación, aunque me avergüence reconocerlo. Yo , más que nadie, creo que debería haber sido capaz de salir de este agujero por mis propios medios. Si no es así, vaya una consejera que estoy hecha. Pero no me rindo. Me aferro a mi familia, a mis clases de francés y, sobretodo a mi religión. Un desequilibrio químico no va a poder conmigo. Así que espero que éste sea el primer post de una larga serie. Que tenga para aburriros y para publicar otro libro más. Que el cuaderno no se quede sobre la mesa recordándome que mis intenciones se convirtieron en humo. Quiero encontrar la salida de este laberinto cuanto antes.
Lo bueno de tocar fondo es que sólo puedes ir hacia arriba, o al menos eso es lo que yo me repito a mí misma cada día para no dejarme ir otra vez hacia el abismo. Estoy con medicación, aunque me avergüence reconocerlo. Yo , más que nadie, creo que debería haber sido capaz de salir de este agujero por mis propios medios. Si no es así, vaya una consejera que estoy hecha. Pero no me rindo. Me aferro a mi familia, a mis clases de francés y, sobretodo a mi religión. Un desequilibrio químico no va a poder conmigo. Así que espero que éste sea el primer post de una larga serie. Que tenga para aburriros y para publicar otro libro más. Que el cuaderno no se quede sobre la mesa recordándome que mis intenciones se convirtieron en humo. Quiero encontrar la salida de este laberinto cuanto antes.
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sábado, 29 de enero de 2011
Gabriel García Márquez
A pesar de sus simpatías políticas, es, sin duda, uno de mis escritores favoritos. Aún recuerdo cómo me quede extasiada la primera vez que leí Cien años de soledad, y no podía dejarlo a pesar de ser un libro tan largo y tan complicado. El mundo imaginario de Macondo, con sus múltiples historias entrelazadas, llegó a formar parte de mi mente por una temporada. Después leí El coronel no tiene quien le escriba. Otra novela similar, que bien podría formar parte de la misma trama, ya que retrata el mismo ambiente, alegre a ratos, a agobiante la mayor parte del tiempo, debido al calor; pero sobretodo a la sensación de decadencia y monotonía que invade la vida de los personajes de estas novelas.
Ahora estoy leyendo El amor en los tiempos del cólera y, una vez más, me he quedado fascinada por la fecundidad de la imaginación de García Márquez, por su facilidad para crear personajes y hacerlos reales, incluso en las situaciones más fantásticas y cargadas de dramatismo. Afortunadamente, este libro no es tan trágico, sino que aporta un mensaje de esperanza y de amor a lo largo del tiempo. También está lleno de referencias religiosas, que se viven como algo natural y cotidiano en la vida de la comunidad y sus habitantes. De este modo, hace un retrato, no sólo de un pueblo o de su país, Colombia, sino de toda la cultura y la tradición hispana.
"En el curso de los años ambos llegaron por distintos caminos a la conclusión sabia de que no era posible vivir juntos de otro modo, ni amarse de otro modo: nada en este mundo era más difícil que el amor".
El amor en los tiempos del cólera. Gabriel García Márquez
Escribí este post cuando aún no había terminado el libro. No me ha gustado la última parte. En primer lugar introduce una historia de pederastia del protagonista sobre una niña de catorce años que habían confiado a su cuidado. Inexcusable. Luego insiste sobre la posibilidad de vivir una relación de vejez con alguien de quien nunca ha estado realmente enamorado, en contra de sus propios familiares y amigos, como un modo egoísta de apurar los últimos años de sus vidas. Me ha dejado un mal sabor de boca, después de todo. Una pena estropear una gran novela así.
Ahora estoy leyendo El amor en los tiempos del cólera y, una vez más, me he quedado fascinada por la fecundidad de la imaginación de García Márquez, por su facilidad para crear personajes y hacerlos reales, incluso en las situaciones más fantásticas y cargadas de dramatismo. Afortunadamente, este libro no es tan trágico, sino que aporta un mensaje de esperanza y de amor a lo largo del tiempo. También está lleno de referencias religiosas, que se viven como algo natural y cotidiano en la vida de la comunidad y sus habitantes. De este modo, hace un retrato, no sólo de un pueblo o de su país, Colombia, sino de toda la cultura y la tradición hispana.
"En el curso de los años ambos llegaron por distintos caminos a la conclusión sabia de que no era posible vivir juntos de otro modo, ni amarse de otro modo: nada en este mundo era más difícil que el amor".
El amor en los tiempos del cólera. Gabriel García Márquez
Escribí este post cuando aún no había terminado el libro. No me ha gustado la última parte. En primer lugar introduce una historia de pederastia del protagonista sobre una niña de catorce años que habían confiado a su cuidado. Inexcusable. Luego insiste sobre la posibilidad de vivir una relación de vejez con alguien de quien nunca ha estado realmente enamorado, en contra de sus propios familiares y amigos, como un modo egoísta de apurar los últimos años de sus vidas. Me ha dejado un mal sabor de boca, después de todo. Una pena estropear una gran novela así.
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domingo, 26 de diciembre de 2010
Rumores y mentiras
El otro día fui a ver esta película un poco por error. No sabía que era la típica comedia de instituto americano. Sin embargo, tiene algunos aspectos interesantes, dentro de ser un telefilm. Trata de una chica decente que, por una mentira, de pronto adquiere fama de de promiscua; lo cual curiosamente la convierte en alguien muy popular. Ella se debate entre el deseo de decir la verdad y las ventajas que su nueva condición le supone, incluso económicas. Sin embargo, no se puede afirmar que tenga un mensaje moralizante, ya que aquellos que la critican son retratados como unos extremistas religiosos. Como si la moralidad fuera patrimonio exclusivo de los cristianos y, por tanto, algo sectario y radical.
Su mejor amigo, como no, resulta ser un homosexual, que abandona sus estudios para seguir sus tendencias; cosa que tampoco parece necesaria. En cuanto a sus padres y los de su mejor amiga, confiesan ser unos antiguos hippies que están de vuelta de todo aquello que intentan evitar en sus propios hijos; lo cual resulta contradictorio. Supongo que eso le aporta realismo a la película, ya que parece ser una situación habitual en muchos hogares americanos: padres que no pueden transmitir valores porque nunca han predicado con el ejemplo. Hijos que se debaten entre los dos extremos sin tener unos referentes claros. En el caso de esta chica, la historia acaba bien practicamente por causalidad, pero podría haber acabado fatal.
Su mejor amigo, como no, resulta ser un homosexual, que abandona sus estudios para seguir sus tendencias; cosa que tampoco parece necesaria. En cuanto a sus padres y los de su mejor amiga, confiesan ser unos antiguos hippies que están de vuelta de todo aquello que intentan evitar en sus propios hijos; lo cual resulta contradictorio. Supongo que eso le aporta realismo a la película, ya que parece ser una situación habitual en muchos hogares americanos: padres que no pueden transmitir valores porque nunca han predicado con el ejemplo. Hijos que se debaten entre los dos extremos sin tener unos referentes claros. En el caso de esta chica, la historia acaba bien practicamente por causalidad, pero podría haber acabado fatal.
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viernes, 5 de noviembre de 2010
Los unos y los otros
En más de cuatro años de blog he tenido relación con mucha gente; más cuando tenía comentarios abiertos. A algunos los sigo casi desde el principio, otros se han ido quedando en el camino. Recuerdo a una chica bisexual que, curiosamente, solía estar de acuerdo conmigo. Hasta que un día intentó hacer campaña contra la derecha desde mi blog. Habría que explicarle que se puede ser buena pero no tonta. También conocí a un chico bisexual encantador a quien espero que le sigan yendo bien las cosas. Tuve bastante relación con otra chica que era todo lo que yo critico: promiscua, alcohólica y drogadicta, y, sin embargo, nos entendimos bien una temporada hasta que pretendió que yo tenía que darle la razón hiciera lo que hiciera. Conocí también a una señora de mi edad con quien compartía muchos intereses. Fue la primera en bajarse del barco en cuanto zozobró. Luego hay otro señor en Valencia que es una gran persona y forma conmigo la pareja senior de internet.
Mantenía otra extraña "relación" con un bloguero que escribe muy bien y nos parecemos más de lo que él mismo reconocería. Sin embargo, no tuvo problema en darme una puñalada trapera a la menor desavenencia. Hay otro, sin embargo, que no vale la pena ni recordar. Un individuo que, siendo católico practicante, sin embargo, odia frontalmente todo lo relativo a la Iglesia, y para eso utiliza su blog, para calumniarla. En el apartado positivo, por supuesto, hay un par de chicas a las que me hubiera gustado conocer personalmente. También hay otra señora que, a pesar de profesar una ideología contraria a la mía, jamás me ha dado motivos para molestarme, sino todo lo contrario. Quedan algunos más a los que sigo visitando de vez en cuando, aunque nunca hemos tenido mucha relación. Espero no olvidar a nadie importante. El caso es que la mayoría de ellos ya no escriben o lo hacen de tarde en tarde. Quedamos pocos supervivientes.
Mantenía otra extraña "relación" con un bloguero que escribe muy bien y nos parecemos más de lo que él mismo reconocería. Sin embargo, no tuvo problema en darme una puñalada trapera a la menor desavenencia. Hay otro, sin embargo, que no vale la pena ni recordar. Un individuo que, siendo católico practicante, sin embargo, odia frontalmente todo lo relativo a la Iglesia, y para eso utiliza su blog, para calumniarla. En el apartado positivo, por supuesto, hay un par de chicas a las que me hubiera gustado conocer personalmente. También hay otra señora que, a pesar de profesar una ideología contraria a la mía, jamás me ha dado motivos para molestarme, sino todo lo contrario. Quedan algunos más a los que sigo visitando de vez en cuando, aunque nunca hemos tenido mucha relación. Espero no olvidar a nadie importante. El caso es que la mayoría de ellos ya no escriben o lo hacen de tarde en tarde. Quedamos pocos supervivientes.
lunes, 13 de septiembre de 2010
La prehistoria
Si cuesta imaginar la vida en la Edad Media, mucho más remontarse a la edad de Piedra. Hay que empezar por sentir lo que sería vivir sin una casa donde refugiarse, como animales, moviéndose siempre de un lado para otro en busca de comida y cobijo. Desnudos en verano, vestidos solamente con alguna piel en invierno. Sin apenas armas, a merced de los animales salvajes y sin conocimientos médicos para tratarse. Una vida que todavía llevan el algunos lugares aislados de la Tierra. Hay quien quiere ver en ello un paraíso, pero no pensarían lo mismo si fueran sus hijos los que enfermaran sin un médico en las cercanías. Aún así, se las arreglaban para disfrutar de la vida, tal vez mejor que nosotros que tenemos las cosas más fáciles. En un mundo hostil donde la prioridad era la simple supervivencia, su mayor preocupación sería encontrar algo que comer, y su mayor alegría estar juntos un día más.
En esos albores de la humanidad, eran pocos. Grupos familiares que, a veces, se cruzaban en el camino entre ellos. No existía organización alguna, ni policía, ni ejércitos. Así que cada cual tenía que arreglarselas para proteger a los suyos. Me imagino que apenas se entendían entre diferentes grupos humanos, con las pocas palabras que, además, utilizaban por entonces. Una simple infección dental podía arruinarles la salud. La vida de los primeros humanos tenía poco de idílica. Sin embargo, apenas empezaron a razonar, apareció el pensamiento religioso. Desde que el hombre es hombre, siempre ha buscado algo más, una explicación para la vida, un sentido para la muerte, una razón para seguir luchando. La religión es algo consustancial al ser humano, por más que ahora algunos quieran negar ese hecho dándoselas de civilizados.
En esos albores de la humanidad, eran pocos. Grupos familiares que, a veces, se cruzaban en el camino entre ellos. No existía organización alguna, ni policía, ni ejércitos. Así que cada cual tenía que arreglarselas para proteger a los suyos. Me imagino que apenas se entendían entre diferentes grupos humanos, con las pocas palabras que, además, utilizaban por entonces. Una simple infección dental podía arruinarles la salud. La vida de los primeros humanos tenía poco de idílica. Sin embargo, apenas empezaron a razonar, apareció el pensamiento religioso. Desde que el hombre es hombre, siempre ha buscado algo más, una explicación para la vida, un sentido para la muerte, una razón para seguir luchando. La religión es algo consustancial al ser humano, por más que ahora algunos quieran negar ese hecho dándoselas de civilizados.
domingo, 15 de agosto de 2010
Entre fantasmas
Se trata de una serie con temática religiosa donde, curiosamente, no se mencionan nunca las palabras: Dios, vida eterna o ángeles. La protagonista es una mujer que ayuda a pasar al "otro lado" a las almas de los muertos, atravesando una luz donde, a veces, pueden ver a sus seres queridos ya fallecidos. Hay otros espíritus que no quieren irse, porque prefieren quedarse y acumular poder a costa de las emociones negativas ajenas, pero a éstos tampoco los llaman demonios. La actriz que hace de Melissa tiene el mérito de ser capaz de llorar en todos los episodios. Debe tener los ojos destrozados. La serie resulta emotiva porque explora los sentimientos de los personajes. Aún así, realmente los guionistas tienen una imaginación inagotable, ya que lleva ya seis temporadas con un argumento tan básico. El caso es que yo la veo. Me resulta entretenida y suele tener un mensaje optimista y un final relativamente feliz, dentro de lo que cabe.
Sin embargo, no deja de llamarme la atención que se dedique una serie a hablar sobre la resurrección de las almas desde un punto de vista agnóstico. Tal vez lo siguiente sea que los programas de deporte los presenten personas a quienes el tema no les atraiga lo más mínimo; o podrían hacer documentales de animales para ilustrar a los cazadores; o sobre ciudades extranjeras que no nos gusten en absoluto... Aún así, prefiero ver una serie que admite la posibilidad de vida después de la muerte, aunque se trate de una versión atípica. Los protagonistas son agradables, las tramas son entretenidas y profundiza en el mundo de las emociones. El único problema es que, con tantas temporadas, ponen los episodios revueltos y, para quien no haya seguido la trama desde el principio, resulta algo complicado entenderla.
Sin embargo, no deja de llamarme la atención que se dedique una serie a hablar sobre la resurrección de las almas desde un punto de vista agnóstico. Tal vez lo siguiente sea que los programas de deporte los presenten personas a quienes el tema no les atraiga lo más mínimo; o podrían hacer documentales de animales para ilustrar a los cazadores; o sobre ciudades extranjeras que no nos gusten en absoluto... Aún así, prefiero ver una serie que admite la posibilidad de vida después de la muerte, aunque se trate de una versión atípica. Los protagonistas son agradables, las tramas son entretenidas y profundiza en el mundo de las emociones. El único problema es que, con tantas temporadas, ponen los episodios revueltos y, para quien no haya seguido la trama desde el principio, resulta algo complicado entenderla.
domingo, 8 de agosto de 2010
Sé lo que hicistéis versus el hormiguero
Hace aproximadamente dos años que empecé a ver ambos programas. Los dos tienen cualidades: son entretenidos, interesantes y divertidos; y los dos tienen el mismo defecto: querer haber sido caballo de batalla al servicio de una ideología política y moral. El hormiguero lo veía con mis hijos y, a pesar de ser ya todos mayores, acabé por vetarlo porque me estaba dando ya vergüenza ajena.
Siendo un programa dirigido a los niños, no hay frase que no contenga alusiones sexuales o referencias a los genitales de los presentadores. A parte del gusto por lo escatológico -que ya estaba resultando repugnante-, y las entrevistas a personajes afínes que nos ponen al día de su vida íntima sin que les preguntemos. Una pena, realmente, porque había otras entrevistas y secciones que valían la pena.
Sin embargo, Sé lo que hicistéis ha seguido un poco la trayectoria contraria. Tras un tiempo en que las alusiones políticas y antirreligiosas estaban a la orden del día, también dejé de verlo. Pero ahora parece que han rectificado y puedo seguir todo el programa sin sentirme ofendida o insultada. Al menos, ultimamente. Espero no tener que rectificar estas líneas la semana que viene... Lo único que me molesta ahora, es que se dediquen a criticar la música sudamericana que no comprenden.
Lo que demuestra que se puede hacer un programa de entretenimiento para todos sin utilizar el recurso fácil del insulto y la burla, el lenguaje obseno y la provocación. Además, lo curioso es que ellos mismos deberían ser los primeros interesados en atraer a un público lo más variado posible. Al fin y al cabo, su supervivencia depende de la audiencia y todos sumamos, sea cual sea nuestra ideología.
Siendo un programa dirigido a los niños, no hay frase que no contenga alusiones sexuales o referencias a los genitales de los presentadores. A parte del gusto por lo escatológico -que ya estaba resultando repugnante-, y las entrevistas a personajes afínes que nos ponen al día de su vida íntima sin que les preguntemos. Una pena, realmente, porque había otras entrevistas y secciones que valían la pena.
Sin embargo, Sé lo que hicistéis ha seguido un poco la trayectoria contraria. Tras un tiempo en que las alusiones políticas y antirreligiosas estaban a la orden del día, también dejé de verlo. Pero ahora parece que han rectificado y puedo seguir todo el programa sin sentirme ofendida o insultada. Al menos, ultimamente. Espero no tener que rectificar estas líneas la semana que viene... Lo único que me molesta ahora, es que se dediquen a criticar la música sudamericana que no comprenden.
Lo que demuestra que se puede hacer un programa de entretenimiento para todos sin utilizar el recurso fácil del insulto y la burla, el lenguaje obseno y la provocación. Además, lo curioso es que ellos mismos deberían ser los primeros interesados en atraer a un público lo más variado posible. Al fin y al cabo, su supervivencia depende de la audiencia y todos sumamos, sea cual sea nuestra ideología.
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martes, 18 de mayo de 2010
Un mundo sin Dios
Alguien dijo: "si no crees en Dios, actúa como si creyeras". Estamos en un momento de la historia en que el problema no es que la gente no crea, sino que ni siquiera se lo plantean. Cuando alguien rechaza a Dios, al menos está estudiando la posibilidad de que exista, para luego negarla. Pero, cuando la humanidad ni siquiera piensa en ello, desaparece también el concepto de premio o castigo. Es decir, que nuestro paso por la vida es tan temporal, que da exactamente lo mismo lo que hagamos. Podemos dedicarnos a buscar el propio beneficio y olvidarnos de que existe alguien más sobre el planeta.
La religión es un pensamiento natural que existe desde el principio de los tiempos. Ya los hombres primitivos en sus cuevas hacían representaciones de tipo místico intentando comunicarse con la divinidad. A lo largo de la civilización, lo habitual es que se pase de un pensamiento mágico ligado a la naturaleza, a un politeísmo, para finalmente llegar al monoteísmo que practica la mayor parte del mundo. Pero, desde los medios de comunicación y los organismos internacionales se está fomentando la pérdida del sentido religioso; lo cual deja a la persona sola con sus miedos, sus dudas e inseguridades.
Aún suponiendo que yo no creyera en Dios, creo que la religión es algo positivo para los pueblos. Para empezar, es un nexo de unión importante, una actividad social y cultural. Además, sostiene una serie de valores universales que se refuerzan en la mayoría de las religiones existentes como son la honradez, la generosidad o el perdón. Pero, sobretodo, la religión alimenta la esperanza de pensar que nuestros actos no acaban en el vacío, sino que tienen una repercusión en nuestro futuro y el de las personas que nos rodean, de modo que somos parte de un proyecto divino universal y atemporal.
La religión es un pensamiento natural que existe desde el principio de los tiempos. Ya los hombres primitivos en sus cuevas hacían representaciones de tipo místico intentando comunicarse con la divinidad. A lo largo de la civilización, lo habitual es que se pase de un pensamiento mágico ligado a la naturaleza, a un politeísmo, para finalmente llegar al monoteísmo que practica la mayor parte del mundo. Pero, desde los medios de comunicación y los organismos internacionales se está fomentando la pérdida del sentido religioso; lo cual deja a la persona sola con sus miedos, sus dudas e inseguridades.
Aún suponiendo que yo no creyera en Dios, creo que la religión es algo positivo para los pueblos. Para empezar, es un nexo de unión importante, una actividad social y cultural. Además, sostiene una serie de valores universales que se refuerzan en la mayoría de las religiones existentes como son la honradez, la generosidad o el perdón. Pero, sobretodo, la religión alimenta la esperanza de pensar que nuestros actos no acaban en el vacío, sino que tienen una repercusión en nuestro futuro y el de las personas que nos rodean, de modo que somos parte de un proyecto divino universal y atemporal.
martes, 13 de octubre de 2009
17 de octubre 2009 - Un día histórico
Supongo que ya habéis oído que ese día habrá varias manifestaciones por toda España en contra de la nueva ley del aborto. Ya sé que dicen que la convocan ultracatólicos de extrema derecha, pero eso es una definición interesada. El aborto no es un tema religioso, aunque todas las religiones lo prohiban. Tampoco es exclusivo de ideologías conservadoras. De hecho hay mucha gente de izquierdas que se opone, pero no se atreven a dar su opinión, por miedo a que los consideren anticuados. Sin embargo, el aborto no es, por desgracia, algo nuevo, sino un mal a evitar, como la pederastia o el incesto, que también existen desde siempre.
El aborto no puede ser un derecho, porque es una desgracia. Eso lo saben todos aquellos que han perdido un hijo de forma involuntaria. El niño concebido forma ya parte de nuestra familia, lo queramos o no, nos venga bien o mal en ese momento. Y por tanto, matarlo significa eliminar a un pariente nuestro, un hijo, un nieto, un hermano. El óvulo fecundado al cabo de una semana ya tiene el aspecto de un bebé en miniatura, con sus piernas, brazos, y cabeza con todos los rasgos que le caracterizarán en su vida. No es un montón de células informe. Pero, aún cuando lo fuera, sería un ser humano único y diferenciado de cualquier otro, desde el momento en que tiene un material genético diferente de cualquiera que haya podido nacer antes o después.
El día diecisiete de octubre yo debería estar celebrando mi aniversario de boda, pero estaré, si Dios quiere, en la manifestación de Madrid y os invito a asistir también, porque el derecho a la vida no puede depender, de la edad, la raza o el sexo. Es intrínseco a todos los seres vivos y defenderlo es lo más importante que podemos hacer ese día o cualquier otro.
El aborto no puede ser un derecho, porque es una desgracia. Eso lo saben todos aquellos que han perdido un hijo de forma involuntaria. El niño concebido forma ya parte de nuestra familia, lo queramos o no, nos venga bien o mal en ese momento. Y por tanto, matarlo significa eliminar a un pariente nuestro, un hijo, un nieto, un hermano. El óvulo fecundado al cabo de una semana ya tiene el aspecto de un bebé en miniatura, con sus piernas, brazos, y cabeza con todos los rasgos que le caracterizarán en su vida. No es un montón de células informe. Pero, aún cuando lo fuera, sería un ser humano único y diferenciado de cualquier otro, desde el momento en que tiene un material genético diferente de cualquiera que haya podido nacer antes o después.
El día diecisiete de octubre yo debería estar celebrando mi aniversario de boda, pero estaré, si Dios quiere, en la manifestación de Madrid y os invito a asistir también, porque el derecho a la vida no puede depender, de la edad, la raza o el sexo. Es intrínseco a todos los seres vivos y defenderlo es lo más importante que podemos hacer ese día o cualquier otro.
martes, 22 de septiembre de 2009
La misa laica
Siguiendo con la carretera, resulta que ahora los paneles luminosos llevan mensajes moralizantes del tipo: piensa en los demás, en la carretera no estás solo. Sólo falta: el Señor está contigo. Lo siento pero en eso la especialista soy yo, y les digo que no sirve de nada ser buenos por miedo a sufrir un accidente. Hay que serlo "per se". Lo que nos faltaba por ver es que pretendan crear una religión laica, llena de preceptos políticamente correctos. Porque ahora se están dando cuenta de que los valores cristianos están en la base de nuestra moral personal y, al renunciar a la Fe, mucha gente ha perdido también toda referencia moral. La misa laica no es un invento nuevo. Los regímenes comunistas y el nazismo ya intentaron en su día crear una iglesia paralela, pero no funcionó.
Pero lo más llamativo que he encontrado es el letrero de: piensa en las motos. Vale, pero ¿piensan las motos en mí? (los pilotos). Porque lo que yo sé es que las normas de circulación no rigen con ellos y adelantan por la izquierda y por la derecha; y no te pasan por encima porque no pueden. Las motos, como las bicicletas de carretera, no suelen ser tanto un medio de transporte como un hobby. Los motoristas disfrutan corriendo riesgos, pero el problema es que las fichas de su juego son los coches. Por mi parte, lo mejor de las motos es que hacen mucho ruido. Así al menos las oyes cuando vienen por el ángulo muerto del espejo retrovisor. Así que, en lugar de generalidades bienintencionadas, serviría mejor poner más guardias civiles en las carreteras, para que todo el mundo respete las reglas.
Pero lo más llamativo que he encontrado es el letrero de: piensa en las motos. Vale, pero ¿piensan las motos en mí? (los pilotos). Porque lo que yo sé es que las normas de circulación no rigen con ellos y adelantan por la izquierda y por la derecha; y no te pasan por encima porque no pueden. Las motos, como las bicicletas de carretera, no suelen ser tanto un medio de transporte como un hobby. Los motoristas disfrutan corriendo riesgos, pero el problema es que las fichas de su juego son los coches. Por mi parte, lo mejor de las motos es que hacen mucho ruido. Así al menos las oyes cuando vienen por el ángulo muerto del espejo retrovisor. Así que, en lugar de generalidades bienintencionadas, serviría mejor poner más guardias civiles en las carreteras, para que todo el mundo respete las reglas.
viernes, 29 de mayo de 2009
El alma
Director de la revista Time, el periodista Walter Isaacson es el autor de Einstein, su vida y su universo, la biografía más completa del genio.
"¿Era esta sensación de orden absoluto en el Universo lo que le hizo defender la existencia de Dios?
Cuando Einstein explicó la posibilidad de que la materia y la energía sean una misma cosa, en cierto modo estaba demostrando la propia Biblia. Cómo la energía (Dios) pudo crear la materia y ésta, al amorir, se vuelve a transformar en energía. Es decir: resucita. Dicen los científicos que todo cuanto conocemos se reduce a tres fuerzas fundamentales: la nuclear fuerte, la nuclear débil y la electromagnética, que, a su vez, probablemente se concentran en una sola fuerza. En cuanto al Big Bang, aún suponiendo que universo haya surgido a partir de una partícula infinitesimal, siguen existiendo las mismas cuestiones: ¿de dónde salió esa partícula?, ¿quién la puso ahí? y ¿quién la hizo estallar?. Los avances de la ciencia siempre acaban en un punto muerto que, lejos de descartar la existencia del alma, más bien la confirma.
Para ver el alma basta con mirar a los ojos de cualquier animalillo agradecido. Esa lealtad, ese amor incondicional, es la presencia de Dios mismo. También se siente en la mirada de los niños pequeños, antes de que los descubrimientos de cada día les hagan olvidar sus primeros sentimientos. El alma permanece cuando el cuerpo muere y en ocasiones podemos sentir su presencia si mantenemos a la persona en nuestro recuerdo. Es lo único que hace que seamos como somos; no nuestros genes, ni nuestras hormonas o las influencias externas. Lo que realmente nos diferencia de cualquier otro ser vivo es nuestra esencia vital, que nunca se podrá reproducir ni clonar.
Hay gente a quien se le muere un perro, por ejemplo, e inmediatamente se compra otro. Yo nunca quise otro perro cuando murió mi compañero durante dieciseis años. Podría ser parecido físicamente al otro, pero nunca tendría la misma "personalidad". Su alma será siempre inconfundible para mí, como la de todas las personas y seres vivos que he tratado.
miércoles, 6 de mayo de 2009
Un mundo sin religiones
"Si no hay Dios, entonces vale todo". Dostoyevski
La religión funciona como un refuerzo de la moral universal. Las religiones en sí no son un problema. La mayoría de ellas sólamente afirman que no se debe matar, robar, mentir, engañar a tu pareja..., cosas que comprende cualquiera que tenga un mínimo de conciencia y experiencia de la vida. Porque ese tipo de acciones siempre traen consecuencias negativas sobre quien las comete. Luego están las aplicaciones literales sobre los textos escritos por personas, en los cuales se refleja la interpretación que se ha hecho de la fe a través de la historia.
Así el problema no es el Corán, sino la Sharia; ni el Antiguo Testamento, sino la Torá judía. Pero sin esos libros de instrucciones, probablemente sería imposible mantener una unidad religiosa entre millones de fieles repartidos por todo el mundo. Esa es la razón también de que la iglesia católica no haya sufrido apenas cambios desde hace dos mil años. Sin embargo, otras ramas, como las iglesias protestantes, han cambiado tanto que se han subdividido en cientos de opciones a la medida de cada comunidad, perdiendo en el camino su esencia.
Un mundo sin religión, sería un mundo sin consecuencias. Confiar en la buena voluntad del hombre sin más, sería un acto suicida. La creencia en un ser supremo que todo lo ve y que algún día te pedirá cuenta por tus actos, es mucho más efectiva que todas las leyes que pueda crear la humanidad. Por otra parte, que algo sea legal tampoco es garantía de ser moralmente aceptable. Pensar que la muerte no es el final y que nuestros seres queridos siguen, de algún modo, en contacto con nosotros, nos da una fuerza única para superar las dificultades.
Imaginar que no hay religiones, ya no hace falta. Tenemos la experiencia del régimen nazi en Alemania, donde se perseguía a la Iglesia; y por supuesto de los países de la Unión Soviética. Tenemos todavía a China y alguno más. Se da el caso, por ejemplo, de que en ese país (China) la Iglesia es la única que se ocupa de los marginados, los niños huérfanos, los enfermos... y por esa razón está ganando muchos adeptos y siendo también víctima del gobierno. Un mundo sin religiones está sometido a la voluntad del más fuerte.
Música: Selector de frecuencias. Aviador Dro. (Para tí)
La religión funciona como un refuerzo de la moral universal. Las religiones en sí no son un problema. La mayoría de ellas sólamente afirman que no se debe matar, robar, mentir, engañar a tu pareja..., cosas que comprende cualquiera que tenga un mínimo de conciencia y experiencia de la vida. Porque ese tipo de acciones siempre traen consecuencias negativas sobre quien las comete. Luego están las aplicaciones literales sobre los textos escritos por personas, en los cuales se refleja la interpretación que se ha hecho de la fe a través de la historia.
Así el problema no es el Corán, sino la Sharia; ni el Antiguo Testamento, sino la Torá judía. Pero sin esos libros de instrucciones, probablemente sería imposible mantener una unidad religiosa entre millones de fieles repartidos por todo el mundo. Esa es la razón también de que la iglesia católica no haya sufrido apenas cambios desde hace dos mil años. Sin embargo, otras ramas, como las iglesias protestantes, han cambiado tanto que se han subdividido en cientos de opciones a la medida de cada comunidad, perdiendo en el camino su esencia.
Un mundo sin religión, sería un mundo sin consecuencias. Confiar en la buena voluntad del hombre sin más, sería un acto suicida. La creencia en un ser supremo que todo lo ve y que algún día te pedirá cuenta por tus actos, es mucho más efectiva que todas las leyes que pueda crear la humanidad. Por otra parte, que algo sea legal tampoco es garantía de ser moralmente aceptable. Pensar que la muerte no es el final y que nuestros seres queridos siguen, de algún modo, en contacto con nosotros, nos da una fuerza única para superar las dificultades.
Imaginar que no hay religiones, ya no hace falta. Tenemos la experiencia del régimen nazi en Alemania, donde se perseguía a la Iglesia; y por supuesto de los países de la Unión Soviética. Tenemos todavía a China y alguno más. Se da el caso, por ejemplo, de que en ese país (China) la Iglesia es la única que se ocupa de los marginados, los niños huérfanos, los enfermos... y por esa razón está ganando muchos adeptos y siendo también víctima del gobierno. Un mundo sin religiones está sometido a la voluntad del más fuerte.
Música: Selector de frecuencias. Aviador Dro. (Para tí)
miércoles, 1 de abril de 2009
Dos y dos son cuatro
La vida es como las matemáticas. No hay hilos sueltos. Cada tema tiene unas causas y unas consecuencias si sabes ver más allá de lo aparente.
"Soy una mujer de mediana edad con hijos adolescentes y disfruto escribiendo mis pensamientos; también leyendo los de los demás. Quiero ver más allá de las cosas y las personas, quiero comprender el sentido de todo. Tal vez pido demasiado, pero no dejaré de intentarlo".
Cuando escribí mi presentación, hace casi tres años, tenía la cabeza llena de ideas y de datos, pero no sabía cómo organizarlos, ni que conclusiones sacar. Este blog me ha servido para desechar lo superfluo y quedarme con lo esencial, bucear en mis recuerdos en busca de las claves para entender lo que sucede; y creo haber encontrado una serie de explicaciones que a mí me sirven. Quién me iba a decir a mí que, por entonces, no iba a misa y además ni siquiera estoy confirmada, como otros que tanto critican a la iglesia. No me imaginaba entonces que acabaría buscando las respuestas a través de la fe.
A mí me han sacado del armario a la fuerza. Hace años vivía tranquila pensando que un partido político representaba mis ideales y mis valores. No hace falta que os explique que las cosas han cambiado mucho desde entonces, y una serie de contradicciones muy evidentes me han hecho dudar de sus verdaderas intenciones. Por eso empecé a escribir sobre política, cosa que no había hecho antes. Pero lo que realmente me ha lanzado al ruedo (con perdón, por la metáfora taurina) ha sido la defensa de la vida. De repente me encontré teniendo que ser la voz de los amenazados de muerte, desde los fetos a los ancianos, pasando por todas las víctimas.
Ni represento a la Iglesia, ni a nadie más que a mí misma. Mi conciencia me dicta las palabras. No puedo estar callada viendo la deriva de la sociedad y, especialmente, el rumbo que han tomado nuestros adolescentes, que conduce al fracaso. Pero sobretodo, no puedo admitir que nadie se sienta con derecho para decidir sobre la muerte de otro ser humano. La vida es lo más valioso que tenemos. Si por decir esto tengo que cargar con el rechazo de buena parte de la sociedad, estoy dispuesta a hacerlo. Las dificultades son las que nos ponen realmente a prueba.
Sacrificio viene de Sacrum faccere, es decir, hacer algo sagrado. Limitarse a disfrutar de la vida, sin importarte la situación del resto del mundo, es una vida a medias. Vivir es amar, y amar es sufrir cuando los demás sufren. Vivir es arriesgarse en una relación, formar una familia, implicarse en los problemas de la sociedad. Esta es la principal conclusión que sacado de todas mis reflexiones, y es el mismo mensaje que nos ofrecen los Evangelios, cuando se leen sin prejuicios.
"Soy una mujer de mediana edad con hijos adolescentes y disfruto escribiendo mis pensamientos; también leyendo los de los demás. Quiero ver más allá de las cosas y las personas, quiero comprender el sentido de todo. Tal vez pido demasiado, pero no dejaré de intentarlo".
Cuando escribí mi presentación, hace casi tres años, tenía la cabeza llena de ideas y de datos, pero no sabía cómo organizarlos, ni que conclusiones sacar. Este blog me ha servido para desechar lo superfluo y quedarme con lo esencial, bucear en mis recuerdos en busca de las claves para entender lo que sucede; y creo haber encontrado una serie de explicaciones que a mí me sirven. Quién me iba a decir a mí que, por entonces, no iba a misa y además ni siquiera estoy confirmada, como otros que tanto critican a la iglesia. No me imaginaba entonces que acabaría buscando las respuestas a través de la fe.
A mí me han sacado del armario a la fuerza. Hace años vivía tranquila pensando que un partido político representaba mis ideales y mis valores. No hace falta que os explique que las cosas han cambiado mucho desde entonces, y una serie de contradicciones muy evidentes me han hecho dudar de sus verdaderas intenciones. Por eso empecé a escribir sobre política, cosa que no había hecho antes. Pero lo que realmente me ha lanzado al ruedo (con perdón, por la metáfora taurina) ha sido la defensa de la vida. De repente me encontré teniendo que ser la voz de los amenazados de muerte, desde los fetos a los ancianos, pasando por todas las víctimas.
Ni represento a la Iglesia, ni a nadie más que a mí misma. Mi conciencia me dicta las palabras. No puedo estar callada viendo la deriva de la sociedad y, especialmente, el rumbo que han tomado nuestros adolescentes, que conduce al fracaso. Pero sobretodo, no puedo admitir que nadie se sienta con derecho para decidir sobre la muerte de otro ser humano. La vida es lo más valioso que tenemos. Si por decir esto tengo que cargar con el rechazo de buena parte de la sociedad, estoy dispuesta a hacerlo. Las dificultades son las que nos ponen realmente a prueba.
Sacrificio viene de Sacrum faccere, es decir, hacer algo sagrado. Limitarse a disfrutar de la vida, sin importarte la situación del resto del mundo, es una vida a medias. Vivir es amar, y amar es sufrir cuando los demás sufren. Vivir es arriesgarse en una relación, formar una familia, implicarse en los problemas de la sociedad. Esta es la principal conclusión que sacado de todas mis reflexiones, y es el mismo mensaje que nos ofrecen los Evangelios, cuando se leen sin prejuicios.
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causas,
conclusiones,
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