Mostrando entradas con la etiqueta internet. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta internet. Mostrar todas las entradas

viernes, 25 de febrero de 2011

Quien juega con fuego, se quema

Hay algunos que van por la vida en busca de adrenalina y no dudan en correr riesgos innecesarios. Son los escaladores, por ejemplo, o los surfistas; pero también gente corriente que uno no se imaginaría. Conocer gente por internet comporta unos riesgos tan altos que casi todos los días se conoce algún caso que ha terminado mal, de un modo de otro. Detrás de la mayoría de los crímenes, creo yo, existe ya hoy en día alguna relación iniciada en la red. La gente sale con personas de las que no conoce más que su alias o su correo electrónico. Ya se pueden imaginar que la gente "normal" no acude a esos medios y prefiere relacionarse en persona. Los que lo hacen es porque se encuentran en circunstancias especiales, o lo son ellos mismos.

Hay un gran porcentaje de casados o separados de mediana edad. Algunos, que se encuentran fuera de su país o de su entorno habitual. Otros, que son extremadamente tímidos. Pero también hay muchas personas que buscan relaciones esporádicas sin compromomiso, aunque digan lo contrario. Puede que el nivel de "chalados" no sea más alto que en la calle; pero lo que ocurre es que, en persona, uno nota ciertos matices que no se perciben a distancia. Por eso, dan muchos más problemas. Naturalmente, cada uno es libre de correr los riesgos que desee; pero, cuando se tiene familia y amigos, hay que ser consciente del daño que tus acciones, y las consecuencias de éstas, puedan llegar a ocasionarle a otros.

sábado, 19 de febrero de 2011

Lo que queda

Existen programas que ayudan a borrar todos tus datos de internet. La gente va dejando por ahí nombres y fotografías o textos que le podrían complicar la vida en el futuro. En mi caso, no me preocupa tanto lo que escribo – que suscribo – sino lo que se va diciendo por ahí sobre mí en otras páginas. Afortunadamente, he rastreado la red y no queda nada de mi primer blog. Internet es una fiera hambrienta que digierere rápido lo que come. Pero, si quedan comentarios negativo, e incluso algún post dirigido directamente a mí, no me gustaría que mis hijos o nietos acabaran encontrandolo por casualidad de aquí a unos años.

Se dice: difama, que algo queda. Aunque sé que las páginas virtuales son muy efímeras, la verdad es que no vivo a gusto pensando que cualquiera puede juzgarme y condenarme sin conocerme siquiera, sólo porque tengo un blog desde hace años. Por suerte, es anónimo y, aún así, hay días en que me dan ganas de darle al botón de suprimir y borrar todo rastro mío en la memoria de otros. Pero eso no sucederá “la víspera de mañana” como diría Asterix. Admiro profundamente a la gente que es capaz de escribir con su nombre y afrontar las consecuencias. Hay que estar hecho de otra pasta.

jueves, 20 de enero de 2011

Relaciones por internet

Es uno de los temas que repito hasta la saciedad y nunca dejaré de hacerlo porque es importante. Las relaciones que se establecen a través del ordenador pueden ser muy agradables, sin duda, pero son falsas. Lo son desde el momento en que no conoces a la otra persona y, por tanto, no sabes hasta qué punto te está engañando. No sería la primera vez que un adulto resulta ser un niño o viceversa, o incluso un hombre una mujer, o viceversa. Por supuesto, los hombres y mujeres casados no van por ahí presumiendo de su matrimonio, especialmente si éste no les satisface o quieren algo más. Pero también se engaña en detalles sin importancia por omisión. Por ejemplo, yo misma, hay cosas que nunca he contado en mis más de dos mil posts.

En la relación directa personal, uno se da cuenta de si alguien miente o no dice toda la verdad. El lenguaje corporal es básico, la mirada, la aptitud... Hay situaciones en las que puedes descubrir una reacción de la otra persona que no te gusta en absoluto y te hace descartarla. Yo no aceptaría jamás a alguien que sea un racista o maltrate a los animales. Sin embargo, por internet no es fácil detectar esa clase de tendencias, porque la gente no es tonta y algunos saben muy bien cómo dar una imagen falsa de sí mismos, para no espantar a las posibles "presas". Ya no le pongo género a los cazadores, porque me temo que esto se ha convertido hace tiempo en terreno de caza libre para ambos sexos. Así que, por favor, no caigáis en las trampas.

jueves, 7 de octubre de 2010

Oh, no!

Soy madre e hija de familia numerosa. Tengo en casa seis megas de velocidad de internet. Desde hace unos meses, Ono pretende convencernos de que necesitamos 50 megas por familia. Por supuesto, en el caso de que todos los miembros se encuentren descargando archivos al mismo tiempo. Pero, es que para estudiar o leer correos no hace ninguna falta esa velocidad de conexión. Los niños, habitualmente, no estudian con el ordenador. Para ello sería necesario que tuvieran un chip incorporado en el cerebro. Utilizan el ordenador para chatear, ver foto o navegar por páginas poco recomendables. Los trabajos escolares no se los mandan cada día. Naturalmente, no es eso lo que dicen a sus padres; pero parece mentira que ellos no sean capaces de descubrir una excusa tan evidente. Los tiempos cambian, las aptitudes se mantienen.

Por eso, ya he escrito alguna vez que no es bueno contar con un ordenador para cada miembro de la familia. Es imposible mantener controlados tantos medios de acceso al exterior. Luego, se extrañan de que la pederastia sea unos de los principales negocios de la red, junto con la pornografía y el juego; y la difusión de ideologías perniciosas para la juventud. Alguien sin experiencia de la vida es presa fácil para los manipuladores. Me parece muy negativo extender esa idea de que cada miembro de la familia tenga el derecho u obligación de llevar una vida al margen del resto. Lo sano sería que las actividades de ocio o estudio se procuraran hacer juntos, relacionándose unos con otros y, a ser posible, en la misma habitación. De este modo, no sólo se eliminan riesgos innecesarios, sino que toda la relación familiar se ve fortalecida. Pero, supongo que eso no vende, y no es rentable a efectos de marketing.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

La chica de lunes o la dictadura de internet

Monday's girl es una película que vi el otro día a las nueve de la mañana en televisión. Se trata de una historia futurista que ocurre en un mundo en el cual internet domina todo, y se le conoce por las tres "emes" (como www). A través del ordenador el sistema conoce todos tus gustos, tus preferencias y tus deseos. Sabe lo que necesitas, lo que esperas del futuro y por aquello que estás dispuesto a pagar. Es la sociedad del consumidor total.

Las relaciones personales están mal vistas; el sexo, prohibido. La enseñanza es virtual. Los jóvenes son muy violentos, ya que sólo buscan su beneficio personal; por eso, en la escuela los sedan con pastillas para el déficit de atención. Todos van armados. Todos llevan un código de barras en la muñeca para poder consumir fácilmente. Los libros también están prohibidos, ya que enseñan a pensar libremente. Solo se debe desear lo que quiere la gente, la triple M; el Estado.

En la Tierra viven también unos pocos a los que llaman inmigrantes, pero vienen del planeta Lunes, en otra galaxia. Allí tienen una conciencia colectiva, pero al llegar a la Tierra se acostumbran a actuar como individuos, y luego no pueden regresar. Es lo que le ocurre al protagonista, líder de la resistencia contra la revolución, es un revolucionario que defiende el pensamiento libre.

La chica de Lunes ha venido a llevarle de vuelta, pero no lo consigue. Toda la película es una recreación de cómo podría acabar siendo nuestro mundo si dejamos que la información domine nuestras vidas. El consumismo, el cybersexo, el pensamiento único y la manipulación psicológica generalizada son cosas que ya estamos experimentando hoy en día. Yo también me siento una disidente en esta sociedad; una inmigrante.

miércoles, 25 de agosto de 2010

La odisea del acceso a la universidad

Uno pensaba que, con aprobar el exámen de Pau, ya estaba hecho lo más difícil, pero eso sólo es el comienzo de la aventura. Entonces, les dan un sobre cerrado con una clave que sirve para ver su nota en internet. En el caso de mi hijo, ese papel estaba arrugado en el fondo de su mochila. Así que entramos en la página de la universidad y había al menos tres sitios con clave, pero sólo uno funcionaba. Si has hecho reclamación de alguna nota, te contestan estilo ministerio: sí o no. Toda la página parece ser un acertijo con múltiples opciones y ninguna explicación. Después de la nota, hay que hacer una preinscripción pidiendo varias carreras a ojo, porque las notas de corte salen después. Este proceso se hace on line en unas fechas determinadas, con lo cual, si tienes el ordenador estropeado, te quedas fuera. Otro día, entras en otro apartado, con la misma contraseña, donde te dicen si te han admitido.

Entonces, llega una carta con una serie de instrucciones que están en la página web. Pero, al mismo tiempo, te envían al móvil una clave nueva, y tienes que ir a buscar los papeles de inscripción de la matrícula a la universidad. Pero, cuando llegas allí sólo te entregan un sobre vacío y más instrucciones para descargar otro documento con la nueva clave en internet. Así como una cita en día y hora determinados para entregarlo. De manera que, si no consigues la descarga o pierdes la contraseña o llegas tarde a la cita, también te quedas fuera. Y, digo yo, ¿no hubiera sido más sencillo sacar listas públicas como antes y entregarles la documentación completa en mano; en lugar de hacer un proceso tan enrevesado, con tantas posibilidades de error, que parece una prueba de iniciación para entrar en una hermandad secreta. Y eso no es más que el comienzo... (Todo es absolutamente real, no inventado). Una vez allí, resulta que los documentos que te han pedido no se los quedan, y en cambio te piden otros.

lunes, 2 de agosto de 2010

Autobiografía: estabilidad

De los treinta a los cuarenta años, se puede decir que salí poco de casa; y, cuando lo hacíamos, íbamos todos juntos al campo, al centro comercial o al cine. Además, como mis hijos eran muy enfermizos, casi siempre tenía alguno entre semana haciéndome compañía. Me alegré mucho de no trabajar entonces. Mis hijos se llevaban bien y jugaban entre ellos horas y horas. Pero, como no teníamos con quién dejarlos, mi marido y yo renunciamos practicamente a salir en pareja, y eso resintió un poco la relación. En esa época, estuvimos cinco años veraneando en una caravana de un lado para otro; cosa que nuestros allegados tampoco comprendían en absoluto.

Esta década también se pasó volando y nos encontramos en los cuarenta con tres chicos adolescentes. Recuperamos la libertad de salir juntos como novios e, incluso, viajar solos de vez en cuando. A cambio, nos tropezamos con problemas más serios y difíciles de afrontar, especialmente la muerte de mi cuñado por cáncer. Los cuarenta trajeron también mi descubrimiento de internet. Toda una vida social que yo nunca había disfrutado antes y que, desgraciadamente, tuve que limitar hace un año. Aún, así, sigue siendo importante para mí, sobretodo en lo que se refiere a la lucha contra el aborto. Y, aunque ya estamos llenos de achaques, espero que tengamos fuerzas para seguir por este camino, con la ayuda de Dios.

viernes, 9 de julio de 2010

Un televisor, un ordenador

Es el número ideal que debería haber por casa. Aún así, resulta difícil controlar lo que ven nuestros hijos y lo que hacen en internet. Recuerdo que, hace años, leí que en EE.UU. tenían un televisor por miembro de la familia y pensé: "Qué barbaridad. Están locos". Como suele ocurrir, ahora es también normal en nuestro país; y un ordenador portátil también para cada uno, desde los cinco años. Aparte del derroche energético que eso supone, estamos poniendo en manos inmaduras dos importantes fuentes de información. Bien utilizadas, resulta muy útiles, pero los niños no están preparados para distinguir lo positivo de lo negativo, lo divertido de lo peligroso. Necesitan un control continuo por parte de sus padres.

En otro orden de cosas, además, un televisor y un ordenador por persona, suponen que cada uno se sitúe en una habitación diferente de la casa y desaparezca la comunicación. De poco sirve tener cientos de "amigos" en las redes sociales si no te relacionas con tu propia familia. Ver juntos un programa de televisión también aporta temas comunes de conversación. Sin embargo, -como estoy confesando esta semana-, la verdad es que yo he seguido la consigna a rajatabla, y tampoco me ha servido de mucho. He controlado todo lo que veían mis hijos en televisión. Lo hemos visto juntos la mayoría de las veces. Tampoco he admitido más ordenadores en la casa y, aún así, hemos tenido problemas con internet. Total, que una cosa es la receta y otra el resultado.

miércoles, 9 de junio de 2010

Fantasmas del pasado

Navegando por internet, me he encontrado con una persona que en un momento dado llegué a considerar mi amiga. Por eso siempre afirmo que las "amistades" en la red son muy relativas. Alguien que un día parece coincidir contigo y apreciarte, al día siguiente puede estar intentando cortarte la yugular. Por suerte, también internet tiene la ventaja del anonimato. No sé qué habría sido de mi vida si mi nombre completo, mi dirección y mi teléfono hubieran estado al alcance de personas para quienes la palabra respeto viene a ser una marca de jabón. Especialmente, me hubiera horrorizado que mi familia directa e indirecta se hubieran visto salpicados por las consecuencias de mis palabras.

Como supongo que acabará cayendo por aquí -si es que no ha caído ya-, me gustaría decirle que pienso que es una verdadera pena que no llegáramos a entendernos. Resulta absurdo pensar que, entre gente que comparte una visión de la sociedad aproximada, puedan surgir muros infranqueables. Pero sobretodo, se me hace insoportable saber que, ni siquiera la defensa del derecho más elemental a la vida del ser humano, pueda ser razón sufiente para derribar todos los obstáculos y poder mantener una relación, al menos, civilizada. En fin, eso ya es pasado remoto y he aprendido mucho desde entonces. Ahora comprendo que no se puede deshacer un adoctrinamiento ideológico de décadas, con unas pocas palabras bienintencionadas. Por eso no admito comentarios.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Las operadoras de móviles nos ofrecen la felicidad

Música: bonjovi-it is my life
La publicidad sobre la conexión a internet con teléfonos móviles está rozando el límite del absurdo. He visto un cartel que decía "familia feliz con vodafone adsl". Si fuera tan fácil. Si todo consistiera en conectarse y solucionar así todos los problemas.... Me parece altamente demagógico y nocivo para los jóvenes prometerles nada menos que la felicidad por un módico precio mensual. Un adolescente en otro anuncio nos cuenta lo bien que se siente por empezar el instituto, ahora que tiene su conexión para ordenador por móvil. Pero la verdad es que, para sacar buenas notas,  basta con lo que se da en clase, y el exceso de información sólo consigue distraerlos y que pierdan el tiempo; salvo en casos muy determinados. Debería haber un límite ético para esta clase de marketing. La educación en España ya va bastante mal sin esa ayuda.

Una mujer joven dice que tiene más tiempo para su familia porque hace sus gestiones por internet. De eso entiendo yo bastante y sé que las cosas habituales hay que comprarlas en las tiendas, y el ordenador no te pone la lavadora ni hace la comida. En la red, sólamente se buscan cosas concretas difíciles de conseguir. En todo caso, una madre enganchada al internet suele descuidar a su familia. La conexión por el móvil servirá, como es habitual, para descargar canciones, para el chat y otras redes sociales o para pornografía. Esto constituye la mayor parte del movimiento de internet. Quien lo necesita realmente para su trabajo, suele tener redes fijas por cable o wifi. Así que, por favor, que no nos vendan una utopía para hacer negocio a costa de la gente. La felicidad es algo mucho más serio y valioso que el último grito tecnológico.

lunes, 6 de julio de 2009

No hay nada más importante

Cuando empecé a escribir en internet lo hice de una forma natural, como lo venía haciendo desde que aprendí la escritura y anotaba mis pensamientos en hojas sueltas. El contacto con otros blogueros me ayudó mucho a darme cuenta de dónde estaban los problemas y hasta qué punto la gente se siente perdida en un mundo sin referencias morales. También encontré gente encantadora que me enseñó otros puntos de vista para enriquecer los míos. Así durante tres años, hasta que llegó el momento de descubrir realmente cuál era mi objetivo en este mundo virtual, la razón que me había atraído desde el principio a participar en las vidas de otras personas e introducirme en sus ordenadores. La defensa de la vida es la tarea más grande, más importante y más pura que puede tener alguien hoy en día. Como dice el actor mexicano Eduardo Verástegui:

"El actor y productor mexicano explicó su esfuerzo por trasmitir un mensaje provida porque “ni sumando las muertes causadas por el nazismo y el comunismo, resulta una cifra comparable con las de los abortos, ya que cada año son abortados en el mundo 42 millones de niños. Por eso siento que no estoy haciendo suficiente para defender la vida. Las leyes de muerte nos afectan a todos. Cuando en un país permitimos que el bebé más indefenso corra peligro, la vida deja de tener valor objetivo”.

“El aborto no debería existir”, concluyó Verástegui; “la cultura de la muerte es como el nazismo. Éste enfrentaba al vecino contra el vecino; el comunismo, a los pobres contra los ricos; y la cultura de la muerte a la madre contra su hijo. Con la eutanasia el hombre pierde el respeto a sí mismo y se ve como un objeto. Es importante defender el derecho a vivir de todos. Creo que hay que tratar a todos como nos gustaría que nos trataran a nosotros. Todos podemos hacer algo por salvar la vida de los que corren el riesgo de no nacer”.

No puedo dar un paso atrás, ni aunque quisiera, que no es el caso. Mi vida ahora tiene un sentido superior. Ahora comprendo lo que Dios quiere de mí. Mientras escribo estas líneas miles de mujeres en todo el mundo están acabando con la vida de sus hijos, cosa que no podrán perdonarse nunca. Entretanto unos cientos de médicos abortistas sin escrúpulos se están haciendo ricos a su costa. No podré dejar ya esta lucha, mientras, al menos en España, siga existiendo una ley que permite descartar seres humanos según sus circunstancias. El feto no tiene la culpa de que su madre no se sienta preparada, no sepa quién es el padre o no tenga trabajo. Para eso están las instituciones públicas, para ayudarla a salir adelante y a entregar el niño en adopción si lo desea. El aborto no es un derecho de nadie, es un crimen contra la humanidad, un genocidio. Esos niños pertenecen a la sociedad donde han sido engendrados y son necesarios para su futuro. Su derecho a la vida debería estar por encima de cualquier otra consideración.

martes, 28 de abril de 2009

Revistas para adolescentes

Reconozco que le compro a mi hija mayor una revista de esas que sólo hablan de actores y cantantes, pero es la más suave que hay en el mercado. Sin dar nombres, que ahora hay que tener cuidado con esas cosas, puedo decir que existe otra revista que debería ser para mayores sin reparos. No me explico cómo nadie actúa contra esa clase de publicaciones. Una cosa es la libertad de información y otra la apología del "pavo".

Ya se sabe que los adolescentes de por sí tienden a creer que sólo ellos tienen la razón, que todo lo que se hizo en el pasado está equivocado, que sus padres han nacido ayer y sus amigos, en cambio, son una enciclopedia ambulante. Precisamente por eso, la labor de la sociedad debería ser calmarlos, ayudarles a darse cuenta de que aún les queda mucho por aprender y que esa es la tarea más importante que tienen en sus vidas.

Pero estas revistas, especialmente para las chicas, promueven la superficialidad, la adicción a la moda, la obsesión por las dietas y, sobretodo, la adoración ciega a sus ídolos adolescentes; los cuales no son en general precisamente un buen ejemplo a seguir. Incluso se permiten dar consejos sobre sexualidad, incluídas nuevas posturas para el coito, a unos chicos que todavía deberían estar iniciándose en el mundo de las relaciones sentimentales.

Ponerlos contra sus padres, por si hacía falta; animarles a que se vuelquen en las redes sociales de internet, sabiendo las posibles consecuencias; no prevenirles de las consecuencias del abuso del alcohol y el consumo de drogas... Todo lo que sea necesario para gustar a los adolescentes y, por tanto, vender más revistas, que es de lo que se trata: ganar dinero a costa de lo que sea y de quien sea. Me pregunto si es que ellos no tienen hijos.

Me pregunto si los redactores duermen bien por la noche. Si piensan que todo vale, nunca mejor dicho, o que si las cosas suceden, ¿por qué vamos a negarlas?. Cuando salen noticias de niñas asesinadas, de chicos agresivos y pederastia, ¿no sienten un cierto resquemor? Cada cual en su vida, su familia, su lugar de trabajo, tiene una influencia sobre el entorno social, mayor o menor. En su caso muy grande. No pueden lavarse las manos de las consecuencias.

Música: Sin documentos. Los Rodríguez