La verdad sobre Eurovegas

Eurovegas: ¿Otra “burbuja”?

Escrito el 16/02/2013 con 0 Comentarios

No hace ni tres meses, en este mismo medio, escribía la continuación de unas reflexiones que, allá por el mes de abril, empecé a desarrollar acerca de lo que podría suponer, bajo mi perspectiva como ciudadano con formación cristiana, la construcción del macro-complejo (o como se le quiera llamar) casino-turístico-hotelero, llamado Eurovegas, ya fuese Madrid o Barcelona (en esos momentos aún no se había definido su ubicación) la cuidad «agraciada con la suerte» (ahora ya sabemos que será en Alcorcón, ciudad situada a unos 12 kilómetros de Madrid, donde se ubicará tal «engendro»). No voy a volver sobre lo escrito en aquellas dos entregas –una relectura somera pondrá al lector de nuevo en la pista de lo que eran mis dudas y temores- porque sería, además de reiterativo, ciertamente vanidoso por mi parte, al ver cómo lo que allí se planteaba, va tomando forma según se queman etapas del programa previsto por la empresa.
En efecto, el paso del tiempo nos va dando la razón en nuestros recelos por la solución que se podría estar barajando para algunos de los problemas que anticipábamos. Hace unos días, nuestro Presidente autonómico, D. Ignacio González, acompañado por un alto representante de la empresa adjudicataria del proyecto, ha desvelado algunas particularidades del mismo, entre otras, la posibilidad de revisar la legislación en cuanto a prohibición de fumar en locales cerrados (si bien es verdad que, la Sra. Vicepresidenta del Gobierno ha desmentido que esa posibilidad esté «hoy» contemplada). Valga como ejemplo -y éste, del permiso para fumar, era uno de aquellos recelos-. Pero, siendo esto sólo un pequeño detalle (si salvamos el quebranto hecho a muchos negocios, grandes y pequeños, de hostelería que hubieron de desembolsar fuertes sumas de dinero por efectos de una ley que ahora se pretende «suavizar» para contentar a los promotores del «artilugio»), hoy sabemos que tal «monstruo» contará, además de con los consabidos casinos –donde se podrá, por supuesto, practicar toda clase de juegos, legales, ¡faltaría más!-, con una cantidad no despreciable de plazas hoteleras (uno de los hoteles tendrá 72 plantas), un centro de convenciones y ¡hasta un circo y cinco campos de golf! Y yo, ante todo este alarde de «nuevos ricos», me pregunto: ¿para qué narices tenemos IFEMA, que, además es de titularidad pública?, ¿resultará que es desdeñable como centro de congresos?, ¿son necesarias tantas plazas hoteleras, no precisamente asequibles, me imagino, para cualquier economía?, ¿no hay, en Madrid, suficientes hoteles y capacidad? Yo creía, según nuestros próceres mandatarios no se cansaban de repetir, comenzando por el Sr. Alcalde de entonces, hoy Ministro de Justicia, Sr. Ruiz Gallardón, que el problema hotelero estaba resuelto cuando se presentó la candidatura de Madrid para organizar los Juegos Olímpicos del 2016. De lo del circo y los campos de golf, mejor me callo. En fin…..piensen ustedes lo que quieran, yo desisto.
Pero es que todo este dislate llevará aparejado otras muchas modificaciones. Vayamos con el asunto de las infraestructuras viarias, una de las cosas que más pueden afectar al ciudadano, usuario de la A-5 y vías aledañas, en sus desplazamientos diarios, ¿qué va a pasar con ellas, van a habilitarse más carriles (ampliación) o se van construir nuevos viales?, ¿y con las demás obras y/o acciones que se deriven de la puesta en marcha del proyecto (servicios básicos, permisos, fiscalidad,…..), ¿quién va a pagar esas «fantas», el promotor (¿todo o parte?) o la Comunidad de Madrid y/o el Ayuntamiento de Alcorcón, vía impuestos, o sea «los de siempre»?  Convendría tener una respuesta adecuada y transparente (ahora, que esta palabra está tan de moda), porque, si bien es verdad que al parecer, el 40% de la inversión, para algo que se quiere inaugurar el año 2017, empezando las obras, según palabras del Sr. González, a finales de este año, correrá a cargo del dueño del «invento», también parece ser que ese 40% está sustanciado en avales –no parece, por tanto, que sea, como quien dice, en dinero constante y sonante. El 60% restante, si no estoy mal informado, se va a pedir a la banca española que, como es sabido, está en la «Champions League» del sistema financiero europeo. ¿En qué condiciones?, convendría saberlo; o ¿es que acaso sí va a haber crédito para esto y no para las PYMES y autónomos? La transparencia y la prontitud en las respuestas son, también, ineludibles.
No quisiera cerrar estas incertidumbres sin dejar abierta la que más me duele, como persona y científico. ¿No habría sido posible atraer la misma inversión, dando las misma facilidades administrativas y financieras a otro tipo de empresas, líderes en I+D+i, que devuelvan a España al lugar que merece por historia, capacidad de sacrificio de sus gentes e inteligencia de sus intelectuales y hombres de ciencia?
Y todo esto con la vaga –no explicada debidamente, con cifras y estudios de mercado- «promesa» de creación de unos 40.000 puestos de trabajo directos y de otros 200.000 indirectos. Posiblemente sea cierto pero, ¿serán para siempre, o sea, para durante y después, o sólo para la fase de construcción del complejo –mano de obra sin cualificar-? ¿No estaremos alimentando, entre todos, una nueva burbuja? 
Marcos Antonio Galiana Cortés

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