jueves, 26 de febrero de 2009

Austeridad

Me molesta que empiecen los telediarios con la pasarela de moda, como si no hubiera algo más importante de que hablar. Lo que ocurre es que todas las cadenas traen las noticias de los mismos distribuidores y por eso se parecen tanto. La ropa que anuncian (aparte de ser horrorosa en algunos casos), sólamente está al alcance de unos pocos, y seguimos en crisis. Me temo que a la hora de elegir temas pesa más el dinero, como siempre. La austeridad distingue a los buenos cristianos. Quiero decir, que existen tres clases de católicos: los de carnet, esto es los bautizados; los de boquilla, que se creen que la iglesia es de su propiedad; y luego están los católicos de verdad, donde espero encontrarme. Aunque tuviera ese dinero, jamás se me ocurriría gastarme mil euros en dos metros de tela. Un buen católico procura parecerse a los primeros cristianos, aquellos que hacían vida en comunidad.

Nunca cambian de coche si todavía funciona bien, sólamente por mejorar su imagen pública.
Nunca van a misa con abrigo de visón y taconazos. Van correctos y sencillos.
Nunca viajan en los puentes si no es a visitar familia o en ocasiones especiales.
Nunca compran el último modelo de electrodoméstico a no se que no les quede más remedio. Compran lo estrictamente necesario.
Como suelen ser familias numerosas, los juguetes y la ropa se comparten y pasan al siguiente. No tiran nada. Cuando no sirve se lo entregan a una ong.
No entregan grandes cantidades de dinero a sus hijos para que dispongan como quieran. Sólo por cumpleaños o como recompensa a su esfuerzo, alguna cantidad simbólica.
Controlan las amistades de sus hijos y limitan las horas de televisión e internet.
Mantienen un control de horarios y disciplina familiar para todos los miembros por igual. Los horarios y los estudios no son negociables.
No empiezan nunca polémicas, pero tampoco se callan si se ven implicados.
Defienden siempre el derecho a la vida y la libertad de conciencia.

Es decir, que existen muchos que se dicen católicos e incluso practicantes, pero a menudo caen en el consumismo y la soberbia, dando una imagen muy equivocada sobre lo que enseña Jesucristo. Os paso el evangelio del miércoles de ceniza:
"Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará".

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya que veo que nadie comenta, voy a añadir algo. La homilía de ayer curiosamente iba contra los católicos, contra aquellos que lo son sólo de apariencia pero no de corazón. Como veis, también hay católicos y católicos y no es bueno generalizar. Un beso.

La chica de ayer dijo...

Yo estoy en contra del despilfarro y el consumismo excesivo...

acoolgirl dijo...

Yo entiendo que hay que poner ciertos límites a las cosas... pero lo que tú presentas me parece demasiado restrictivo. Para mí, la opulencia y religión no tienen nada que ver...

De hecho, la gente más católica que conozco es posiblemente, la que más dinero tiene y, sin duda, así lo demuestran.

Un besooo

Anónimo dijo...

Bueno, yo soy de las catolicas de carné. Estoy bastante alejada de la doctrina católica así que tengo poco que aportar.

Lo que tengo claro es que a mi me han educado (y creo que muy bien) para ser una adulta responsable y por eso creo que la educación, católica o no, es imprescindible para formar a las personas.

Un beso!

Anónimo dijo...

Chica cool. Eso es precisamente a lo que voy: un buen católico puede tener dinero, pero no hacer ostentación.
Ni todos los ricos son católicos, ni todos los católicos somos ricos. Esa es una más de las ideas que, de tanto repetirse, acaba por creer todo el mundo. Un beso.

Sega dijo...

y que lo de ser católico tiene que ser un modelo individual de un modelo precocedido, del cual, cada persona debe tomar por bueno o menos bueno las doctrinas cristianas, y es que si toda religión se basa en "haz el bien y se feliz" lo demás, a mi gusto, podría ir en segundo plano. Si consiguiéramos -con más o menos dinero, con más o menos envidia, con más o menos mentiras, con más o menos...- ser felices y hacer el bien -tanto propio como ajeno- no haría falta más religión.

No obstante, es de personas sabias reconocer qué cosas no van encaminadas de las directrices de una religión, y en eso, te aplaudo.

Besos.

codromix dijo...

esto lo discuto yo siempre con mis amigos: si me tocara una superprimitiva mi vida no cambiaria mucho, no tendria 5 casas ni un cochazo, no vestiria ropa cara... seria como soy ahora pero sin alquiler seguramente, no necesito nada material que me distinga del resto
eso es de buen catolico y de bien nacido, con el hambre que hay en el mundo, esos despilfarros son una indecencia