jueves, 30 de abril de 2015
La verdad sobre los embriones congelados
La situación de los embriones congelados no es nueva, pero sigue siendo
dramática. Miles de personas humanas se encuentran en un estado del todo
anormal y la pregunta que nos hacemos es: ¿es lícito transferir estos
embriones al útero de una madre que no es quien los encargó cuando se
hizo la fecundación in vitro? Evidentemente esta pregunta se formula en
el contexto de una determinada visión antropológica, en la cual los
embriones congelados de que hablamos, son seres humanos, personas, con
valor absoluto y dignidad propia. La respuesta a esta pregunta es
positiva. Su desarrollo se articulará respondiendo a las objeciones más
frecuentes que se hacen a esta posición. Pero antes de exponer y
responder individualmente a las objeciones, es conveniente analizar y
distinguir bien los actos humanos implicados, para ver la catalogación
moral de cada uno de ellos.
1. La fecundación «in vitro»
Es la técnica dirigida a conseguir una fertilización del oocito humano fuera de su proceso natural en la unión sexual del hombre y la mujer. Este acto es moralmente negativo en base a tres criterios fundamentales: el respeto del embrión humano, la naturaleza de la sexualidad humana y del acto conyugal, la unidad de la familia.
2. La no trasferencia del embrión fecundado «in vitro» al útero materno: es un acto humano en relación con el anterior, pero entitativamente diverso de él, tanto que puede ser realizado por diferente sujeto. Es éticamente negativo porque priva al embrión de la posibilidad de desarrollarse en el ambiente y condiciones que le son naturales.
3. La crioconservación es otro acto humano diferente de los dos anteriores, que puede ser realizado incluso por otro sujeto diverso de los anteriores. Consiste en una suspensión del desarrollo embrionario. Mediante congelación en nitrógeno líquido, individuos humanos generados son conservados a temperaturas muy bajas (-196°) en una casi total inmovilidad biológica.
La congelación y descongelación son dos técnicas que pueden producir un daño irreversible en los embriones que les cause la muerte Si bien en las últimas décadas se han realizado avances importantes en criopreservación de embriones humanos de oocitos, las tasas de mortalidad de los embriones congelados tras su descongelación se cifran entre un 30 y un 50% .
Así, en el proceso de descongelación necesario para transferir al útero de la mujer a los embriones que pudieran ser adoptados muchos morirían; pero si permanecen en el congelador por tiempo indefinido, o se descongelan sin darles la oportunidad de ser gestados morirán TODOS. Por ello, la adopción es la única alternativa que permite salvar y desarrollar la vida de algunos de ellos.
Por otra parte, es un acto moralmente negativo, que «ofende el respeto debido a los seres humanos»y que constituye una interferencia abusiva sobre el ciclo vital
y que constituye una interferencia abusiva sobre el ciclo vital. Una vida humana, una vez originada, debe seguir su curso natural, que nadie puede interrumpir ni "suspender".
La continuidad temporal e histórica es un bien intrínseco a la corporeidad humana, propia de la persona, y un derecho, debido al cual un individuo se comprende a sí mismo. La edad es más que una connotación temporal: es una coordenada de la vida personal que la identifica en la condición corpórea (espacio-temporal). Alterarla, provocando un vacío de tiempo en la existencia de una persona, es un arbitrio y una imposición. Detener el ciclo vital de un embrión humano es expresión de «voluntad de poder», con el que uno decide sobre otro, débil e indefenso. La crioconservación no «interrumpe» la vida: ésta está «allí» —congelada, depositada— como un producto de consumo, al lado de muchos otros, preparada para cuando haga falta. Su dignidad está en el valor de uso, sujeto también a caducidad, desde el momento que nadie puede garantizar la integridad física y la misma vitalidad de un embrión congelado, a causa de los tiempos y de las modalidades de congelación-descongelación. Así al poder le sucede la violencia con que éste se libera de vidas «caducas», «inservibles». La práctica, además, manifiesta un ulterior acto negativo: el abandono del embrión crioconservado por parte de los padres que lo encargaron. La gran mayoría de los embriones crioconservados no son transferidos, sea porque los inmediatamente tranferidos después de la fecundación in vitro llegaron a buen éxito, sea porque los padres cambiaron parecer.
4. La descongelación de embriones: es también otro acto diferente de los tres anteriores. Es importante distinguir bien cada uno de los actos humanos. Los tres primeros: fecundación in vitro, no trasferencia al útero y congelación del embrión, son en sí mismos éticamente negativos. La descongelación del embrión, acto diferente de los anteriores, puede ser negativo o positivo, dependiendo ello no sólo del objeto del acto, sino también de las circunstancias y del fin por el cual el sujeto actúa. Hay que tener presente que en la valoración moral de un acto intervienen siempre tres elementos fundamentales: el objeto del acto, es decir la finalidad intrínseca al acto mismo (finis operis); las circunstancias en que el acto se realiza y el sujeto actúa, que pueden ser agravantes o atenuantes, e incluso especificar ulteriormente la naturaleza del acto; y por último la intención o fin del sujeto que actúa (finis operantis).
El acto de descongelación, en si mismo positivo, en cuanto ofrece la posibilidad del regreso al estado biológico normal, lo será también por la intencionalidad del sujeto que pretende devolver al embrión a su estado normal de desarrollo en el útero materno. Será por el contrario un acto en sí mismo negativo si se hace para manipular o eliminar al embrión, o si descongelado no se le ofrece la posibilidad de un útero, porque en ese caso la descongelación sería la causa directa y formal de la muerte del embrión.
5. La adopción de embriones
También aquí hay que distinguir bien los actos morales que el hombre realiza:
- la fecundación in vitro es un acto en sí negativo
- la no trasferencia al útero materno: es un acto en si negativo
- la crioconservación: es un acto en sí negativo
- el abandono por parte de los padres naturales del embrión crioconservado: es otro acto, diferente de los anteriores, también en sí negativo
- la adopción por parte de los padres adoptivos: es un acto diverso de todos los dos anteriores, y en sí mismo es positivo.
Cada uno de los actos tiene una entidad propia. Si no se quiere caer en una argumentación de tipo consecuencialista, hay que analizar la estructura intrínseca del acto moral. El criterio que rige es el bien primario y fundamental: la vida del embrión. A los actos ya negativos en sí mismo que lo preceden, no se puede impedir que siga un acto en sí positivo, como la adopción, ni se le puede a éste último atribuir el carácter negativo por el hecho de que los otros lo sean. Cierto que a nadie se le puede imponer la adopción, pero tampoco impedir.
Tampoco este acto de amor adoptivo implica justificación de los actos negativos anteriores, ni afirmación de un proceso "normal"; es diferente de ellos y se hace como medio extremo, para salvar el bien principal: la vida del embrión. A una situación ya extrema y negativa, no querida ni justificada por quienes adoptan, éstos oponen un acto de amor y generosidad en si mismo positivo. Del mismo modo que la adopción de un "adulto" no justifica el abandono hecho por los padres, ni tampoco una desestima de la maternidad natural, tampoco en el caso de la adopción de embriones. Cierto, no es la situación ideal para los embriones.
Lo ideal sería no haberlos producido artificialmente, ni congelado. Y dentro de esta situación ya negativa de la crioconservación, lo «ideal» sería que los «padres» que lo encargaron(perdón por la ofensa al embrión) no los abandonasen y los acogiesen aceptando la trasferencia en el útero.
Pero, la falta de todas estas soluciones «ideales» no debe conducir a tildar de inmoral el acto de generosidad de una madre que en algún modo «subsana» estos actos ilícitos. Ni a impedir este acto de generosidad que se constituye, de hecho, en la única vía posible para que el embrión siga su desarrollo vital.Establecidos estos criterios fundamentales, analizamos las objeciónes más recuentes al tema de la adopción de embriones crioconservados.
Si se asume que la vida humana es un valor absoluto y es inconmensurable, es necesario hacer todo lo posible para salvar la vida de una persona y por tanto, bastaría como condición suficiente la disponibilidad de una eventual madre. Y en ausencia de una pareja de padres estables, resultaría legítimo acudir también a mujeres solteras o con orientación homosexual –siempre que no presenten problemas en la esfera reproductiva, pues lo que hay que garantizar es la vida del embrión–.
Respuesta: Evidentemente, la vida del embrión es el bien primero y es lo primero que hay que garantizar. Pero también hay que garantizarle, en la medida de lo posible, un recto desarrollo personal. La vida del embrión no es sólo una vida biológica, sino una vida humana personal. Y eso pasa por regular la adopción prenatal, como se hace con la adopción de los ya nacidos, de forma que se implanten los embriones en aquellas mujeres que pueden ofrecer garantías de un buen desarrollo personal e integral al hijo.
Si se asume que la vida humana es un valor absoluto y es inconmensurable, es necesario hacer todo lo posible para salvar la vida de una persona y por tanto, quedarían subordinados los siguientes valores reconocidos por una antropología personalista: el derecho del hijo a ser gestado en el seno de la propia madre; el derecho del hijo a nacer en un contexto que garantice también el crecimiento equilibrado de la personalidad (familia); el valor de la maternidad como evento personal que excluye en línea de principio la separación de los procesos biológicos, fisiológicos y afectivos; la representación de la procreación humana como acto interpersonal de naturaleza triádica –padre, madre, hijo-.
catholic.net/op/articulos/14934/la-licitud-moral-de-la-adopcin-de-embriones-congelados-y-la-respuesta-a-las-objeciones.html
1. La fecundación «in vitro»
Es la técnica dirigida a conseguir una fertilización del oocito humano fuera de su proceso natural en la unión sexual del hombre y la mujer. Este acto es moralmente negativo en base a tres criterios fundamentales: el respeto del embrión humano, la naturaleza de la sexualidad humana y del acto conyugal, la unidad de la familia.
2. La no trasferencia del embrión fecundado «in vitro» al útero materno: es un acto humano en relación con el anterior, pero entitativamente diverso de él, tanto que puede ser realizado por diferente sujeto. Es éticamente negativo porque priva al embrión de la posibilidad de desarrollarse en el ambiente y condiciones que le son naturales.
3. La crioconservación es otro acto humano diferente de los dos anteriores, que puede ser realizado incluso por otro sujeto diverso de los anteriores. Consiste en una suspensión del desarrollo embrionario. Mediante congelación en nitrógeno líquido, individuos humanos generados son conservados a temperaturas muy bajas (-196°) en una casi total inmovilidad biológica.
La congelación y descongelación son dos técnicas que pueden producir un daño irreversible en los embriones que les cause la muerte Si bien en las últimas décadas se han realizado avances importantes en criopreservación de embriones humanos de oocitos, las tasas de mortalidad de los embriones congelados tras su descongelación se cifran entre un 30 y un 50% .
Así, en el proceso de descongelación necesario para transferir al útero de la mujer a los embriones que pudieran ser adoptados muchos morirían; pero si permanecen en el congelador por tiempo indefinido, o se descongelan sin darles la oportunidad de ser gestados morirán TODOS. Por ello, la adopción es la única alternativa que permite salvar y desarrollar la vida de algunos de ellos.
Por otra parte, es un acto moralmente negativo, que «ofende el respeto debido a los seres humanos»y que constituye una interferencia abusiva sobre el ciclo vital
y que constituye una interferencia abusiva sobre el ciclo vital. Una vida humana, una vez originada, debe seguir su curso natural, que nadie puede interrumpir ni "suspender".
La continuidad temporal e histórica es un bien intrínseco a la corporeidad humana, propia de la persona, y un derecho, debido al cual un individuo se comprende a sí mismo. La edad es más que una connotación temporal: es una coordenada de la vida personal que la identifica en la condición corpórea (espacio-temporal). Alterarla, provocando un vacío de tiempo en la existencia de una persona, es un arbitrio y una imposición. Detener el ciclo vital de un embrión humano es expresión de «voluntad de poder», con el que uno decide sobre otro, débil e indefenso. La crioconservación no «interrumpe» la vida: ésta está «allí» —congelada, depositada— como un producto de consumo, al lado de muchos otros, preparada para cuando haga falta. Su dignidad está en el valor de uso, sujeto también a caducidad, desde el momento que nadie puede garantizar la integridad física y la misma vitalidad de un embrión congelado, a causa de los tiempos y de las modalidades de congelación-descongelación. Así al poder le sucede la violencia con que éste se libera de vidas «caducas», «inservibles». La práctica, además, manifiesta un ulterior acto negativo: el abandono del embrión crioconservado por parte de los padres que lo encargaron. La gran mayoría de los embriones crioconservados no son transferidos, sea porque los inmediatamente tranferidos después de la fecundación in vitro llegaron a buen éxito, sea porque los padres cambiaron parecer.
4. La descongelación de embriones: es también otro acto diferente de los tres anteriores. Es importante distinguir bien cada uno de los actos humanos. Los tres primeros: fecundación in vitro, no trasferencia al útero y congelación del embrión, son en sí mismos éticamente negativos. La descongelación del embrión, acto diferente de los anteriores, puede ser negativo o positivo, dependiendo ello no sólo del objeto del acto, sino también de las circunstancias y del fin por el cual el sujeto actúa. Hay que tener presente que en la valoración moral de un acto intervienen siempre tres elementos fundamentales: el objeto del acto, es decir la finalidad intrínseca al acto mismo (finis operis); las circunstancias en que el acto se realiza y el sujeto actúa, que pueden ser agravantes o atenuantes, e incluso especificar ulteriormente la naturaleza del acto; y por último la intención o fin del sujeto que actúa (finis operantis).
El acto de descongelación, en si mismo positivo, en cuanto ofrece la posibilidad del regreso al estado biológico normal, lo será también por la intencionalidad del sujeto que pretende devolver al embrión a su estado normal de desarrollo en el útero materno. Será por el contrario un acto en sí mismo negativo si se hace para manipular o eliminar al embrión, o si descongelado no se le ofrece la posibilidad de un útero, porque en ese caso la descongelación sería la causa directa y formal de la muerte del embrión.
5. La adopción de embriones
También aquí hay que distinguir bien los actos morales que el hombre realiza:
- la fecundación in vitro es un acto en sí negativo
- la no trasferencia al útero materno: es un acto en si negativo
- la crioconservación: es un acto en sí negativo
- el abandono por parte de los padres naturales del embrión crioconservado: es otro acto, diferente de los anteriores, también en sí negativo
- la adopción por parte de los padres adoptivos: es un acto diverso de todos los dos anteriores, y en sí mismo es positivo.
Cada uno de los actos tiene una entidad propia. Si no se quiere caer en una argumentación de tipo consecuencialista, hay que analizar la estructura intrínseca del acto moral. El criterio que rige es el bien primario y fundamental: la vida del embrión. A los actos ya negativos en sí mismo que lo preceden, no se puede impedir que siga un acto en sí positivo, como la adopción, ni se le puede a éste último atribuir el carácter negativo por el hecho de que los otros lo sean. Cierto que a nadie se le puede imponer la adopción, pero tampoco impedir.
Tampoco este acto de amor adoptivo implica justificación de los actos negativos anteriores, ni afirmación de un proceso "normal"; es diferente de ellos y se hace como medio extremo, para salvar el bien principal: la vida del embrión. A una situación ya extrema y negativa, no querida ni justificada por quienes adoptan, éstos oponen un acto de amor y generosidad en si mismo positivo. Del mismo modo que la adopción de un "adulto" no justifica el abandono hecho por los padres, ni tampoco una desestima de la maternidad natural, tampoco en el caso de la adopción de embriones. Cierto, no es la situación ideal para los embriones.
Lo ideal sería no haberlos producido artificialmente, ni congelado. Y dentro de esta situación ya negativa de la crioconservación, lo «ideal» sería que los «padres» que lo encargaron(perdón por la ofensa al embrión) no los abandonasen y los acogiesen aceptando la trasferencia en el útero.
Pero, la falta de todas estas soluciones «ideales» no debe conducir a tildar de inmoral el acto de generosidad de una madre que en algún modo «subsana» estos actos ilícitos. Ni a impedir este acto de generosidad que se constituye, de hecho, en la única vía posible para que el embrión siga su desarrollo vital.Establecidos estos criterios fundamentales, analizamos las objeciónes más recuentes al tema de la adopción de embriones crioconservados.
Si se asume que la vida humana es un valor absoluto y es inconmensurable, es necesario hacer todo lo posible para salvar la vida de una persona y por tanto, bastaría como condición suficiente la disponibilidad de una eventual madre. Y en ausencia de una pareja de padres estables, resultaría legítimo acudir también a mujeres solteras o con orientación homosexual –siempre que no presenten problemas en la esfera reproductiva, pues lo que hay que garantizar es la vida del embrión–.
Respuesta: Evidentemente, la vida del embrión es el bien primero y es lo primero que hay que garantizar. Pero también hay que garantizarle, en la medida de lo posible, un recto desarrollo personal. La vida del embrión no es sólo una vida biológica, sino una vida humana personal. Y eso pasa por regular la adopción prenatal, como se hace con la adopción de los ya nacidos, de forma que se implanten los embriones en aquellas mujeres que pueden ofrecer garantías de un buen desarrollo personal e integral al hijo.
Si se asume que la vida humana es un valor absoluto y es inconmensurable, es necesario hacer todo lo posible para salvar la vida de una persona y por tanto, quedarían subordinados los siguientes valores reconocidos por una antropología personalista: el derecho del hijo a ser gestado en el seno de la propia madre; el derecho del hijo a nacer en un contexto que garantice también el crecimiento equilibrado de la personalidad (familia); el valor de la maternidad como evento personal que excluye en línea de principio la separación de los procesos biológicos, fisiológicos y afectivos; la representación de la procreación humana como acto interpersonal de naturaleza triádica –padre, madre, hijo-.
catholic.net/op/articulos/14934/la-licitud-moral-de-la-adopcin-de-embriones-congelados-y-la-respuesta-a-las-objeciones.html
miércoles, 29 de abril de 2015
Los homosexuales no podrán donar sangre por riesgo de infecciones
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha dictaminado
este miércoles que la prohibición de donar sangre a los hombres que han
tenido relaciones sexuales con otros hombres, vigente en algunos Estados
miembros como Francia, "puede resultar justificada".
No obstante, la sentencia deja claro que para introducir esta exclusión permanente "es preciso demostrar que estas personas están expuestas a un riesgo elevado de contraer enfermedades infecciosas graves, como el VIH, y que no existen técnicas eficaces de detección o métodos menos coercitivos para garantizar un alto nivel de protección de la salud de los receptores".
El fallo responde a una cuestión prejudicial presentada por el tribunal administrativo de Estrasburgo (Francia), que tramita el litigio planteado por un ciudadano francés al que no se permitió donar sangre por haber tenido una relación sexual con otro hombre. El derecho galo excluye permanentemente de la donación de sangre a los hombres que han tenido estas relaciones. El tribunal francés preguntaba si esa exclusión es compatible con la directiva de la UE que regula los requisitos técnicos de la sangre y los componentes sanguíneos.
En su sentencia de este miércoles, el TJUE declara en primer lugar que el tribunal remitente debe determinar si en Francia un hombre que ha tenido relaciones homosexuales está expuesto a un elevado riesgo de contraer enfermedades infecciosas graves transmisibles por la sangre, teniendo en cuenta la situación epidemiológica de Francia. Allí, en el periodo entre 2003 y 2008, la práctica totalidad de las contaminaciones por el VIH se debió a una relación sexual y la mitad de las nuevas contaminaciones afectan a homosexuales. Entre todos los países de Europa y de Asia central, Francia es el que presenta una mayor prevalencia del VIH entre los hombres homosexuales, según recoge el fallo.
Pese a ello, el Tribunal admite que la normativa francesa "puede entrañar una discriminación por razón de la orientación sexual en contra de las personas homosexuales de sexo masculino". No obstante, señala que su objetivo es "que el riesgo de transmisión de una enfermedad infecciosa a los receptores sea mínimo y, por tanto, responde al objetivo general de garantizar un alto nivel de protección de la salud".
En todo caso, la sentencia alerta de que la prohibición a los homosexuales de donar sangre "podría no respetar el principio de proporcionalidad" ya que "no cabe excluir la posibilidad de que el VIH pueda detectarse mediante técnicas eficaces que garanticen un alto nivel de protección de la salud de los receptores". Por ello, pide al tribunal nacional que verifique si existen estas técnicas.
De no existir tales técnicas, el Tribunal de Justicia reclama verificar si hay "métodos que garanticen un alto nivel de protección de la salud de los receptores y sean menos coercitivos que la exclusión permanente de la donación de sangre y, en particular, si el cuestionario y la entrevista personal a cargo de un profesional sanitario pueden permitir identificar con más precisión las conductas sexuales de riesgo".
.elmundo.es/salud/2015/04/29/5540ab7f22601ddd648b457a.html
No obstante, la sentencia deja claro que para introducir esta exclusión permanente "es preciso demostrar que estas personas están expuestas a un riesgo elevado de contraer enfermedades infecciosas graves, como el VIH, y que no existen técnicas eficaces de detección o métodos menos coercitivos para garantizar un alto nivel de protección de la salud de los receptores".
El fallo responde a una cuestión prejudicial presentada por el tribunal administrativo de Estrasburgo (Francia), que tramita el litigio planteado por un ciudadano francés al que no se permitió donar sangre por haber tenido una relación sexual con otro hombre. El derecho galo excluye permanentemente de la donación de sangre a los hombres que han tenido estas relaciones. El tribunal francés preguntaba si esa exclusión es compatible con la directiva de la UE que regula los requisitos técnicos de la sangre y los componentes sanguíneos.
En su sentencia de este miércoles, el TJUE declara en primer lugar que el tribunal remitente debe determinar si en Francia un hombre que ha tenido relaciones homosexuales está expuesto a un elevado riesgo de contraer enfermedades infecciosas graves transmisibles por la sangre, teniendo en cuenta la situación epidemiológica de Francia. Allí, en el periodo entre 2003 y 2008, la práctica totalidad de las contaminaciones por el VIH se debió a una relación sexual y la mitad de las nuevas contaminaciones afectan a homosexuales. Entre todos los países de Europa y de Asia central, Francia es el que presenta una mayor prevalencia del VIH entre los hombres homosexuales, según recoge el fallo.
Pese a ello, el Tribunal admite que la normativa francesa "puede entrañar una discriminación por razón de la orientación sexual en contra de las personas homosexuales de sexo masculino". No obstante, señala que su objetivo es "que el riesgo de transmisión de una enfermedad infecciosa a los receptores sea mínimo y, por tanto, responde al objetivo general de garantizar un alto nivel de protección de la salud".
En todo caso, la sentencia alerta de que la prohibición a los homosexuales de donar sangre "podría no respetar el principio de proporcionalidad" ya que "no cabe excluir la posibilidad de que el VIH pueda detectarse mediante técnicas eficaces que garanticen un alto nivel de protección de la salud de los receptores". Por ello, pide al tribunal nacional que verifique si existen estas técnicas.
De no existir tales técnicas, el Tribunal de Justicia reclama verificar si hay "métodos que garanticen un alto nivel de protección de la salud de los receptores y sean menos coercitivos que la exclusión permanente de la donación de sangre y, en particular, si el cuestionario y la entrevista personal a cargo de un profesional sanitario pueden permitir identificar con más precisión las conductas sexuales de riesgo".
.elmundo.es/salud/2015/04/29/5540ab7f22601ddd648b457a.html
lunes, 20 de abril de 2015
Disminuyen las adopciones en el mundo a causa de la fecundación artificial
En estos tiempos en los que sigue arreciando la polémica sobre el
derecho a tener un hijo (un derecho que se hace extensivo a cualquier
persona y a cualquier precio), nadie habla ya de la adopción. En mi país, por culpa de la crisis, los enrevesados trámites burocráticos
y el visto bueno a los bancos de inseminación artificial,
las adopciones han caído en picado. Sin embargo, hay en
el mundo en torno a 165 millones de niños abandonados,
una cifra escandalosa, que casi triplica la población italiana.
No parece que todas estas criaturas, que languidecen en
los orfanatos del mundo entero soportando una tremenda
falta de cariño, sean de la incumbencia de nadie. Todas las
miradas están puestas en esas maravillas de la ciencia y
la tecnología que nos permiten llevar a cabo lo que antes
solo nos reportaba el escalofrío de lo inimaginable.
No hace mucho supimos de aquel chico inglés homosexual que recurrió a la fecundación in vitro, disponiendo luego que el embarazo corriese a cargo de la futura abuela de ese niño, es decir, su propia madre. Por supuesto que tener un bebé en casa, que comparta contigo sus primeras sonrisas y sus primeros pasos, debe de ser algo precioso. Sin embargo, tal vez mucha gente no ha caído en la cuenta de que ese nene no va a ser toda la vida un niño pequeño, y de que llegará un día en que empezará a formularse una serie de preguntas: ¿quién es, en realidad, mi madre?; ¿y mi padre?; ¿dónde está aquella mujer que, quizá en un suburbio cualquiera de Calcuta, me llevó en su vientre durante nueve meses?
Al contrario que los cachorros de otros animales, a los que ofrecemos nuestro amor para que nos correspondan con la perseverancia de su cariño, los cachorros humanos poseen algo más, y ese algo más se llama memoria. Los genes (léase: saber de dónde venimos, para bien o para mal) son la base del equilibrio emocional humano. De hecho, los niños que han sido adoptados se angustian muy a menudo por no conocer el origen de su llegada al mundo. Pero hay una sutil diferencia (que explica por qué, para mí, es mucho más humanitaria y deseable la adopción): los niños que esperan una acogida ya están aquí, ya existen, y nosotros somos quienes podemos darles el calor de una familia y la opción de una vida menos desesperada.
Por el contrario, en el caso de los niños concebidos gracias a los prodigios de la técnica (ya sea recurriendo a un banco de semen o un vientre de alquiler), lo que estamos haciendo es privar a ese niño, desde su mismo nacimiento, de una parte de su memoria. ¿Será suficiente el afecto, que también se transfiere en el proceso, para rellenar ese hueco? ¿O bien llegará un día en que esas criaturas dóciles se rebelarán pidiendo a gritos una explicación de su discapacidad?
Creo que lo que hay detrás de ese encargar un hijo 'a la carta' es el deseo de no arrastrar, en el futuro, los problemas que con mucha frecuencia generan los niños adoptados. Pero ¿estamos seguros de que va a ser así? He conocido familias con hijos propios que, al crecer, han resultado ser un auténtico desastre, una fuente de sufrimiento y quebraderos de cabeza para sus progenitores; igualmente, también he conocido a niños que fueron adoptados y que, con el tiempo, se convirtieron en unos hijos maravillosos.
Es evidente que la paternidad no puede pretender que haya ningún tipo de garantía. Por eso, pienso que la pregunta que debemos hacernos es, sobre todo, una: ¿es el niño una propiedad, sobre la que ejercemos un derecho inalienable, o hablamos más bien de la relación que se establece con un ser frágil, en la que siempre ha de brillar la libertad del amor que le entregamos?
http://www.mujerhoy.com/hoy/entre-nosotras/ninos-abandonados-susanna-tamaro-866328042015.html
No hace mucho supimos de aquel chico inglés homosexual que recurrió a la fecundación in vitro, disponiendo luego que el embarazo corriese a cargo de la futura abuela de ese niño, es decir, su propia madre. Por supuesto que tener un bebé en casa, que comparta contigo sus primeras sonrisas y sus primeros pasos, debe de ser algo precioso. Sin embargo, tal vez mucha gente no ha caído en la cuenta de que ese nene no va a ser toda la vida un niño pequeño, y de que llegará un día en que empezará a formularse una serie de preguntas: ¿quién es, en realidad, mi madre?; ¿y mi padre?; ¿dónde está aquella mujer que, quizá en un suburbio cualquiera de Calcuta, me llevó en su vientre durante nueve meses?
Al contrario que los cachorros de otros animales, a los que ofrecemos nuestro amor para que nos correspondan con la perseverancia de su cariño, los cachorros humanos poseen algo más, y ese algo más se llama memoria. Los genes (léase: saber de dónde venimos, para bien o para mal) son la base del equilibrio emocional humano. De hecho, los niños que han sido adoptados se angustian muy a menudo por no conocer el origen de su llegada al mundo. Pero hay una sutil diferencia (que explica por qué, para mí, es mucho más humanitaria y deseable la adopción): los niños que esperan una acogida ya están aquí, ya existen, y nosotros somos quienes podemos darles el calor de una familia y la opción de una vida menos desesperada.
Por el contrario, en el caso de los niños concebidos gracias a los prodigios de la técnica (ya sea recurriendo a un banco de semen o un vientre de alquiler), lo que estamos haciendo es privar a ese niño, desde su mismo nacimiento, de una parte de su memoria. ¿Será suficiente el afecto, que también se transfiere en el proceso, para rellenar ese hueco? ¿O bien llegará un día en que esas criaturas dóciles se rebelarán pidiendo a gritos una explicación de su discapacidad?
Creo que lo que hay detrás de ese encargar un hijo 'a la carta' es el deseo de no arrastrar, en el futuro, los problemas que con mucha frecuencia generan los niños adoptados. Pero ¿estamos seguros de que va a ser así? He conocido familias con hijos propios que, al crecer, han resultado ser un auténtico desastre, una fuente de sufrimiento y quebraderos de cabeza para sus progenitores; igualmente, también he conocido a niños que fueron adoptados y que, con el tiempo, se convirtieron en unos hijos maravillosos.
Es evidente que la paternidad no puede pretender que haya ningún tipo de garantía. Por eso, pienso que la pregunta que debemos hacernos es, sobre todo, una: ¿es el niño una propiedad, sobre la que ejercemos un derecho inalienable, o hablamos más bien de la relación que se establece con un ser frágil, en la que siempre ha de brillar la libertad del amor que le entregamos?
http://www.mujerhoy.com/hoy/entre-nosotras/ninos-abandonados-susanna-tamaro-866328042015.html
lunes, 13 de abril de 2015
Donantes de esperma y endogamia
Polémica: un solo donante de esperma tuvo 150 hijos
SALUD REPRODUCTIVALo descubrió la mamá de uno de ellos en EE. UU. Los médicos consultados aseguran que no es bueno que haya tantos “medio hermanos” y advierten sobre la posibilidad de que enfermedades raras se diseminen más rápido. En el país falta una ley.
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- Salud reproductiva
Cynthia Daily y su
pareja recurrieron a un donante para concebir un bebé hace siete años y
esperaban que un día su hijo pudiera conocer a algunos de sus medio
hermanos: una suerte de familia extendida de los tiempos modernos. Fue
así como Cynthia buscó en un registro web a otros hijos del mismo
donante y ayudó incluso a crear un grupo online para poder seguirles el
rastro. Con el transcurso de los años vio como iba creciendo la cantidad
de niños en el grupo de su hijo. Hoy son 150 los chicos concebidos con
el esperma del mismo donante y todavía hay más en camino. “Resulta
bastante loco verlos juntos porque todos se parecen”, contó Cynthia, de
48 años, trabajadora social de Washington, que algunas veces sale de
vacaciones con otras familias del grupo de su hijo.
A medida que
cada vez más mujeres deciden tener sus hijos solas, y aumenta la
cantidad de nacidos por inseminación artificial, comienzan a aparecer
grupos numerosos de hermanos hijos de un mismo donante. En los Estados
Unidos, donde el tema no está regulado, hay una creciente preocupación
entre padres, donantes y especialistas médicos sobre las potenciales
consecuencias negativas de que haya tantos niños hijos del mismo
donante, incluida la posibilidad de que genes de enfermedades raras se diseminen
de forma más extendida. Algunos especialistas advierten incluso sobre
las posibilidades de que haya un incesto accidental entre medio
hermanos.“Mi hija conoce el número de su donante por esta misma razón”, contó la madre de una adolescente concebida a través de donación de esperma en California. “Ella hasta se enamoró incluso de chicos que son hijos de donantes. El tema ya es parte de la educación sexual”.
Los sectores más críticos sostienen que los bancos de esperma y clínicas de fertilidad están haciendo enormes ganancias al permitir que una cantidad demasiado grande de chicos sea concebida con el esperma de donantes populares y que las familias debieran recibir más información sobre la salud de los donantes. Piden también límites legales para la cantidad de niños que se pueden concebir con esperma de un mismo donante.
“Al comprar un auto usado se tienen en cuenta más reglas que cuando se compra esperma”, comentó Debora Spar, autora de El negocio de los bebés: de qué forma el dinero, la ciencia y la política manejan el comercio de la concepción .
Si bien otros países, incluidos Gran Bretaña, Francia y Suecia limitan la cantidad de niños para los que un donante puede aportar esperma, en Estados Unidos ese límite no existe. En la Argentina (ver aparte) se recomiendan hasta 10 nacimientos por donante.
Pero en EE.UU. nadie sabe cuántos niños nacen todos los años a través de donantes de esperma. Según Wendy Kramer, fundadora del Registro de Hermanos de Donantes, a las madres de hijos de donantes se les pide que informen voluntariamente al banco sobre el nacimiento, pero sólo entre un 20 y un 40 por ciento lo hace. A raíz de esto, muchas familias se vuelcan al sitio web del registro, donorsiblingregistry.com, para buscar información sobre medio hermanos o hermanas de un niño.
Los donantes de esperma también se están preocupando. “Cuando pregunté cuántos niños podía engendrar, me dijeron que cinco era una estimación posible”, reveló un donante de Texas. “Me dijeron que sería muy raro que un donante pudiera tener más de 10”.
Este mismo donante descubrió después en el Registro de Hermanos de Donantes que algunos tenían docenas de hijos. “Mucho tenía que ver con que los bancos hacen lo que quieren”, comentó sobre el banco de esperma al que había hecho su donación. “Resulta injusto y reprochable para familias, donantes y niños”.
Mientras tanto, Cynthia, la trabajadora de Washington, contó que otros padres del grupo de su hijo se mostraban reservados por el temor a que los chicos sean estigmatizados. Pero ahora ella y otros padres están dando un paso adelante. Necesitan “comenzar a defender alguna regulación”. Los especialistas no están seguros de qué es lo que significa para un chico descubrir que es parte de un grupo de 50 o más concebidos de idéntico modo. “No hablan de esto cuando aconsejan a gente con problemas de fertilidad”, concluyó Kramer. “¿Cómo hacer conexiones con tantos hermanos? ¿Qué significa la familia para estos chicos?”.
Traducción: Silvia S. Simonetti
http://www.clarin.com/salud/Polemica-solo-donante-esperma-hijos_0_550145067.html
sábado, 4 de abril de 2015
Los estudiantes asesinados en Kenia eran cristianos
“Si eras cristiano, te disparaban allí mismo”: el islamismo asesina a 147 universitarios en Kenia
Al Shabaab: "Todos los musulmanes recibieron permiso para abandonar el lugar" de la masacre
"Las ciudades kenianas se teñirán de rojo con sangre", amenaza en un comunicado el grupo yihadista
I. Fernández | Sáb, 04/04/2015 - 11:01
REDACCIÓN HO.- Este jueves un grupo de cinco yihadistas irrumpió en la Universidad de Garissa, tras matar a los dos guardias de seguridad, y dejaron un reguero de sangre entre los estudiantes durante 16 horas de terror. Los terroristas separaron a los alumnos por su confesión religiosa y los que eran cristianos eran inmediatamente asesinados. Según un alumno que vivió la matanza: “Si eras cristiano, te disparaban allí mismo”.
Al Shabaab amenaza con un nuevo "baño de sangre" en Kenia
La organización islamista Al Shabaab ha emitido un nuevo comunicado en el que amenaza con perpetrar nuevos ataques en Kenia como el de la Universidad de Garissa que costó la vida a casi 150 personas. El grupo, en este sentido, ha confirmado que se trató de un asalto especialmente dirigido contra los kafir, los no creyentes.
"Todos los musulmanes recibieron permiso para abandonar el lugar antes de que procediéramos con las ejecuciones de los infieles. La sangre de un musulmán es inviolable, la del infiel no tiene protección alguna", hace saber Al Shabaab, antes de extender sus amenazas al resto de la población, según recoge Europa Press.
"Las ciudades kenianas se teñirán de rojo con sangre", ha hecho saber el grupo menos de una semana después del ataque contra el campus, el más letal en suelo keniano desde el atentado de Al Qaeda contra la Embajada de Estados Unidos en Nairobi en 1998, que costó la vida a más de 200 personas.
.hazteoir.org/noticia/64695-si-eras-cristiano-te-disparaban-alli-mismo-islamismo-asesina-147-estudiantes
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