jueves, 3 de octubre de 2013

Dios da hijos especiales a gente especial

Todo empezó cuando inesperadamente recibieron una nota mientras disfrutaban de una cena en un restaurante como otro día cualquiera.
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En el mensaje, en el que se leía “Dios solo da hijos especiales a personas especiales”, se informaba de que toda la comida había sido ya pagada por un desconocido, un cliente del establecimiento que había abandonado el lugar unos minutos antes.
Por supuesto, los England no se esperaban ese conmovedor final y Ashley, la madre del pequeño Riley, que tiene ocho años y que padece esta enfermedad desde los primeros meses de vida, no tardó en declarar ante los medios de comunicación lo emocionada que se sintió después de ese gesto.
Y es que la rutina para esta familia es lo más parecido a un infierno. No pueden comunicarse verbalmente con el niño y su interacción habitual es a base de gruñidos, gestos y ruidos, formas de comportamiento que en ocasiones pueden resultar incómodas para el resto de personas. De esta forma, las salidas a lugares públicos son la mayoría de veces frustrantes y agotadoras.

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Esa noche, decidieron ir a cenar a una pizzería de China Grove, en Carolina del Norte (Estados Unidos), donde el pequeño Riley se alteró un poco según reconoció la madre en la televisión local WBTV.
El niño tiró el teléfono, golpeó la mesa y gritó más de la cuenta, pero este clima de tensión disminuyó cuando una camarera se acercó a la familia justo cuando estaban a punto de marcharse. “Estoy intentando no llorar. Otro cliente ha pagado su cuenta y me dio esta nota para ustedes”, les explicó.
Y así fue cómo esa nota supuso todo un baño de bondad. “Me sentí como si de repente desaparecieran todos los comentarios groseros que me llegan a diario”, explicó la madre.
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A raíz de esta bonita sorpresa, esa misma noche publicó en su perfil de Facebook una imagen de la nota garabateada, agradeciendo al desconocido el gesto que le había “bendecido de un modo que no podía imaginarse”.
Quien tiene un hijo con necesidades especiales conoce las dificultades cotidianas a las que hay que enfrentarse. Y es que la incomprensión que rodea a estas personas está, lamentablemente, tan extendida que quedan pocos corazones que sepan valorar a los que más lo necesitan.
Sin embargo, esta historia ha supuesto un aire de esperanza y ha demostrado que todavía existen personas bondadosas en el mundo capaces de ponerse en el lugar de los demás, como Robyn Rosenberg, quien no hace mucho cosió una “capa de superhéroe” para una niña con una rara enfermedad.
¿Por qué crees que cuesta tanto tener este tipo de detalles con la gente? ¿Has regalado alguna vez un gesto similar a alguna familia que necesitase tu comprensión?
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