REDACCIÓN HO.- La libertad de todos ha salido fortalecida en la última sesión de representantes de la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la Seguridad y Cooperación Europea (OSCE) tras votar contra la implantación de los principios de Yogyakarta por 24 votos a 3.
Para entender la trascendencia de esta votación hay que retrotraerse a la Conferencia de Yogyakarta (Indonesia) de 2006 en donde la ONU aceptó una guía con 29 principios en relación con la orientación sexual y la identidad de género para aplicar en la legislación sobre derechos humanos y que es parte de la agenda del lobby gay. Esta guía, como le llaman sus autores, busca obligar a los Estados miembros a promover activamente la homosexualidad a la par que cercena derechos fundamentales como la libertad religiosa y la libertad de pensamiento al impedir otras concepciones diferentes de la sexualidad.
Estos principios no son vinculantes mientras no se acepten y negocien con los estados miembros. Esta era la situación que se dirimía en la última votación de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE y que se solventó con una mayoría de representantes en contra de aplicar nuevos derechos humanos en favor de un grupo minoritario que implica conculcar derechos humanos primordiales y universales.
Leonor Tamayo, responsable del Área Internacional de Profesionales por la Ética, explicla implantación de los principios de Yogyakarta no sólo cercena ámbitos fundamentales para libertad como son la libertad religiosa y de expresión,a que « sino que crea una casta privilegiada y una forma prioritaria de concepción de la sexualidad a la que se beneficia en detrimento de otras a través de políticas de fomento de este colectivo. En el caso de la educación- continua Tamayo.- es evidente que supone un apoyo fundamental a políticas educativas de temas sexuales y ético-morales que priorizan e incentivan la ideología de género y la homosexualidad contra el derecho fundamental de los padres a educar a sus hijos según sus concepciones. Sin duda hubiera sido un duro golpe para la lucha en favor de la libertad que los padres europeos tenemos entablada contra el totalitarismo educativo y la imposición mediante la enseñanza de valores controvertidos. Por ello consideramos esta votación de la OSCE una victoria para la libertad de todos los ciudadanos europeos".