Rechazaron el aborto y hoy celebran gozosos el cuatro cumpleaños de sus quintillizos
REDACCIÓN HO.- A mediados del 2008 en Perú, Patricia y Rubén Reyes recibieron la mejor noticia de sus vidas: tras cinco años de intentos y estando decididos a adoptar, ella quedó embarazada de sextillizos. A los dos meses, uno de los bebés falleció en su vientre de manera espontánea y los médicos les propusieron abortar a tres de sus hijos para “asegurar” el nacimiento de al menos uno. Los Reyes lo rechazaron de plano, salvaron a sus cinco hijos y hoy celebran gozosos su cuarto cumpleaños.
Vencer el miedo
Los esposos Reyes residen en la ciudad de Pisco, al sur de Lima, localidad que en el año 2007 fue golpeada por uno de los terremotos más fuertes que ha afectado al Perú en los últimos años. “Le pedimos un hijo a Dios y nos mandó seis”, recuerdan los felices padres. Entrevistados por ACI Prensa en su hogar, explican cómo el abandono total en Dios los ayudó a vencer los miedos, preocupaciones y hasta los riesgos propios de un embarazo múltiple. El médico ya les había dicho que era improbable que pudieran tener hijos, por lo que se plantearon la adopción. “Como último intento visitamos una clínica muy renombrada en Lima, y nos propusieron fertilización asistida, pero somos católicos y queríamos que todo fuera natural. Nos trataron con poca importancia y me sentí como un producto; me hicieron una estimulación ovárica. En el tercer intento me saqué una prueba de embarazo y me salió positivo, fue una alegría, lloré porque había dejado todo a Dios”.
Les proponen abortar a tres de los bebés
El médico tratante le dijo a los esposos que en el Perú era muy difícil que pudieran tener sextillizos y que podrían suceder dos cosas: que sólo naciera uno o que el embarazo terminara al cuarto mes por una pérdida espontánea. Por ello les propuso abortar a tres de los seis bebés. “Me impresionó que me dijera que me trataba como una hija y que me ofreciera un aborto, me dijo que me iban a pinchar con un agujita, que era algo tan simple y que de los seis bebés, tenía que elegir porque era mejor que sólo tenga un hijo o dos, a no tener ninguno”, afirma Patricia. El matrimonio decidió no regresar más a esa clínica.
Rubén resalta además la importancia del apoyo familiar que ambos recibieron durante el embarazo y que aún siguen recibiendo en el cuidado de los niños. Al terminar el quinto mes, Patricia fue hospitalizada porque corría el riesgo de un parto prematuro y permaneció en reposo hasta el momento del parto. El 15 de enero de 2009 los quintillizos nacieron a los siete meses de gestación. Gabriel es tierno, preguntón y cercano; Leandro es el “flojo” que no teme a nada; Berenice es inquieta y “aprendió a hablar más rápido que sus hermanos”; Melania es la líder extrovertida “especialista en alborotos” que “jala a la gente”; y Fernando es el “renegón” del hogar. Dos primas de Patricia ayudan en la jornada diaria.
Ante los problemas, amar
“A veces las personas me preguntan cómo haces (económicamente) y yo respondo, no sé”, comentó Rubén. “Dios nos enseñó en la Iglesia a formarnos como esposos, como hijos, y ahora como padres que es difícil con tantos niños, pero siempre Él nos ha provisto, y hay ángeles que nos quieren ayudar (económicamente)”, afirmó Rubén. Los niños, con ayuda de las Hermanas de las Hijas de la Caridad, irán a la escuela este año. Rubén exhorta a los esposos que “le demuestren a sus esposas que las aman apoyándolas, cuando existe una situación que no se puede tener bebés, nunca reclamarle nada a la mujer, siempre demostrarle que uno se casó enamorado pensando en el amor”. “En los problemas –concluye– es cuando se nota que uno ama, y deben dejarse abandonar por Dios, dejar que el lleve la historia y que nos de lo que necesitamos en el momento preciso”.