Cuando se cumplen 18 años del asesinato
de Gregorio Ordóñez, muchos españoles lamentan lo que la negociación
con ETA está provocando en las instituciones.
San Gil es patrona de la Fundación Gregorio Ordóñez, y en un artículo publicado en Libertad Digital señala que "si hace 18 años nos hubieran pedido que imagináramos
el final de la banda terrorista ETA, estoy segura de que la inmensa
mayoría de las personas que hoy estamos aquí habría afirmado que, a estas alturas, ETA estaría ya derrotada".
"Y si nos lo hubieran preguntado durante la segunda legislatura de José
María Aznar, la respuesta habría sido aún más rotunda".
"Se puso en marcha el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo
que venía a decir de una forma muy sencilla que, gobernara quien
gobernara, nunca nadie iba a negociar con los terroristas. Que ETA debía perder toda esperanza
de lograr contrapartidas políticas a su carrera criminal, porque si
matar no tenía premio dejar de matar tampoco podía tenerlo. Y se aprobó
-y se aplicó- la Ley de Partidos que era otra obviedad: ningún partido
que no respetara las leyes del juego democrático podría participar en la
vida política".María San Gil, premio HO 2011, -dejó la presidencia del PP vasco en 2008-, lamenta que "hoy, 18 años después -y 858 asesinatos después-, tenemos que reconocer que nos habíamos equivocado: no sólo no hemos derrotado a ETA sino que parece que dejar de matar sí tiene premio, parece que el Estado de Derecho y la Democracia no han sido capaces de mantener la firmeza y el tesón porque estamos permitiendo que se escriba una historia en la que la línea que separa a las víctimas de los verdugos cada vez es más invisible. Porque parece que ya a nadie la interesa que haya vencedores y vencidos". "Echo en falta la firmeza, el tesón y la contundencia que Gregorio nos enseñó", subraya María San Gil.
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