miércoles, 27 de febrero de 2013

La verdad sobre la muerte de Oswaldo Payá en Cuba

El gobierno español debe conceder el indulto e investigar lo ocurrido

Los datos de la muerte de Oswaldo Payá y del juicio a Carromero que ocultan algunos

Sab 12·1·2013 · 21:54h 3
Ayer Ángel Carromero salió de la cárcel después de que el gobierno español le concediese el tercer grado penitenciario, tras pasar cinco meses y medio detenido por orden de la dictadura comunista cubana, primero en Cuba y después en España.
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Es una vergüenza que un ciudadano español haya estado dos semanas preso en nuestro país por imposición de una farsa judicial organizada por un régimen antidemocrático, el de los hermanos Castro, régimen que viola sistemáticamente los derechos humanos y en el que no existen ni las más mínimas garantías procesales propias de un Estado de Derecho.
Datos sobre la muerte de Oswaldo Payá ocultados por la prensa progre
Los medios y políticos españoles de izquierda, siempre prestos a secundar a sus amigos castristas, se han esforzado por defender la versión de lo ocurrido ofrecida por la dictadura. Esa versión fue desmontada el 4 de enero por un detallado artículo de Luis Losada en la Gaceta, así como por las declaraciones de los propios familiares de Oswaldo Payá y otros disidentes cubanos. Todas ellas suman una serie de hechos y datos que han sido ocultados por la izquierda y por el régimen castrista en torno a la muerte de Payá:
  • Payá había sido reiteradamente amenazado de muerte por agentes del régimen castrista: “Tú no vas a sobrevivir a Fidel Castro; te vamos a matar”, le advirtieron.
  • Antes del suceso del 22 de julio, los castristas ya habían intentado matar a Oswaldo varias veces mientras conducía su vehículo: “en el mes de mayo ya sufrió un ataque. Volcaron su furgoneta y el conductor, que era policía, le amenazó en el mismo hospital. Hace dos años le aflojaron las ruedas del coche y hace 10 años fue embestido por un minibus.” Al día siguiente de la muerte de Payá, el disidente cubano Carlos Alberto Montaner dijo sobre Oswaldo que 20 días antes “un coche de la seguridad del Estado empezó a acosarle y a tratar de sacarlo de la calle”. El 31 de diciembre Carlos Payá, hermano de Oswaldo, declaró haber hablado con otros dirigentes del PP que viajaron a Cuba y que “como Carromero, también sufrieron amenazas por parte del Estado cubano”, y que incluso hay un joven del PP que nos contó que también le dieron un golpe en el coche, pero consiguió enderezarlo a tiempo”. Eliminar a disidentes simulando un accidente es todo un clásico de las dictaduras comunistas: al sacerdote polaco Jerzy Popiełuszko ya intentaron eliminarle simulando un accidente el 13 de octubre de 1984, seis días antes de ser secuestrado y asesinado por agentes de la dictadura comunista.
  • El 22 de julio un coche rojo que les perseguía les embistió. Así lo reconoce Carromero al llegar al hospital y así lo señalan los testigos según la información que el capitán Fulgencio Medina ofreció a los familiares y amigos de Oswaldo. Además, el sueco Aaron Modig envió un SMS desde el hospital informando que estaban siendo perseguidos por la Seguridad del Estado.
  • Ayer mismo la hija de Oswaldo señalaba que el coche en cuestión era un Lada rojo, que los había estado siguiendo y que sus ocupantes fueron los que sacaron a Carromero del auto impactado, preguntándoles éste: ¿Quiénes son ustedes y por qué nos hacen esto? Como señala la hija de Payá, esto “consta en las actas de declaración de testigos leídas por el capitán Fulgencio Medina la noche del 22 de julio en el hospital Carlo Manuel de Céspedes en presencia de otros oficiales y de nuestros amigos de la ciudad de Bayamo”.
  • En su SMS, Aaron Modig informó que estaban tres ingresados y un desaparecido. El desaparecido era Oswaldo Payá que fue abandonado en la carretera durante 40 minutos. Curiosamente, el forense aseguró que el cuerpo de Payá “está hecho papilla” (sic), pero el médico amigo de la familia que ayudó a vestir al cadáver de Oswaldo informó que el cuerpo de Payá estaba intacto, pero que la cabeza tenía múltiples golpes. Significativamente junto a Payá, durante esos 40 minutos en los que nadie sabe qué es lo que ocurrió, permaneció la Seguridad de Estado: “cuando su mujer le llama le coge un miembro de la Seguridad del Estado y le dice: ‘El dueño de este teléfono falleció’.”
  • Pocos días después del accidente, la dictadura cubana ya había elaborado un completo informe sobre el mismo. La viuda de Payá rechazó esa versión oficial: “Rechazo ese informe porque es el informe oficial del gobierno de Cuba y porque no he tenido ningún acceso a esa información que dicen ellos tener.” Ofelia Acevedo también denunció que no le dejaron entrevistarse con Carromero ni con Modig. ¿Qué tenía que ocultar la dictadura?
Lo que tampoco dicen de la farsa judicial castrista contra Carromero
  • El 29 de diciembre el abogado de Carromero señaló que en el juicio en Cuba no hubo las garantías procesales propias de un país democrático: “La defensa, tal y como prevé la normativa cubana, no pudo acceder a las pruebas (coche accidentado, huellas del derrape, señales de tráfico y otras pruebas relevantes) ni presentar informes periciales propios. Estuvimos a lo dicho por las autoridades policiales y forenses locales que, a su vez, fueron coordinadas por la fiscalía.” En España esto bastaría para anular el juicio por violar los derechos del acusado.
  • Convencida de la inocencia de Carromero, la familia de Payá se negó a presentar acusación contra él, y le consideró un “rehén” de la tiranía castrista.
  • El 30 de diciembre, el hermano de Oswaldo, Carlos Payá, declaró: “Carromero no tendría que haber estado preso ni en Cuba ni en España”. Es más: consideró a Carromero un “héroe”.
  • La acusación de la fiscal castrista Isabel Bárzaga se basó en una mentira: atribuyó a Carromero 45 multas y tres de ellas por exceso de velocidad, dato que llevó a la fiscal a concluir lo siguiente: “Estamos en presencia de una persona francamente temeraria”. La acusación de la fiscal se basó en información confidencial filtrada ilegalmente desde la DGT. Además, esa información fue filtrada de forma torticera y manipulada: como informó el diputado Pablo Casado el 3 de enero, de esas 45 multas 43 eran por aparcamiento, y sólo una por exceso de velocidad. Esta última le fue impuesta a Carromero por conducir a 145 kilómetros por la autovía A3 (una vía con límite en 120 Km/h), debido a que entonces era conductor novel. Sin tener en cuenta esta información algunos medios habían especulado lanzando la especie de que Carromero tendría que haber conducido a “219km/h en una autopista”, información que algunos tomaron como un dato cierto cuando no lo era.
  • La abogada cubana de Carromero atribuyó lo ocurrido a “las malas condiciones del tramo de la carretera en obras donde se produjo el accidente y su deficiente señalización”. Casi ningún medio español de izquierdas dio este dato a pesar de que fue difundido por la agencia Efe.
  • El 30 de julio, en una rueda de prensa montada por la dictadura cubana mediante videoconferencia -de tal forma que ningún medio pudo conocer siquiera el escenario de la misma-, Carromero declaró que iba a 80 Km/h por la citada carretera, y atribuyó lo ocurrido al mal estado de la misma, concretamente a un bache y a la gravilla que había en la vía. Además, señaló: “a nosotros no nos dio ningún vehículo por la parte trasera”. Sin embargo, Carromero no señaló si otro vehículo pudo tener alguna responsabilidad en lo ocurrido de otra forma. Tras visitarle hace unos días en prisión, Esperanza Aguirre señaló: “Fue a un hospital normal y de repente el hospital se militarizó. A Angel le pusieron un suero y ya no recuerda nada”. ¿Por qué se militarizó dicho hospital si según la dictadura lo ocurrido fue un simple accidente? ¿Por qué no le fue posible a nadie hablar con Carromero hasta 8 días despues de la muerte de Payá?
  • Después de la citada rueda de prensa, el periodista y disidente cubano Guillermo Fariñas denunció que Carromero había sido amenazado: “se le está inculcando el terror hacia él y su familia”. Según Fariñas, “le crean la percepción de que, aunque él esté en Cuba, el brazo de la Inteligencia de la Isla es tan largo que puede hacerle daño a sus allegados en su país y a sus familiares”. De esta forma, “los Castro se aseguran el silencio de Carromero de por vida aunque esté en España. Bien para que nunca cuente lo que pasó o bien para que diga lo que le conviene al régimen”. Al día siguiente de la muerte de Payá el disidente Carlos Alberto Montaner ya había avisado “a las embajadas española y sueca que protejan a estas dos personas porque si fue un asesinato corren peligro.
  • Algunos medios -como Público y El Mundo- han transmitido la idea de que Carromero ha conseguido la libertad en 13 días, como si sólo hubiese pasado ese tiempo en prisión, cuando en realidad el joven español ha estado 160 días -más de 5 meses- detenido por orden de la dictadura cubana, en un proceso que ha sido un tremendo montaje y una farsa judicial desde el inicio.
Las asignaturas pendientes del gobierno de Rajoy ante este caso
Ante estos hechos, y ante la propia naturaleza totalitaria del régimen comunista cubano, es necesario que el gobierno de Mariano Rajoy adopte las siguientes medidas:
  • Conceder de inmediato el indulto a Ángel Carromero, de forma que el joven no tenga que dormir de lunes a jueves en una institución penitenciaria, hecho al que le obliga la concesión del tercer grado. España no puede dar ninguna credibilidad a la farsa judicial que ha sufrido este ciudadano español, ni puede colaborar con la dictadura cubana en una condena manifiestamente injusta y contraria a Derecho.
  • Abrir una investigación a fondo de la muerte de Oswaldo Payá, que era el principal opositor a la dictadura comunista cubana y que, precisamente por ello, estaba amenazado de muerte por agentes castristas e intenaron matarle en repetidas ocasiones, varias de ellas simulando accidentes, cosa que al final parece que ha conseguido ese régimen antidemocrático con la ayuda entusiasta de sus aliados políticos y mediáticos en España, que desgraciadamente no son pocos. La dictadura castrista era la principal interesada en que se liquidara a Payá y el gobierno español no puede mirar hacia otro lado cuando la responsabilidad de un posible crimen de Estado disfrazado de accidente se carga, por orden de dicha dictadura, sobre un ciudadano español al que los propios familiares de Payá consideran inocente.
  • Investigar y depurar responsabilidades en la DGT sobre la filtración ilegal de datos confidenciales sobre Carromero, datos que además se filtraron de forma manipulada y que sirvieron a la fiscal cubana como elemento de cargo contra Carromero durante la falsa judicial castrista a la que fue sometido nuestro compatriota. Es intolerable que en una administración pública española haya alguien que se dedica a filtrar datos confidenciales sobre un ciudadano español, manipulándolos y provocando que sea sometido a un calvario judicial en una dictadura.
Me alegro de que Carromero haya salido de la cárcel y de que haya vuelto a encontrarse con su familia y de vuelta en su casa, pero hasta que el gobierno haya emprendido esas medidas seguiremos sufriendo la indignidad de lo ocurrido desde el 22 de julio.
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