jueves, 17 de enero de 2013

Belo Monte. La Amazonia se muere

FÍSICO, JOSÉ GOLDEMBERG
Belo Monte es un “proyecto malo, que no atiende las exigencias ambientales ni las energéticas”, dijo a Tierramérica el físico José Goldemberg, uno de los notables brasileños en energía y ecología, para justificar el creciente rechazo de técnicos y empresarios del sector eléctrico a la opción del gobierno por centrales a “hilo de agua”.
La represa de Belo Monte, cuya construcción empezó en 2011 en el amazónico río Xingú, inundará 516 kilómetros cuadrados, solo 42 por ciento del área prevista en el proyecto original que se había elaborado en los años 80 y que fue sustituido en la década pasada por el nuevo formato. Pero su capacidad total de generación, 11.233 megavatios, solo será efectiva en las breves crecidas máximas del río. En las sequías será difícil producir electricidad, porque el flujo hídrico del Xingú puede caer de 30.000 metros cúbicos por segundo en marzo y abril a menos de 500 metros cúbicos en un mes seco como octubre.

“Hay que acostumbrarse a las hidroeléctricas sin grandes embalses”, porque “el ambiente lo exige” y la Amazonia, que concentra el potencial hidroeléctrico de este país, es llana, con pocos sitios donde acumular agua sin inundar extensos bosques, sostuvo Mauricio Tolmasquim, presidente de la Empresa de Investigación Energética, que orienta el Ministerio de Minas y Energía.
Belo Monte, situada al final de un cañón, es uno de esos sitios. Un gran embalse allí inundaría dos territorios indígenas en los que viven poco más de 200 personas. “Eso fue determinante” para modificar su diseño, admitió Tolmasquim a Tierramérica. La decisión, sin embargo, no evitó que Belo Monte fuera blanco de la más amplia movilización contra un proyecto energético en Brasil, con participación de ecologistas, activistas sociales, indígenas e incluso celebridades de telenovelas nacionales y del cine internacional, que condenan la central por sus daños y supuestas violaciones de reglas ambientales.
El aprovechamiento de los ríos amazónicos debería empezar por “hidroeléctricas menores, de unos 500 megavatios”, opinó Goldemberg, profesor de la Universidad de São Paulo que presidió varias empresas energéticas estatales y era el secretario nacional de Medio Ambiente cuando la ciudad de Río de Janeiro acogió la Cumbre de la Tierra, en 1992.
En su opinión, el gobierno “perdió una gran oportunidad” de tomar mejores decisiones al no conversar con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), organización de ambientalistas “más sofisticados” que recomendaba implantar hidroeléctricas en ríos que ofrecieran más facilidades que el Xingú.

 http://labibliotecadelfauno.com/2012/12/04/belo-monte-globalizacion-en-estado-puro