Así fomentan el separatismo en España los libros de texto
UNA INVESTIGACIÓN REALIZADA POR MANUEL ROMERO EN 2007 DESVELÓ QUE LOS LIBROS DE TEXTO EN ESPAÑA, EN TODAS LAS MATERIAS, ESTABAN FOMENTADO LA DIFERENCIACIÓN Y EL ENFRENTAMIENTIO DE UNAS REGIONES CONTRA OTRAS
Madrid.- Siete millones de niños y jóvenes en España estudian en sus libros escolares una Historia, una Geografía y una Literatura diferentes, según la comunidad donde vivan. A muchos de ellos se les ocultan materias importantes, a otros se les transforman de acuerdo a los idearios nacionalistas. Una investigación realizada por Manuel Romero y publicada por ‘El Mundo’ en 7 entregas, desveló en 2007 cómo un mismo libro eliminaba para el País Vasco la Constitución, las protestas contra ETA y la figura del Rey, a la vez que reemplaza ese espacio con la imagen de Aitana Sánchez-Gijón y menciones a Luis Mariano, Carmen Sevilla y Marujita Díaz.En Cataluña, la Historia se convierte en un constante enfrentamiento ‘contra España’, con recursos manipulados. Sólo se destaca lo que enfrenta y divide. Se elimina todo cuanto une. Este es el primer capítulo.El escándalo silencioso que va minando España (I)
Las editoriales manipulan los libros de texto a gusto de los nacionalistas
Desde Atapuerca a la Constitución Española, desde el Descubrimiento a la Transición, muchos manuales eliminan o transforman sus contenidos para congraciarse con los gobiernos autonómicos
De la Prehistoria a la Transición, de la extensión de las lenguas a los sentimientos deportivos, nada se resiste a la adaptación localista de los contenidos de los libros escolares con los que siete millones de niños y jóvenes estudian en España. La diferencia se ensalza, lo que une y acerca se reduce o desaparece. Es el escándalo silencioso que, curso tras curso, va minando la unidad educativa de España. Las principales editoriales se prestan a esta manipulación.
Un joven de 16 años de Bilbao puede concluir sus estudios sin que en sus libros hayan mencionado la Constitución Española, la figura del Rey, los símbolos del país al que pertenece o las protestas contra el terrorismo de ETA. También es frecuente que se le oculte la existencia de los yacimientos cercanos de Atapuerca y Altamira, el Camino de Santiago y la participación de los vascos en el Descubrimiento de América.
A menos de 100 kilómetros, un chico de Santander puede que nunca se entere de la primera vuelta al mundo de Juan Sebastián Elcano, o de que la industrialización de España se produjo a través del puerto de Bilbao.
En Barcelona, un joven puede rebuscar en su libro el Siglo de Oro y no hallarlo. O interesarse por los Juegos Olímpicos del 92, el mayor acontecimiento internacional y deportivo celebrado en su ciudad, y sólo encontrar que «fueron el punto álgido en la reconstrucción nacional [de Cataluña]». De la lluvia de medallas y del oro que España logró en fútbol en el Camp Nou, ni una palabra. Pero sí un extenso ejercicio para la asignatura de Lengua Catalana con la simulación, por parte del alumno, de la retransmisión radiofónica de la final de la Copa del Mundo entre Brasil y Cataluña.
En otro extremo de España, una chica de Huelva estudiará la Guerra Civil como si se tratara de una invasión de Andalucía por parte de fuerzas de ocupación y, simultáneamente, un niño de La Coruña leerá en su manual de Lengua que en Cáceres el gallego no goza de protección.
El resultado es una abismal fragmentación educativa, un puzzle de libros de texto que no encajan entre sí: conocimientos diferenciados, sentimientos de agravios entre comunidades autónomas, odio hacia lo español, imposibilidad para compartir un mismo sistema escolar y universitario y dificultad para converger dentro de un mismo mercado laboral.
Un trabajo de investigación realizado por Manuel Romero para ‘El Mundo’ ha analizado los diferentes manuales de las 17 comunidades autónomas. El resultado pone al descubierto graves deficiencias. La Constitución, la estructura del Estado, el sistema democrático, la Transición, el terrorismo de ETA… desaparecen o se modifican en libros escolares de las más importantes editoriales.
Aunque el Ministerio de Educación y Ciencia regula las materias a incluir en los 50 millones de libros anuales de Primaria, Secundaria y Bachillerato, no establece la extensión que ha de dárseles.
Así, sucede que a Lady Di se le dedique en un manual de Cataluña cuatro fotografías, mientras que la Constitución se despache en dos breves menciones. O que un mismo libro de Historia reemplace para el País Vasco el navío colombino La Vizcaína, con bandera de Castilla, por la de un acto promocional de Chocolates Valor en San Sebastián.
Aunque las competencias de la Enseñanza están transferidas a las comunidades autónomas, el Ministerio de Educación y Ciencia, por medio de la Dirección General de Cooperación Territorial y Alta Inspección, tiene como misión comprobar que los contenidos se ajustan a los reales decretos sobre materias mínimas.(...)
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