domingo, 28 de octubre de 2012

En defensa de Amancio Ortega

Aquí no hay quien viva (ni quien done)

La Fundación Amancio Ortega firmó ayer un convenio de colaboración con Cáritas por el que este señor aportará 20 millones de euros para programas de atención básica hasta finales de 2013. Como es habitual en un país que cada vez se va pareciendo más a una vesícula, ha habido algunos memos que han despreciado e incluso criticado la acción, con esos argumentos de payaso amargado que no se sabe si buscan una extraña piedra filosofal que devuelve con el eco un rebuzno. Estos progres de la memez, que son envidiosos por parte de padre y odiadores por parte de madre, no terminan de enfadarme porque también serían capaces de conmoverme: ellos podrían acabar, como todos, en la cola de un comedor social.

Ayer tuve que leer el siguiente razonamiento matemático: “Que Amancio Ortega done 20 millones de euros es como si yo dono 1 euro”. Por supuesto, querido memo, pero dado que te gusta tanto echar cuentas, convendrás conmigo en que para alcanzar 20 millones de euros se necesitan 20 millones de roñosos que dejen una mierda de donación como la tuya. Y que me perdonen los de Cáritas, que seguro que no le hacen ascos ni a la donación del miserable euro de este mono con 3G, pero también les advierto: cuidado con estos gilipollas, porque igual que demonizan a Ortega, les criticarán por no distribuir democrática e igualitariamente la comida: si un chaval de 40 kilos come un plato de sopa, yo que peso 80 me merezco dos platos, razonará el muy tontainas. Introduzco la palabra “merecer” porque últimamente se usa mucho, especialmente para exigir la wifi en las paradas de autobús.
Otro top es la de los listísimos que se ponen a decirle a Amancio Ortega lo que tiene que hacer con su dinero, e incluso a echar cuentas de a cuánto tocaríamos si lo diera to’ pal pueblo. Y una muy buena es la de los que le critican por tener fábricas y centros de logística fuera de esta patera mal avenida en la que vivimos. Si Lucía Echevarría, por poner el ejemplo de un escritor cualquiera, escribiera directamente en mandarín (es un suponer), su editorial no tendría que andar por todo el Planeta buscando un chino deslocalizado o un pobre inmigrante para traducirla (traducir, no copiar, no tengamos prejuicios con los chinos). No sé si me siguen… O sea, que por lo visto  la globalización es una plaga, y cabe hacer una durísima crítica al negocio editorial, por ejemplo, puesto que promueve la internacionalización de los mercados, algo horrendo que al parecer sólo trae el mal. Un mal perverso que hace que Inditex  dé trabajo a más de 100.000 personas (la mitad en España) y que haya logrado ganar casi 2.000 millones de euros en 2011… después de impuestos con los que, por cierto, se pagan jubilaciones, prestaciones de desempleo y hasta el sueldo de diputado de ese alcalde (¿serán dos sueldos?) que hoy asalta un Mercadona y mañana hará lo mismo con un Zara para, desde la justicia social, regalarle una pashmina a su señora o a cualquier colegui de algarada.

Yo soy donante de Cáritas, y a mucha honra. Creo que, al igual que muchas otras organizaciones, realizan un trabajo muy bueno, y más en un momento tan duro como en el que estamos. Creo, de corazón, que el gesto de Amancio Ortega suma, y suma un montón: 20 millones de euros… en fin, no sé vds, pero yo hay meses que no los gano. Muchas otras empresas, otros empresarios, otros ricos, otros famosos, dedican parte de sus beneficios a donaciones, y tienen programas sociales. De verdad que no consigo entender qué se puede criticar. Se me dirá que tienen exenciones fiscales y es cierto, pero alternativamente también le darían ese dinero al Estado, y prefiero pagar platos de sopa que embajaditas y coches oficiales.  Me dirán que son actos publicitarios y es cierto, pero también se promociona la acción de solidaridad y la organización social receptora, que obtienen notoriedad y un efecto de emulación que también hará aumentar las donaciones. Y por último, miren, cada uno hace con su dinero lo que quiere. O mejor dicho, lo que le deje el Estado…
 Quizá Amancio Ortega no debería haberlo hecho: este país de mierda en el que vivimos no se lo merece. Pero para ser coherente no debo juzgarle, puesto que acabo de criticar que otros lo hagan. Así es que dejaré que opinen los más de 6 millones de personas atendidas por Cáritas el año pasado, que seguramente saben mucho mejor que yo de qué coño estoy hablando.
C.Jiménez
 http://unmundoparacurra.es/