¿Seguro? Pues eso parece. Al menos así lo confirma un reciente estudio realizado por el Instituto de investigación Ipsos Mori y Unicef en el que se analizaron las bases que determinan el sentimiento de bienestar y la felicidad de niños entre 8 y 13 años. En el estudio se concluyó que los niños son mucho menos superficiales de lo que muchos imaginan y que no se sienten más felices por disponer de más aparatos tecnológicos, ni de más ropa de marca o yendo a esquiar a Aspen. La clase social o los recursos económicos parece que no influyen en el sentimiento de felicidad a esta edad.
Los niños necesitan a sus padres y a sus amigos para logar un sentimiento de bienestar y felicidad¿Esperábamos estos resultados? Con frecuencia escuchamos que los niños de esta generación son egoístas, superficiales y consumistas. ¿De verdad les conocemos?. Lo que pasa es que no pueden hablar con facilidad sobre sus sentimientos. Y al no hacerlo tendemos a construir ideas erróneas sobre ellos. Como que no piensan en nadie, que no les afecta el malestar familiar…, pero quien así piensa está equivocado.
La psicología ha demostrado sobradamente la importancia de los vínculos para el desarrollo y equilibrio del ser humano. Pero en esta ocasión, han sido los propios niños los que han confirmado que necesitan a sus padres y a sus amigos para logar un sentimiento de bienestar y felicidad. Estudios en los que hablen los niños no son muy habituales.
Y los niños, ¿qué dicen de nosotros? ¿Lo hacemos bien los padres españoles? Pues en el fondo parece que no lo hacemos tan mal. En el estudio de Unicef se comparó el bienestar de niños de Reino Unido, Suecia y España. Nuestros pequeños dijeron sentirse mucho más felices que los demás. Según parece, nuestra forma de vivir influye positivamente en la felicidad de nuestros hijos.
Aspectos clave en la felicidad de nuestros hijos
Los niños de los tres países coincidieron al señalar los mismos puntos claves en la base de su felicidad. Merece la pena dedicarles unos instantes.
Mayor tiempo en familia: los niños de todos los países consideraron que la mayor fuente de felicidad proviene del tiempo que pasan en familia. En España y Suecia es más habitual compartir con los hijos un rato de la jornada. Se reconocieron mucho más felices por ello.
Menos regalos, mayor presencia de los padres: los niños ingleses se calificaron como los menos felices. Sus padres les compran muchos más regalos pero parece que sienten que es para compensar el poco tiempo que les dedican. Interesante resultado.
Vida social: en general los niños españoles tienen menos juguetes, pero se relacionan más. Se sienten mucho mejor por ello. En España mientras los deberes lo permiten, se va diariamente al parque. Más tarde y siempre que se puede se busca la compañía de amigos.
Presencia y acompañamiento en la educación de los hijos: en España se tienen más juguetes educativos. Generalmente son los padres los que los educan: enseñan más que en otros países a cuidar las pertenencias, animan a estudiar, a sacar buenas notas y al esfuerzo. Los niños valoran esto positivamente. Sorprendente. No nos consideran unos pesados. Lo agradecen.
Disfrutar en familia: los niños del estudio lo dejaron claro. Divertirse en la familia es sin duda, lo que les hace más felices… más que nada. Además les hace sentirse queridos y perciben estabilidad familiar.
La comunicación es la clave
Tenemos pues la fórmula de la felicidad infantil. La integran muchos componentes, pero los más importantes están confirmados. Pero no sólo la felicidad está en juego. Los hijos que suelen pasar tiempo con sus padres, se divierten y se comunican con ellos, seguirán buscándoles en la adolescencia, en la juventud incluso en la vida adulta. La comunicación que se gesta de esta manera, dura para siempre.
La cultura española favorece la felicidad de los niñosA pesar de todo, muchos padres prefieren seguir engañados. Es verdad que trabajan mucho y al llegar a casa necesitan descanso… la felicidad de los hijos, tal y como la muestra el estudio, requiere de trabajo. Es mejor pensar que con un iPad son felices… Gracias a estudios como este tenemos el saber. Lo que invirtamos en nuestros hijos es decisión sólo nuestra.
Hay muchas cosas buenas en este estudio. Por una vez parece que los españoles no lo hacemos todo tan mal. Según el informe de Unicef nuestra cultura parece que favorece la felicidad. En el estudio que realizó Coca-Cola también los adultos coincidieron con los niños en casi todo lo que necesitan para ser felices (incluyeron además la comida y la pareja…)
En el fondo y pese a los malos augurios que nos acechan parece que seguimos resistiéndonos a dejar de disfrutar de la vida. Además, está confirmado: la mayor felicidad se obtiene de la familia y los amigos. Magnífica Noticia. ¿Hay acaso algo más importante y más barato?.