martes, 27 de septiembre de 2011

Del aborto al infanticidio

Canadá: una juez justifica el infanticidio al considerar aceptado el aborto

Dice que la ausencia en Canadá de una ley que penalice el aborto es señal de que sus ciudadanos “simpatizan” con la madre juzgada, que ahogó a su recién nacido y arrojó su cadáver a un cercado.
REDACCIÓN HO / LIFE SITE NWES.-. Un juez de Alberta ha permitido que una mujer que estranguló a su hijo recién nacido salga en libertad, argumentando que la ausencia en Canadá de una ley que penalice el aborto es señal de que los canadienses “simpatizan” con la madre.
“Vivimos en un país donde no hay protección para los niños en el vientre precisamente hasta el nacimiento y ahora este juez ha ampliado la protección para el autor de un delito en vez de proteger a la víctima, a pesar que el niño había nacido y como tal debe ser protegido por el tribunal”, dijo Jim Hughes, presidente nacional de Campaign Life Coalition [Coalición de la Campaña por la Vida].
Katrina Effert, de Wetaskiwin (Alberta) dio a luz en secreto en el baño de la planta baja de sus padres el 13 de abril del 2005, y luego estranguló al recién nacido y arrojó su cuerpo sobre una cerca. En ese momento ella tenía 19 años.
Había sido declarada culpable de asesinato en segundo grado por dos jurados, pero en ambas ocasiones el fallo fue rechazado por la Corte de Apelaciones. En mayo, la Corte de Apelaciones de Alberta anuló su condena por asesinato en el 2009 y lo reemplazó por un cargo menor de infanticidio.
El viernes, Effert recibió una sentencia de tres años en suspenso por parte de la juezKatrina Effert, de la Corte de Queen´s Bench, de Alberta. Como resultado, pudo salir  libre de la Corte, a pesar que tendrá que cumplir con ciertas condiciones.
Según la jueza Veit, la falta en Canadá de una ley sobre el aborto indica que “si bien muchos canadienses ven sin duda ver el aborto como algo negativo más que una solución ideal para el sexo sin protección y los embarazos no deseados, por lo general comprenden, aceptan y simpatizan con las onerosas demandas que el embarazo y el parto demandan de las madres, especialmente de las madres sin apoyo”.
Agregó que “naturalmente, los canadienses están apenados por la muerte de un bebé, sobre todo en las manos de la madre del bebé, pero los canadienses también lloran por la madre”.
Según el Código Penal de Canadá, una mujer que no se ha “recuperado completamente” de los efectos del parto puede ser declarada culpable de un cargo menor de infanticidio. Para llevar adelante la defensa del infanticidio, que conlleva una sentencia máxima de cinco años, debe haber evidencia que la mente de la mujer estaba perturbada.
Según la Corona, la evidencia mostró que Effert no sufría de perturbación mental. Se destacó el hecho que planeó para el nacimiento conseguir unas tijeras para cortar el cordón umbilical y toallas, y que luego las escondió en el baño, en el sótano de sus padres. Se sugirió que ella había tratado de frustrar el nacimiento del niño, fumando y bebiendo. Ella mintió durante el interrogatorio inicial de la policía, alegando que ella era virgen.
Pero la juez Veit estuvo de acuerdo con el abogado defensor, Peter Royal, diciendo que se trataba de “un caso clásico de infanticidio – el asesinato de un recién nacido después de un embarazo oculto por una madre que estaba sola y sin apoyo”.
Los defensores de la vida han advertido durante años que la aceptación generalizada del aborto abrirá las puertas a una mayor aceptación social del infanticidio, empezando por la eutanasia de los recién nacidos con discapacidad. El propulsor del infanticidio, Peter Singer, profesor de Ética superior en la Universidad de Princeton, ha dicho, por ejemplo, que “no hay una distinción clara entre el feto y el recién nacido”.
Aunque alguna vez se consideró que formaba parte de un grupo marginal radical, los puntos de vista de Singer se están tornando cada vez más habituales. Por ejemplo, el más prestigioso diario de bioética a nivel mundial, el Hastings Center Report, publicó en el 2008 una defensa entusiasta de la práctica en los Países Bajos de la eutanasia de los recién nacidos.
“¿Dónde terminará esto: en un niño de un mes de edad cuyos padres han decidido que no es digno de vida, en un niño de seis meses de edad, en un niño de dos años, en un niño con necesidades especiales o en un adolescente?”, preguntó Hughes.
“Es tiempo de que el Parlamento, cuyo deber es proteger y legislar respecto a la Constitución, examine su deber respecto al primer derecho constitucional -‘el derecho a la vida’- y promulgue una legislación que reconozca que la vida comienza en la concepción y que debe ser protegida desde ese momento hasta la muerte natural”, dijo Mary Ellen Douglas, organizadora nacional de la Coalición de la Campaña por la Vida. “El estrés de la madre no se puede equiparar a la pérdida de toda una vida para el niño”.

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