Los padres también tienen derecho a que se respete su vida familiar
Zapatero y sus acólitos de la progresía más ráncia (tanto de izquierdas como de derechas) lo tienen claro: La familia molesta porque es una fuente de amor inagotable. En la medida que se daña a la familia y se disocia el sexo de la procreación, el individuo se embrutece y deshumaniza, incapacitándolo para la entrega de amor y confianza inherente al deseo de la paternidad y de la maternidad ¿Por qué? Porque el objetivo final es el control de los individuos y la reducción drástica del número de seres humanos sobre el planeta. Se procura la deshumanización de la sociedad.
El desigual trato que la “justicia” procura a los cónyuges en conflicto, no es fortuito: es el fruto de una política verdaderamente satánica, que busca sembrar el odio entre aquellos que juraron amarse, y en absoluto busca una disminución de los conflictos familiares, sino más bien al contrario, como lo demuestras las estadísticas siempre crecientes, de maltratos, asesinatos y suicidios relacionados a la vida conyugal.
Indudablemente, un trato equitativo y justo que calibrara la realidad familiar y no fuese “ciego” al comportamiento inmoral de cualquiera de los implicados (y no una simple asunción de que la mujer ha de ser SIEMPRE, por ser la parte más “débil”, la favorecida), evitaría muchas injusticias y muchos sufrimientos. Es por ello que en Cruz de San Andrés consideramos que en general, la Custodia Compartida y la vigilancia para evitar el Síndrome de la Alienación Parental, son dos herramientas imprescindibles para mitigar el sufrimiento de una situación de por sí injusta e indeseable para todos.