miércoles, 9 de marzo de 2011

Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad

Esta frase de un salmo resume lo que significa tener Fe. No se es un creyente hasta que no estás dispuesto a dejar tu vida en manos de Dios. Eso cuesta mucho, porque a menudo no comprendes las cosas que te suceden y por qué te encuentras en una situación determinada. Pero tampoco yo comprendo las mitocondrias y sin embargo sé que existen y hacen su papel. La naturaleza de Dios es algo imposible de comprender por el hombre y sus designios son un misterio. Por eso repetir esta frase tiene precisamente mucho más valor. Plegarse a la voluntad de Dios supone estar dispuesto a seguir sus caminos. A cambio, el Espíritu Santo proporciona una paz imposible de conseguir por otros medios. Las personas que entregan toda su vida a Dios, lo hacen porque les compensa al ciento por uno.

Ante las dificultades y los problemas; ante el cansancio y el desánimo, éste debe ser nuestro lema. Un buen creyente sabe que su vida no puede estar más cuidada y que todo tiene un sentido, cuando se entrega completamente a la voluntad de Dios. Lo difícil a veces es descubrir exactamente en qué consiste esa voluntad. Por eso, es fundamental leer la Biblia, ya que allí están las palabras de Jesús y de todos los que le han precedido. También es importante escuchar a los sacerdotes, que son expertos en interpretar el mensaje. A partir de ahí, lo demás es instintivo. El alma suele saber lo que Dios espera de nosotros. Existe una moral natural impresa en cada persona y sólo hace falta aprender a conocerla y seguirla ciegamente.
Miércoles de ceniza.