miércoles, 27 de octubre de 2010
Ya se van
Es uno de mis temas recurrentes, lo sé. Cuando vinieron los inmigrantes a España, especialmente desde América Latina, a mí me hizo mucha ilusión. Fue como un reencuentro con familiares largamente olvidados. Hay muchos kilómetros de distancia entre nosotros y el contacto era escaso y deficiente. Pero entonces llegó la crisis y empezaron a hablar de que tenían que volverse a su país. Me consta que muchos se han ido a desgana porque ya no tenían trabajo ni posibilidad de encontrarlo; pero les hubiera gustado quedarse más, o incluso para siempre. Se han llevado a sus hijos, que estaban ya bastante integrados en sus poblaciones de acogida y en sus colegios. Es una pena que haya tenido que ser así.
Ya sé que no todo es tan idílico, que la mayor parte de los parados en España son extranjeros y eso no tiene sentido. Pero, lo malo es que en sus países no les espera una situación mejor. El boom inmobiliario atrajo a España varios millones de inmigrantes y estaba claro que la situación era insostenible - para cualquier que razonara un poco. Sin embargo, creo que nuestra sociedad se había enriquecido con tanta sangre nueva y tantos niños, y ahora va a haber un retroceso en ese sentido. Es natural que la gente que viene a trabajar se acabe volviendo a su país en su mayor parte, cuando consiguen ahorrar dinero o mejorar sus condiciones de vida; pero es una lástima que se vayan igual que vinieron, después de habernos acostumbrado mutuamente.
Ya sé que no todo es tan idílico, que la mayor parte de los parados en España son extranjeros y eso no tiene sentido. Pero, lo malo es que en sus países no les espera una situación mejor. El boom inmobiliario atrajo a España varios millones de inmigrantes y estaba claro que la situación era insostenible - para cualquier que razonara un poco. Sin embargo, creo que nuestra sociedad se había enriquecido con tanta sangre nueva y tantos niños, y ahora va a haber un retroceso en ese sentido. Es natural que la gente que viene a trabajar se acabe volviendo a su país en su mayor parte, cuando consiguen ahorrar dinero o mejorar sus condiciones de vida; pero es una lástima que se vayan igual que vinieron, después de habernos acostumbrado mutuamente.