miércoles, 8 de septiembre de 2010

Obama y la castidad juvenil

(...)"Resulta que el gobierno Obama, a través de uno de sus departamentos, concretamente el Administration for Children and Families (ACF), había realizado una encuesta entre adolescentes y sus padres por todo el país, preguntándoles acerca del diálogo entre padres e hijos acerca del sexo y el modo cómo los jóvenes ven dicha realidad.
Hasta aquí, algo más o menos normal en esta sociedad en la que se hacen encuestas prácticamente sobre todo. Lo que no fue normal es lo que pasó después. En la rueda de prensa para la presentación de los resultados de la encuesta, se estaban diciendo una serie de generalidades insulsas como la importancia del diálogo, el influjo de los amigos en la actitud de los adolescentes, etc., cuando una experta en temas de adolescentes, Lisa Rue, vino a acusar a la administración de estar contando milongas sobre la encuesta y no decir toda la verdad de los resultados.
La que se armó fue gorda y esto provocó que llovieran peticiones al gobierno basadas en lo que ellos llaman Freedom of Information Act (FOIA), para que se publicasen los resultados completos de la encuesta. Lo curioso del caso es que el gobierno se resistió a hacerlo, pero todavía más curioso es lo que se publicó cuando al final el gobierno cedió: ¿Algo relacionado con la seguridad nacional o similares? Obviamente no, sino algo tan sencillo como el hecho que más del 70 por ciento de los padres -y los adolescentes, he aquí lo gordo- veían la castidad y la continencia hasta el matrimonio como el mejor modo de vivir la sexualidad juvenil.
A nadie se le oculta que en Estados Unidos el movimiento por la castidad juvenil es muy fuerte y está dando frutos. Ya hace unos años, cuando yo vivía en aquel país, recuerdo otra encuesta hecha en los institutos públicos de enseñanza en la que la mayoría de los estudiantes pedían que se les enseñase cómo vivir la castidad juvenil, algo que les resultaba novedoso. El desastre familiar de aquellas tierras, el influjo de grupos religiosos, entre ellos la Iglesia, y la saciedad de unos valores que no les hacen felices, lleva a los jóvenes a buscar algo diferente.(...)"
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