miércoles, 15 de septiembre de 2010
La España de pandereta
Qué paradojas tiene la vida. He leído que un diputado del PSOE ha pedido a la población ser, literalmente, “menos catetos y servilistas con las vacaciones de los Obama en España”.
¿Se habrá parado a pensar ese buen señor que el pueblo a veces no hace más que imitar lo que ve en sus dirigentes? ¿No se vuelven acaso ellos locos cuando el dueño del planeta, también conocido como Obama, les llama para desayunos de oración y demás actos inverosímiles en agnósticos declarados como nuestro querido José Luis?
Otro factor clave. Cuando das al pueblo telebasura para almorzar, cenar y trasnochar, realmente no puedes esperar que ese mismo pueblo, el que te vota y asegura así tu puesto de diputado, se recluya en su totalidad a leer a Dostoievsky cuando la mujer del Presi de los “Iunaited esteits” se pasea ufana por lares hispanos.
No puedo negar que yo también siento algo de vergüenza ajena por el despliegue exagerado en torno a la visita de `Doña Michelle´ y no comprendo su imán por más que me esfuerce en encontrarlo.
No obstante, es innegable que Marbella, tan vapuleada por la corrupción de sus últimos tiempos de Malayas, ha salido beneficiada por esta ingente campaña de promoción turística que siempre deja pingües resultados en los balances de cuentas. Aunque como decía Richard Gere en Pretty Woman acerca de la amabilidad y el peloteo de la gente: “con las personas nunca lo son, lo son con el dinero”. Pues así es, sin duda. Si esta visita no hubiese movido un céntimo de euro las mujeres Obama habrían pasado sin pena ni gloria por nuestras tierras.
En estos días todas las columnas de opinión citaban casi de forma obligada la famosa película de Berlanga con el inolvidable Pepe Isbert al frente. Aunque al menos en esa época quizá estaba justificada la reacción calurosa a “los americanos”, pero hoy día, con el supuesto progreso y la cultura de que hacemos gala en nuestro país, sigue sorprendiendo en muchos sectores esa reacción casi fanática que ha generado la visita de estas mujeres.
Así pues, señor diputado del PSOE, no se extrañe usted tanto, los gobernantes tienen el pueblo que se merecen.
Inma del Moral Ramos es abogada y artista.
¿Se habrá parado a pensar ese buen señor que el pueblo a veces no hace más que imitar lo que ve en sus dirigentes? ¿No se vuelven acaso ellos locos cuando el dueño del planeta, también conocido como Obama, les llama para desayunos de oración y demás actos inverosímiles en agnósticos declarados como nuestro querido José Luis?
Otro factor clave. Cuando das al pueblo telebasura para almorzar, cenar y trasnochar, realmente no puedes esperar que ese mismo pueblo, el que te vota y asegura así tu puesto de diputado, se recluya en su totalidad a leer a Dostoievsky cuando la mujer del Presi de los “Iunaited esteits” se pasea ufana por lares hispanos.
No puedo negar que yo también siento algo de vergüenza ajena por el despliegue exagerado en torno a la visita de `Doña Michelle´ y no comprendo su imán por más que me esfuerce en encontrarlo.
No obstante, es innegable que Marbella, tan vapuleada por la corrupción de sus últimos tiempos de Malayas, ha salido beneficiada por esta ingente campaña de promoción turística que siempre deja pingües resultados en los balances de cuentas. Aunque como decía Richard Gere en Pretty Woman acerca de la amabilidad y el peloteo de la gente: “con las personas nunca lo son, lo son con el dinero”. Pues así es, sin duda. Si esta visita no hubiese movido un céntimo de euro las mujeres Obama habrían pasado sin pena ni gloria por nuestras tierras.
En estos días todas las columnas de opinión citaban casi de forma obligada la famosa película de Berlanga con el inolvidable Pepe Isbert al frente. Aunque al menos en esa época quizá estaba justificada la reacción calurosa a “los americanos”, pero hoy día, con el supuesto progreso y la cultura de que hacemos gala en nuestro país, sigue sorprendiendo en muchos sectores esa reacción casi fanática que ha generado la visita de estas mujeres.
Así pues, señor diputado del PSOE, no se extrañe usted tanto, los gobernantes tienen el pueblo que se merecen.
Inma del Moral Ramos es abogada y artista.