martes, 23 de febrero de 2010

Acabó la sequía

En todos los sentidos. He vuelto. Después de dos meses sin ganas de escribir y sin inspiración, de repente, me levanté el día 20 de febrero rebosante de ideas. En un solo día he escrito cinco posts. No sé por qué razón será, pero yo me limito a dejarme llevar por el destino. Creo firmemente que existe un plan divino detrás de cada situación, aunque nosotros no podamos adivinar la trama.

Acabó la sequía y está la sierra madrileña como nunca de nieve desde que yo recuerdo. Este invierno ha llovido tanto ya como aquellos años que recuerdo cuando era niña. Así que tengo que agradecerle a Al Gore que, debido a sus fantásticas teorías, parece que al fin el clima a vuelto a la normalidad. Por algo se dice que las mentiras tienen las patas muy cortas.

La vida se compone de ciclos. Es bien sabido que en el planeta Tierra siempre ha habido épocas más calurosas y más frías. También la economía sufre crisis periódicas en su funcionamiento. En la política y la sociedad se fluctúa entre épocas más permisivas y más rígidas, como reacción natural a la anterior. Así había sido al menos hasta ahora.

Pero actualmente existen intereses muy fuertes dedicados a intentar modificar el clima, manejar las crisis económicas o cambiar la mentalidad mayoritaria de la sociedad. Sin embargo, las cosas tienden a volver a su lugar natural; porque existe un hilo conductor en el universo, al igual que existe también en nuestras vidas, aunque a veces no queramos seguirlo.