martes, 20 de octubre de 2009
Todo vale
Cuando yo era pequeña había un gran problema con la heroína. Todos sabíamos que la droga era mala porque la gente acababa en la calle y la delincuencia. Ahora resulta que las drogas llamadas "blandas" forman parte también de todos los ambientes y no pasa nada. Se han convertido en algo tan habitual que incluso en la Wikipedia parece que justifican el consumo.
Cuando yo iba al colegio, naturalmente, algunas de mis compañeras tenían novio, pero no pasaban de la "segunda base" (como dicen en EE.UU) y estaban bien así. Todos sabíamos que el sexo era arriesgado. Ahora tenemos una adolescente abortando cada media hora en España.
Cuando yo tenía dieciocho años no estaba prohibido beber alcohol los menores y, sin embargo, todos sabíamos que el alcohol era dañino y bebíamos con moderación. A nadie se le ocurría tomarselo por litros. Ahora tenemos las calles llenas de menores borrachos.
Cuando yo era jovencita, por supuesto, había gente que decía palabrotas sin necesidad. Todos pensábamos que era gente sin formación. Ahora resulta que en cualquier ambiente se oyen las mismas expresiones porque han pasado a formar parte del idioma coloquial. Eso no ocurre en otros países.
España es el país de Todo vale. Lo que antes eran excepciones se han convertido en la regla y a nadie parece importarle. Lo peor es que ahora no hay quien convenza a nuestros adolescentes de que insultar, emborracharse, drogarse o liarse unos con otros no es un comportamiento normal.
Cuando yo iba al colegio, naturalmente, algunas de mis compañeras tenían novio, pero no pasaban de la "segunda base" (como dicen en EE.UU) y estaban bien así. Todos sabíamos que el sexo era arriesgado. Ahora tenemos una adolescente abortando cada media hora en España.
Cuando yo tenía dieciocho años no estaba prohibido beber alcohol los menores y, sin embargo, todos sabíamos que el alcohol era dañino y bebíamos con moderación. A nadie se le ocurría tomarselo por litros. Ahora tenemos las calles llenas de menores borrachos.
Cuando yo era jovencita, por supuesto, había gente que decía palabrotas sin necesidad. Todos pensábamos que era gente sin formación. Ahora resulta que en cualquier ambiente se oyen las mismas expresiones porque han pasado a formar parte del idioma coloquial. Eso no ocurre en otros países.
España es el país de Todo vale. Lo que antes eran excepciones se han convertido en la regla y a nadie parece importarle. Lo peor es que ahora no hay quien convenza a nuestros adolescentes de que insultar, emborracharse, drogarse o liarse unos con otros no es un comportamiento normal.
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alcohol,
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