martes, 8 de septiembre de 2009
No somos perfectos
En esta sociedad sobreprotegida en que vivimos, se pretende negar las emociones más básicas, como el amor o el odio, la rabia o el miedo. Es natural enfadarse como lo es enamorarse. Pretender que las personas podemos ser puramente racionales sólo lleva a convivir con emociones soterradas que salen a la luz de forma violenta y descontrolada. Los padres modernos quieren ser un ejemplo de autocontrol según el modelo de la psicología moderna, pero sus hijos no van a vivir en un libro, sino en la vida real, donde tendrán que que aprender a manejar sus emociones. Un niño sobreprotegido no sabe reaccionar en situaciones de tensión y esto puede afectar a su propio desarrollo personal.
Una cosa es procurar no perder los nervios con tus seres queridos, y otra guardarse todo dentro. De ese modo, sólo se consigue alimentar rencores y desconfianza. Los hijos deben saber que sus padres son de carne y hueso, que sufren y se angustian, que a veces no tienen las respuestas, y que también hay cosas que no pueden soportar. Creo que resulta más sano reconocer que hay personas a las que se detesta, que hacer el paripé de que todos los llevamos bien y somos muy felices. La educación y la sinceridad no deberían ser incompatibles. El buenismo a veces resulta más dañino que la crispación. Y, por cierto, oposición viene del verbo oponerse. (Por si me lee alguien del PP).
Una cosa es procurar no perder los nervios con tus seres queridos, y otra guardarse todo dentro. De ese modo, sólo se consigue alimentar rencores y desconfianza. Los hijos deben saber que sus padres son de carne y hueso, que sufren y se angustian, que a veces no tienen las respuestas, y que también hay cosas que no pueden soportar. Creo que resulta más sano reconocer que hay personas a las que se detesta, que hacer el paripé de que todos los llevamos bien y somos muy felices. La educación y la sinceridad no deberían ser incompatibles. El buenismo a veces resulta más dañino que la crispación. Y, por cierto, oposición viene del verbo oponerse. (Por si me lee alguien del PP).