miércoles, 13 de mayo de 2009
Píldora postcoital
¿Quién es más valioso?, ¿un niño o un adulto de veinte años?, ¿un anciano de setenta o un hombre de mediana edad?, ¿una mujer en edad fértil o una niña?, ¿un bebé o un feto?...
Si el mundo se acabara y sólo pudieran librarse unos cuantos, ¿a quién salvaríais?
1. A las mujeres y niños como marca la tradición, porque son la garantía de nueva vida.
2. A los hombres fuertes porque tienen más posibilidades de sobrevivir.
3. A los de mediana edad porque cuentan con el valor de la experiencia.
Lo ideal sería salvarlos a todos, naturalmente, pero si el futuro de la humanidad dependiera de ello, el instinto de supervivencia marca que deben permanecer aquellos capaces de engendrar una nueva generación, y sus madres porque las necesitan para desarrollar sus capacidades. Aunque ahora nos creamos, casi siempre, a salvo de toda desgracia apocalíptica, eso no significa que no tenga que seguir primando el sentido común sobre la conveniencia.
La píldora abortiva impide que el óvulo fecundado pueda anidar en el útero. Si me preguntan si es mejor que el aborto normal, supongo que sí, es menos traumático. Pero no deja de ser un aborto porque, desde el momento en que el espermatozoide se fusiona con el óvulo, ya existe un nuevo ser humano. Da igual que tenga un día de vida, un mes, o cinco años. Aunque algunos sigan empeñados en que el planeta está superpoblado, el reemplazo generacional es imprescindible en cada país y en cada región del mundo. Supongo que no piensan repoblar España con chinos.
Esos niños que dejan de nacer, sean deseados o no por sus padres, siguen siendo necesarios para nuestro equilibrio poblacional. Cada vez nacen menos niños voluntariamente y los hijos de los inmigrantes pueden volver a su país cuando lo deseen. Hay que pensar a largo plazo. Luego está el tema de los efectos secundarios de la medicina, que no es precisamente inocua. Su uso continuado podría producir esterilidad en toda una generación y además favorece el embarazo extrauterino, que es muy peligroso.
Pero ante todo está el tema moral. El aborto no es un método anticonceptivo. Hoy en día contamos con múltiples sistemas para evitar los embarazos no deseados. Si estos fallan, hay otras opciones, especialmente la adopción, que hay miles de parejas en lista de espera. Por otra parte, a lo largo de la historia millones de mujeres se han hecho cargo de hijos inesperados y los han sacado adelante con o sin ayuda y han sido felices. ¿Es que ahora somos más débiles e inútiles que antes? Yo misma soy una hija no esperada y siempre me he sentido muy querida.
He pensado que voy a seguir comentando. No puedo depender de las reacciones de cada cual.
Música: The look of love. Abc.
Si el mundo se acabara y sólo pudieran librarse unos cuantos, ¿a quién salvaríais?
1. A las mujeres y niños como marca la tradición, porque son la garantía de nueva vida.
2. A los hombres fuertes porque tienen más posibilidades de sobrevivir.
3. A los de mediana edad porque cuentan con el valor de la experiencia.
Lo ideal sería salvarlos a todos, naturalmente, pero si el futuro de la humanidad dependiera de ello, el instinto de supervivencia marca que deben permanecer aquellos capaces de engendrar una nueva generación, y sus madres porque las necesitan para desarrollar sus capacidades. Aunque ahora nos creamos, casi siempre, a salvo de toda desgracia apocalíptica, eso no significa que no tenga que seguir primando el sentido común sobre la conveniencia.
La píldora abortiva impide que el óvulo fecundado pueda anidar en el útero. Si me preguntan si es mejor que el aborto normal, supongo que sí, es menos traumático. Pero no deja de ser un aborto porque, desde el momento en que el espermatozoide se fusiona con el óvulo, ya existe un nuevo ser humano. Da igual que tenga un día de vida, un mes, o cinco años. Aunque algunos sigan empeñados en que el planeta está superpoblado, el reemplazo generacional es imprescindible en cada país y en cada región del mundo. Supongo que no piensan repoblar España con chinos.
Esos niños que dejan de nacer, sean deseados o no por sus padres, siguen siendo necesarios para nuestro equilibrio poblacional. Cada vez nacen menos niños voluntariamente y los hijos de los inmigrantes pueden volver a su país cuando lo deseen. Hay que pensar a largo plazo. Luego está el tema de los efectos secundarios de la medicina, que no es precisamente inocua. Su uso continuado podría producir esterilidad en toda una generación y además favorece el embarazo extrauterino, que es muy peligroso.
Pero ante todo está el tema moral. El aborto no es un método anticonceptivo. Hoy en día contamos con múltiples sistemas para evitar los embarazos no deseados. Si estos fallan, hay otras opciones, especialmente la adopción, que hay miles de parejas en lista de espera. Por otra parte, a lo largo de la historia millones de mujeres se han hecho cargo de hijos inesperados y los han sacado adelante con o sin ayuda y han sido felices. ¿Es que ahora somos más débiles e inútiles que antes? Yo misma soy una hija no esperada y siempre me he sentido muy querida.
He pensado que voy a seguir comentando. No puedo depender de las reacciones de cada cual.
Música: The look of love. Abc.