miércoles, 25 de marzo de 2009
Día internacional de la vida
Hoy se celebra el día de la Anunciación de María y por el derecho a la vida en todo el mundo. El tema de la Iglesia, es el típico que surge cuando hace falta crear polémica para quitar la atención de los problemas reales de la gente. Sacar una ley del aborto y la eutanasia que nadie había pedido también es otra forma de crear debates innecesarios, del cual yo he sido sin querer un elemento más. Mientras, las parroquias siguen ocupándose de los olvidados por todos.
Me he quitado un peso de encima, aunque esté feo que lo diga. El blog se había convertido en una obligación que me llevaba demasiado tiempo. A mí nadie me paga por pasar tres horas al día en internet. Por cierto, yo también quiero un trabajo de esos. :) Ha habido semanas en que casi no limpiaba el polvo en casa, se me olvidaba poner la lavadora y, lo que es peor, tender la ropa. Llegaba la hora de comer y no había cocinado...
El ordenador es un vicio como otro cualquiera. Además estaba racionalizando mucho y ahora podré volver a escribir sobre sentimientos. Por ejemplo, ante este problema, hay gente que me ha sorprendido agradablemente, y alguno en cambio del que esperaba más. Pero, así son las cosas. Eso me pasa por tener amigos virtuales, que no acabas nunca de conocerlos bien. De todos modos, los que llevaban más tiempo conmigo, ahora escriben poco.
Amigos reales apenas tengo, pero creo que es culpa del lugar y del tiempo. Porque sí conozco algunas señoras con las que me entiendo bien, pero resulta que todas trabajan, y, cuando llegan por la tarde naturalmente prefieren estar con sus familia, no conmigo. Tengo otra amiga a cien kilómetros de aquí. Así que, durante los dos últimos años, creo que he hablado más con vosotros que con nadie, aparte de mi familia. Si hubiera vivido hace años o en un pueblo pequeño, sería diferente.
A mi madre no le cuento casi nada, porque no tiene edad para preocupaciones. Así que mi marido, el pobre, es el destinatario principal de mis elucubraciones. La verdad es que, para ser hombre y de ciencias, es bastante comunicativo. Pero debe estar lamentando por qué no se casó con una mujer de aquellas cuya máximo interés consiste en saber si la falda pega con la blusa. (Ahora no puedes contestar.;))
Así que tendré que irme desintoxicando. Todavía me cuesta entrar a los blogs y no decir nada. Me imagino que con el tiempo dejaréis de pasar por aquí. Pero la vida son fases y ésta ha pasado. Pronto no seré más que un recuerdo remoto, como ocurre con algunas personas que recuerdas siempre, y sin embargo ellos te han borrado totalmente de su memoria. Es lo que tiene internet, que todo llega a gran velocidad y desaparece de la misma manera.
Me he quitado un peso de encima, aunque esté feo que lo diga. El blog se había convertido en una obligación que me llevaba demasiado tiempo. A mí nadie me paga por pasar tres horas al día en internet. Por cierto, yo también quiero un trabajo de esos. :) Ha habido semanas en que casi no limpiaba el polvo en casa, se me olvidaba poner la lavadora y, lo que es peor, tender la ropa. Llegaba la hora de comer y no había cocinado...
El ordenador es un vicio como otro cualquiera. Además estaba racionalizando mucho y ahora podré volver a escribir sobre sentimientos. Por ejemplo, ante este problema, hay gente que me ha sorprendido agradablemente, y alguno en cambio del que esperaba más. Pero, así son las cosas. Eso me pasa por tener amigos virtuales, que no acabas nunca de conocerlos bien. De todos modos, los que llevaban más tiempo conmigo, ahora escriben poco.
Amigos reales apenas tengo, pero creo que es culpa del lugar y del tiempo. Porque sí conozco algunas señoras con las que me entiendo bien, pero resulta que todas trabajan, y, cuando llegan por la tarde naturalmente prefieren estar con sus familia, no conmigo. Tengo otra amiga a cien kilómetros de aquí. Así que, durante los dos últimos años, creo que he hablado más con vosotros que con nadie, aparte de mi familia. Si hubiera vivido hace años o en un pueblo pequeño, sería diferente.
A mi madre no le cuento casi nada, porque no tiene edad para preocupaciones. Así que mi marido, el pobre, es el destinatario principal de mis elucubraciones. La verdad es que, para ser hombre y de ciencias, es bastante comunicativo. Pero debe estar lamentando por qué no se casó con una mujer de aquellas cuya máximo interés consiste en saber si la falda pega con la blusa. (Ahora no puedes contestar.;))
Así que tendré que irme desintoxicando. Todavía me cuesta entrar a los blogs y no decir nada. Me imagino que con el tiempo dejaréis de pasar por aquí. Pero la vida son fases y ésta ha pasado. Pronto no seré más que un recuerdo remoto, como ocurre con algunas personas que recuerdas siempre, y sin embargo ellos te han borrado totalmente de su memoria. Es lo que tiene internet, que todo llega a gran velocidad y desaparece de la misma manera.