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viernes, 28 de enero de 2011

What's love got to do with it?

Es el título de una canción de los años ochenta. ¿Qué tiene que ver el amor con esto?. Yo me lo pregunto a menudo cuando, en las revistas o en televisión, veo personas que dicen estar muy enamoradas. Amar no es salir con alguien a pasarlo bien. Amar es aguantarlo cuando no está de humor, cuidarlo cuando enferma, intentar llevarte bien con sus seres queridos. Amar a alguien es guardar ausencias, echarle de menos, intentar complacerle incluso contra tus intereses. Amar es perdonar y estar siempre disponible. No tiene nada que ver con lo que cuentan en los medios de comunicación. Así, no es extraño que, en cuanto aparece la rutina, piensen que ya no están enamorados. Posiblemente no lo han estado nunca de verdad. El amor verdadero se afianza con el tiempo, siempre que le prestes atención. Hay que mantener viva la llama.

El amor incluye el sexo, pero no puede estar basado sólo en eso. Naturalmente, supone también pasarlo bien juntos, pero no todo el tiempo. La vida no es un parque de atracciones. Está claro que algo no funciona cuando hay que mantener a la pareja "entretenida". El aburrimiento también forma parte del amor y le da paz y estabilidad. Por supuesto, hay quien confunde el amor con el enamoramiento y no puede seguir adelante porque no tiene las mismas sensaciones que el primer día. Si fuera siempre así también acabaríamos por cansarnos. El amor es algo vivo y cambiante y es un esfuerzo de voluntad. A amar también se aprende. No confundir con el vértigo que siempre produce una nueva relación. Eso no dura. Luego puede ser ya tarde para arrepentirse.

lunes, 28 de septiembre de 2009

The sea is full of fishes

El mar está lleno de peces. Me encanta como suena en inglés. Hoy en día se puede decir literalmente eso respecto a las relaciones de pareja. Creo que nunca en la historia ha habido tantas facilidades y, sin embargo, nunca ha sido la gente tan infeliz. Incluso cuando los matrimonios eran concertados iban mejor las cosas. Tal vez porque la gente no tenía tantas aspiraciones y se conformaban con lo que había. Ahora buscamos una persona que sea al mismo tiempo divertida y responsable, tolerante y con ideas claras, guapo, listo y buena persona... Si se piensa es un poco absurdo, ya que nosotros tampoco somos perfectos. Uno debería exigir sólamente lo que puede ofrecer: un poco de cariño, paciencia y sentido común. Eso es lo que realmente hace falta para llevar una familia.

Luego leo las consultas psicológicas de las revistas y a cada poco me encuentro la típica chica joven que sale con un hombre casado. Creo que nunca en la historia ha existido tanta infidelidad como ahora y no es extraño, ya que nunca ha sido tan fácil, ni ha existido esa sensación general de "todo vale". Estoy aburrida de leer lo mismo sobre que no se puede parar el amor. Es como la gula: cuando un niño entra en una tienda de golosinas, las quiere todas. Pero un adulto ya debería saber que tenerlo todo sólo le va a dar dolor de tripa, o de alma, en este caso. Probarlo todo sólo consigue que se tenga una sensación de hastío e incluso se pierda el interés completamente. Parece mentira que haya que explicar algo tan obvio.

Antes se seguían unos pasos: conocer a la persona, salir como amigos, enamorarse y besarse. Ahora, en las relaciones por internet a menudo se empieza la casa por el tejado. Luego se preguntan si el otro sólo te quiere por el físico. Eso es fácil de comprobar, basta con esperar unos meses. Conocer a una persona fuera de su ambiente significa que puede fingir una personalidad absolutamente diferente de la real y nunca te darás cuenta. Pero sin embargo, empieza a ser el modo más habitual de ligar. Luego están los separados y divorciados que buscan desesperadamente alguien con quien recuperar el modo de vida al que estaban ya habituados. En ese afán, no suelen respetar si la otra persona está ya comprometida.

Por todas estas circunstancias, las relaciones de parejas actuales traen más quebraderos de cabeza que satisfacciones. Pero, siendo ambos adultos, es de esperar que intenten dañarse lo menos posible mutuamente. Sin embargo, cuando uno de los dos es menor de edad o inmaduro en relación con el otro, entonces las consecuencias son mucho más graves, como vemos cada día en las noticias. No vale todo en el amor, porque, para empezar, eso no es amor sino necesidad mutua. El amor es compromiso, sacrificio e incluso diría yo que aburrimiento. Por eso, a menudo por desgracia alguno decide que no vale la pena el esfuerzo, estando el mar cada día más lleno de peces, y todos tan dispuestos a dejarse pescar.

domingo, 19 de abril de 2009

J'en ai ras le bol

Ich habe es satt. I'm fed up. Todo tiene el mismo sentido: estoy harta. Pero en francés tiene una connotación especial de "tengo el bote lleno hasta arriba", lo que viene a ser estar hasta la coronilla. Así es como me siento en este momento, en el límite de la paciencia. Las razones no están en mi vida personal que sigue tan apacible como es de esperar, dentro de lo que supone tener tres hijos adolescentes, sino en múltiples temas que me preocupan, especialmente el aborto.

He puesto una barra de música en el blog, aunque no funciona muy bien porque hay que tocarla para que se ponga en marcha. De momento la dejo mientras no tenga algo mejor. En ella no voy a poner, como otras veces, sólamente canciones cuya letra tiene relación con algún asunto, sino música de la que escucho habitualmente porque me gusta, sin ninguna razón en particular. Así que he empezado con Estopa, como habréis visto si alguno ha probado ya el enlace.

Hace tiempo recuerdo que me dijo Codromix que no me pega nada que me guste Estopa y yo le contesté que eso se debe a que tengo un lado oculto. Más bien diría, un lado oscuro. Yo creo en el amor incondicional a la pareja, la familia, los hijos; así como también predico el amor universal a otras culturas, otros países, otros seres vivos. Pero tengo que admitir que también albergo sentimientos como la rabia, el rencor o incluso el odio, y eso me vuelve muy sarcástica.

Por eso, a pesar de que el otro día me sentí muy tentada, voy a dejar las cosas como están. Ya sé que no es justo para la mayoría, que siempre me habéis respetado, que no me habéis ofendido en nada, que sólo queréis aportar vuestro punto de vista. Precisamente por eso, no quiero relacionarme más que lo mínimo mientras no esté segura de que voy a conseguir ser tan ecuánime, tolerante y justa en las contestaciones como me gustaría y como merecéis vosotros.