¿Qué es la pornografía?
Los
defensores de la pornografía invocan el derecho a la libertad en el
arte. Es indudable que no siempre es fácil distinguir entre el arte más
o menos erótico (en el que también hay que contar con la evolución de
las normas y costumbres) y la pornografía.
La
pornografía consiste en retirar los actos sexuales, reales o
simulados, de la intimidad de sus protagonistas, para exhibirlos ante
terceros de manera deliberada.
En
esta conducta la persona es denigrada ya que pasa a ser considerada
como un objeto de placer antes que de amor, su valor está dado solo por
su dimensión física. Lo único que importa es dar paso libre a los
instintos para que, sin estorbos ni barreras como la del pudor,
provoquen en ellos excitaciones y sensaciones. Lo que sienten, piensan,
la historia personal, los valores, sueños e ideales de las personas no
son tomados en cuenta. La persona se transforma en un objeto
desechable.
Los
motivos eróticos en el arte se han dado en todos los tiempos y
culturas. La pornografía, en cambio, aísla y acentúa excesivamente lo
obsceno, con ruptura del equilibrio artístico. La pornografía no
considera a la persona en su totalidad, sino que explota solamente su
dimensión física con el objetivo de incitar al acto sexual. Hoy se ha
pasado, además, a la pornografía dura y violenta, acompañada de toda
clase de perversiones sexuales.
¿Qué efectos tiene la pornografía?
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Afecta
principalmente a personas inmaduras, limitando y desviando su
desarrollo psicológico normal y la formación de una identidad sana.
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Induce a franquear barreras y puede llegar a promover delitos y violencias sexuales (especialmente la pornografía dura).
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Paraliza
la sensibilidad de las personas hasta hacerlos moral y personalmente
indiferentes a los derechos y dignidad de los demás (la pornografía
blanda).
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Crea dependencia y empujar a la búsqueda de material cada vez más excitante y perverso.
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Aumenta la probabilidad de adoptar comportamientos antisociales.
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Dificulta
la capacidad de distinguir entre lo sano y esperable y lo alterado,
anormal o infrecuente en los niños y adolescentes.
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Favorece la sexualidad precoz en los niños.
La
pornografía introduce a unos y a otros en la ilusión de un mundo
ficticio. Un mundo de fantasía que, no obstante, tiene efectos muy
reales, tanto para los individuos como la sociedad. Por ello, los
padres deben estar atentos a lo que ven sus hijos en la TV, ya que ellos
son los mas vulnerables a ser dañados, provocando una visión
empobrecida y deshumanizadora de la sexualidad y del ser humano, y
dejando impreso en la memoria del niño imágenes que pueden a futuro
dificultar su vida sexual plena con la persona que realmente se ama y
con quien desea compartir una vida y formar una familia.
En
su libro "¿Cuál es el Gran Negocio de la Pornografía? Una Guía para la
Generación de Internet" (Shadow Mountain), Jill C. Manning presenta
una detallada explicación de cómo la pornografía daña a los
adolescentes, junto con advertencias de cómo superar la naturaleza
adictiva de tales hábitos.
Manning describe algunos de los modos en los que la pornografía daña a la gente:
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Se
trata de algo potencialmente adictivo. Como tal puede obstaculizar la
capacidad de una persona para tomar decisiones claras;
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Puede distorsionar poderosamente la visión de una persona sobre cuerpos, relaciones y sexualidad;
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Lleva a la gente a cosificar a los demás, viéndolos como juguetes sexuales que existe sólo para su propia satisfacción;
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Debido
a su influencia distorsionadora mina las oportunidades de los jóvenes
de tener seguridad en sí mismo, ser felices y crear relaciones
duraderas en el futuro.
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Afecta por tanto su capacidad de ver la vida de forma verdadera, provechosa y sana.
Manning
lamentaba que nos se enseñara a muchos jóvenes lo suficiente sobre lo
que hace que las relaciones o los matrimonios funcionen mientras que se
les hace que no se den cuenta de cómo la pornografía dañará su
capacidad de interactuar con los demás. Citando los resultados de
diversos estudios sobre los efectos del consumo habitual de
pornografía, Manning apuntaba algunas de los efectos secundarios
dañinos:
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Disminución de la sensibilidad hacia las mujeres, mostrando más agresiones, rudeza y falta de respeto.
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Disminución del deseo de tener hijos y formar una familia.
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Aumento del riesgo de tener dificultades en las relaciones íntimas.
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Aumento del riesgo de abusar sexualmente de los demás.
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Aumento del riesgo de recibir información incorrecta sobre la sexualidad humana.
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Aumento del riesgo de insatisfacción sexual con el/la futuro/a esposo/a.
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Aumento del riesgo de divorcio una vez casado.
Niños como adultos, adultos como niños
El
uso de imágenes sexuales en los medios de comunicación no es
precisamente un fenómeno reciente. No obstante, en los últimos años se
ha dado un aumento de su volumen sin precedentes. Además, los niños son
presentados con mayor frecuencia como si fueran adultos, mientras que a
las mujeres se las infantiliza. Esto último se ve por ejemplo en el
programa de Tinelli cuando las bailarinas actúan como colegialas.
Esto
lleva a difuminar las líneas entre madurez e inmadurez sexual y, en la
práctica, legitima la noción de que los niños puedan ser tratados como
objetos sexuales. En los niños, las capacidades cognitivas necesarias
para hacer frente a imágenes persuasivas de los medios todavía no se
han desarrollado. Junto a esta falta de capacidad para afrontar tales
imágenes, la capacidad de penetración de una cultura sexualizada da
como resultado que los niños estén frecuentemente expuestos a material
que no es apropiado para su edad.
El
mensaje que se transmite a las chicas es deberían presentarse como
sexualmente deseables si quieren ser populares entre los chicos. Esto
está presente incluso para niños más jóvenes, a los que se anima a
vestir de forma que llamen la atención por sus atributos sexuales
aunque todavía no los posean.
A
su vez, el mensaje que se transmite a los chicos es que deberían ser
sexualmente dominantes y tratar el cuerpo femenino como un objeto.
Puesto
que los niños reciben continuos llamamientos a adecuarse a tales
imágenes, uno de los resultados que pueden ocurrir es el descontento con el propio cuerpo
y una pobre autoestima que, a su vez, pueden provocar depresión y
desórdenes alimenticios. Junto a estos desórdenes como la anorexia, las
mujeres jóvenes recurren en mayor número a la cirugía cosmética, bajo
la presión de parecerse a una imagen idealizada.
http://argentinosalerta.org/content/ministerio-de-educacion-pornografia-violencia-y-discriminacion-para-todos-y-todas