lunes, 3 de diciembre de 2012

El psoe arruina Andalucía

“El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero… de los demás”
Margaret Thatcher
Primera ministra del Reino Unido
El bumerán es un arma arrojadiza, propia de los indígenas de Australia, formada por una lámina de madera curvada, de tal manera que, lanzada con movimiento giratorio, puede volver al punto de partida. De ahí que conozcamos como efecto bumerán, el resultado de una acción que se vuelve contra su autor.
El popular psicólogo y escritor argentino Jorge Bucay, cuenta una historia a la que el llama, “El ladrillo boomerang”. En síntesis, se trata de un sujeto que andaba por el mundo con un ladrillo en la mano, como elemento agresivo contra toda aquella persona que no le cayera bien o el considerase una amenaza contra su forma de ser o de pensar. Por tanto, había decidido que a cada individuo que le fuese molesto, le lanzaría un ladrillazo. Para poder recuperar el ladrillo después de arrojarlo contra su presunto enemigo, le ató un resorte para que el arma agresora regresara sola a sus manos.
Al salir a la calle y encontrarse con el primer prójimo que no era de su gusto, le tiró el ladrillo. Erró en su objetivo y al actuar el resorte y regresar el ladrillo, fue a dar justo en su propia cabeza. El segundo ladrillazo se lo pegó por medir mal la distancia. El tercero, por arrojar el elemento agresor fuera de tiempo. El cuarto fue muy particular. En realidad, él mismo había decidido pegarle un ladrillazo a su víctima y a la vez protegerse de su agresión. En esa ocasión el descalabro fue descomunal.
Pues bien, resulta que como en las últimas elecciones autonómicas de Andalucía del pasado mes de marzo, todas las encuestas daban como ganador con mayoría absoluta al PP, los gestores socialistas de la Junta, para hacerle imposible la gobernación a quienes se suponía que habrían de ser los nuevos administradores de la Comunidad Autónoma, se dedicaron a dejar las arcas exhaustas a base de derrochar el dinero que no tenían, en el mas variopinto abanico de subvenciones.
Concretamente, pocos días antes de los comicios, los mandatarios socialistas de la Junta de Andalucía, repartieron 223 millones de euros. Entre los beneficiarios —como es habitual— figuraban ONGs y sindicatos ideológicamente afines. La UGT percibió 971.000€ para desarrollar tres programas de fortalecimiento sindical en Los Andes, el resto de América y Marruecos. Por su parte CC.OO. recibió 1.025.000€ entre otras cosas para el «fortalecimiento de los derechos de las mujeres trabajadoras en Guinea Bissau» o «la transversalización e institucionalización de la equidad de género en la municipalidad de Ayutuxtepeque».
Dando por sentado que estas cantidades llegan a los destinos que se citan y se emplean íntegramente en las causas que se detallan en el enunciado de las convocatorias, órdenes o decretos que las amparan, podemos observar claramente como la generalidad de las subvenciones concedidas por los representantes socialistas de la Junta de Andalucía, no están motivadas por la concepción del deber de ayuda para la realización de proyectos tecnológicos, sanitarios, educativos o de infraestructuras que puedan ayudar a emerger de la situación de subdesarrollo en que se encuentren los países que las reciban. Un análisis detallado de la mayor parte de este tipo de apoyos a terceros países, nos revelaría que su objetivo y destino final, es la propagación ideológica de la izquierda, proyecto que considero perfectamente lógico y legítimo si se hiciese desde y con fondos propios del partido socialista y no desde una institución pública como es la Junta de Andalucía y con los fondos procedentes de los impuestos de todos los andaluces y españoles, máxime cuando Andalucía es la comunidad autónoma que mayor inversión necesita en educación, sanidad, promoción del empleo, dependencia, comunicaciones, infraestructuras o ayudas a la investigación y desarrollo, por citar solo algunas de nuestras enormes carencias estructurales tras más de treinta años de dominio socialista.
Mientras que con graves perjuicios sociales y empresariales, demora indefinidamente el pago a los contratistas las obras adjudicadas o recorta a los andaluces servicios esenciales, el modo de cómo derrocha la Junta de Andalucía el dinero que no tiene, se puede comprobar fácilmente solo con dar un repaso a su Boletín Oficial.

Volviendo a las elecciones autonómicas del pasado mes de marzo, que ganó el Partido Popular y perdió el PSOE, al no producirse la victoria del PP por mayoría absoluta, los socialistas siguieron al frente de las Instituciones de Andalucía mediante sus habituales pactos con IU.
Con lo que Griñán no contaba, era que le pasase lo que al del cuento del ladrillo. Que su acción despilfarradora para hacer poco menos que inviable la gobernación de Andalucía, se volvió contra él mismo como un bumerán. Sí; sigue siendo Presidente de la Junta. Un Presidente sin poder, primero porque está en manos de sus socios comunistas y lo que es más importante: porque no tiene un euro que administrar, hasta el extremo de que ha tenido, gracias a su acción derrochadora, que pedir el rescate al Gobierno central de la Nación.
Como consecuencia de su desgobierno, 20.000 médicos de la sanidad pública andaluza fueron convocados recientemente a la huelga, en protesta por la forma en la que el Servicio Andaluz de Salud (SAS), les aplica la jornada laboral. La huelga de médicos provocó la anulación de miles de consultas y más de cien operaciones.
Los paros, las concentraciones y las protestas se multiplican a lo largo y a lo ancho de la comunidad andaluza, porque en las arcas de la Junta no hay ya ni telas de araña y no tiene con que hacer frente a sus competencias estatutarias.
A pesar de todo esto, el gobierno socialista de la Junta andaluza no ha cortado aún el grifo del despilfarro y gran parte de su presupuesto se gasta en subvenciones y otras prebendas. Por ejemplo, su Boletín Oficial del pasado 24 de junio, nos dio a conocer el regalo de 18.156 euros a la Fundación Social Universal, en concepto de “desarrollo endógeno cualitativo de los cañicultores ecológicos del Distrito de Santa Catalina de Mossa-Sierra de Piura, en Perú”. ¡Para que nos enteremos!
Ejemplos tan nocivos como la actuación socialista en Andalucía en las actuales circunstancias de España y de la Comunidad, los podríamos citar a manojillos y a manojazos.

Naturalmente este comportamiento político produce malestar, inquietud, desasosiego y exasperación en la sociedad, que al final, sin conocer muchas veces las verdaderas causas, pero sí los efectos, manifiesta su disconformidad con huelgas como la protagonizada por los médicos andaluces.
Cuando desde el comienzo de la crisis 400.000 familias se han quedado sin techo por no poder pagar su hipoteca; cuando dirigentes de la Cruz Roja española[1] declaran abiertamente que hay gente que en estos momentos sólo está comiendo una vez al día y que levanta a los niños a las doce del mediodía y que luego los acuesta a las seis de la tarde para que sólo coman una vez al día porque no tienen para más, a comportamientos tan sectarios como el citado, si que cabría calificarlos de inmorales y antipatriotas.
Y es que como dijo el Papa Juan Pablo II, “Hasta que quienes ocupan puestos de responsabilidad no acepten cuestionarse con valentía su modo de administrar el poder y de procurar el bienestar de sus pueblos, será difícil imaginar que se pueda progresar verdaderamente hacia la paz”.
César Valdeolmillos Alonso
 http://blogs.hazteoir.org/opinion/2012/10/29/el-bumeran-andaluz-por-cesar-valdeolmillos/