El activismo cívico, clave en la destacada victoria provida en Corea del Sur
REDACCIÓN HO..- El 23 de agosto pasado, el Tribunal Constitucional de Corea del Sur se pronunció afirmando que "el derecho a la vida es el más fundamental de los derechos humanos" y que el derecho de una mujer a disponer de su cuerpo "no podía ser invocado como siendo superior al derecho a la vida de un feto". Es una decisión inédita en un país donde los abortos son muy numerosos por una interpretación laxista de una ley de 1973 que sólo lo admite en tres supuestos. Los provida, entre ellos la Iglesia Católica, se ha congratulado con la decisión aunque se muestra prudente con el conjunto de la doctrina del alto tribunal.
Según informa la agencia Eglises d'Asie, la sentencia responde al recurso de una comadrona perseguida por la justicia por haber practicado un aborto "ilegal". En Corea del Sur, una ley de 1973 autoriza el aborto sólo en caso de violación o incesto, por anomalía del feto o si está en peligro la salud de la madre. En 2009, una revisión de esta ley "endureció" ligeramente la legislación bajando de la 28 a la 24 semana el plazo a partir del cual el aborto ya no es legal, con ciertas excepciones que autorizan un aborto terapéutico.
A pesar de la ley, la cifra de abortos en el país es alta: 169.000 al año en 2010 según datos oficiales, aunque para la Iglesia la cifra real es mucho más elevada y se afirma que podría llegar a 1,5 millones al año.
Aunque la decisión consitucional ha sido bien acogida en ámbitos providas, reina la prudencia: La definición que el Tribunal Constitucional ha dado de la vida, que empezaría en la implantación del óvulo fecundado en el útero -frente a lo que evidencia la Ciencia, en la fertilización del óvulo por un espermatozoide-, aunque sea preferible a ciertas decisiones judiciales, no deja de ser inquietante porque si la vida empieza en ese momento, todas las manipulaciones del embrión humano fruto de la fecundación in vitro son "justificables".
Silencio del lobby abortista mediático
Significativa pero no sorpresivamente dada la línea de la agencia, el comunicado de la Associated Press (AP, por sus siglas en inglés) sobre el fallo, que fue recogido por varios de los principales medios, no menciona la influencia provida en Corea del Sur. «Los activistas [a favor del aborto] dicen que las autoridades hicieron la vista gorda a los abortos durante décadas hasta que tomaron medidas severas en los últimos años a causa de la baja tasa de natalidad de Corea del Sur», señala AP.
Como señala Susan Yoshihara, Ph.D en un artículo de C-FAM, lo que cambió radicalmente la dinámica fue que el gobierno, que durante años alentó a los médicos a pepetrar abortos como una forma de control demográfico para promover el crecimiento económico, por primera vez en su historia manifestó su apoyo oficial a una agrupación de médicos provida. Gracias a ello, «el terreno político de la política abortista en Corea del Sur está cambiando drásticamente», afirmó el investigador Young-Gyung Paik.
El trabajo de Young-Gyung realizado en 2012 demuestra que el activismo provida, que durante mucho tiempo fue marginado por considerarse «impulsado por la religión», adquirió importancia de forma repentina. «Fue únicamente tras la creación del grupo de médicos denominado "Médicos Provida" en 2009 que la cuestión polémica del aborto comenzó a captar la atención del público en Corea del Sur». «Según la opinión [de los médicos], la baja tasa de fecundidad de Corea del Sur procede del alto índice de aborto, que, a su vez, es consecuencia de las conductas inmorales y comerciales de médicos coreanos», observó Young-Gyung.
Mientras que los medios coreanos pintaban el activismo provida como una «guerra entre médicos», las abundantes entrevistas de Young-Gyung con ambas partes revelaron que estaba promovido por el desarrollo de tecnologías médicas neonatales, por una disminución en el interés por la investigación con células madre embrionarias, por el incremento del activismo a favor de los discapacitados, así como la preocupación por la despoblación.
Según un trabajo realizado por la Asociación de Médicos Provida, quienes ganan a partir la decisión de la corte son las mujeres coreanas. «La mayoría de los abortos solía practicarse fácilmente porque no se procesaba a los médicos o a las mujeres que se sometían a ellos, a pesar de que el aborto era ilegal», afirma el trabajo. Incluso después de que el país comenzó a ser exitoso económicamente, la «tendencia de fomentar el aborto predominaba en nuestra sociedad y, como consecuencia, la presión social solía forzar a las mujeres a someterse al aborto».
«Apoyé el argumento del gobierno de que estaba bien hacer esto», dijo Shim Sang-duk a Los Angeles Times en 2010. El profesional recibió amenazas de muerte y enfrentó un significativo recorte en su salario tras abandonar la práctica del aborto. «[Pensaba que] era bueno para el país. Fortalecía la economía», dijo Shim, quien fundó la Asociación Coreana de Médicos Ginecólogos para animar a otros colegas a que dejaran de practicar abortos y para reclamar al gobierno que hiciera cumplir las sanciones previstas por la ley.
El panel compuesto por ocho jueces precisaba seis votos para declarar inconstitucional la ley pero sólo obtuvo cuatro, informó AP.
Según Radio Australia, una partera que fue procesada por complicidad en un aborto cuestionó la constitucionalidad de la norma en 2010. Presentó un recurso contra la condena máxima de dos años de prisión impuesta por ley para los médicos, parteros, profesionales de la medicina tradicional o farmacéuticos que realizan abortos ilegales. El tribunal constitucional desestimó la presentación aduciendo que un castigo más leve sólo haría que el aborto se disparara más, afirmó el servicio de noticias.
El aborto es ilegal en Corea del Sur excepto en casos de violación, incesto o trastornos genéticos severos desde 1953, pero habitualmente se pasa por alto esta disposición.
Kwak Seung-jun, director del Presidential Council for Future & Vision, dijo al periodismo en 2010: «Hay pocas personas que caen en la cuenta de que el aborto es ilegal. Debemos trabajar para crear una atmósfera en la que se lo desaliente».