jueves, 24 de mayo de 2012

La vida es una banqueta de tres patas

En una ocasión alguien me explico que la felicidad de un ser humano es como una banqueta de tres patas. Una es la familia, otra el ocio y la tercera el trabajo.

Si una pata es más larga que las otras, la felicidad cojea, y ya no digamos si le falta una  o dos... la banqueta se va al suelo.

Bueno, y en el caso de que le falten las tres, directamente la felicidad se convierte en depresión.

Con el tiempo, he reflexionado sobre ésto y me he dado cuenta de que no es un mal símil.

La gente adicta al trabajo, como el día sólo cuenta con veinticuatro horas, no tiene tiempo suficiente para repartir entre el ocio y la familia. Por lo tanto, no puede ser feliz.

Los que le dedican todo a la familia, no tienen momentos de ocio para ellos y tampoco consiguen el equilibrio.

Algunos, los ociosos por naturaleza, son egoistas con los que les rodean, para los que nunca tienen tiempo, y para el trabajo, menos.

Todo esto, hablando  de unas condiciones humanas normales, en las que no falte una ocupación remunerada, que debería ser un bien universal. Que la gente tenga alguien a quien amar y en quién apoyarse o dejar que se apoyen. Y no cerrarse al disfrute, al ocio diario, que puede consistir en lo más simple, pero gratificante.

Pensaremos que qué dichosos son los que tienen las tres patas de la banqueta bien equilibradas, pero también debemos valorar si nosotros "nos lo trabajamos". Porque desde luego, si no encuentras trabajo, el único remedio es seguir buscando... Pero el tema de la familia, con lo difícil que es la convivencia, es un ejercicio continuo de paciencia y amor... Y el ocio, pues tal vez, con un ganchillo, un lápiz o un pincel en las manos, unas deportivas para caminar o un animal que nos haga sonreir con su eterna ingenuidad, tenemos bastante.

Por todo ello, no le busquemos la cuarta pata a la banqueta. La del que dirán, la de la desesperanza, la de los problemillas convertidos en tragedias griegas, la de la envidia del de al lado, la de.....

Con tres bien puestas, tenemos bastante. Lo que de verdad me inquieta, es la del trabajo.

P.D. Por fin, quiero ser banqueta de tres patas iguales, para mantener el equilibrio
 http://lavidaescasibella.blogspot.com.es/2012/03/equilibrio-en-tres-patas