«Cada vez que pienso que podríamos haber abortado no puedo coger a las niñas», afirma Sergio, su pareja.Los tiempos no son nada fáciles y menos para estos jóvenes españoles que a pesar de no tener trabajo ni casa propia disfrutan de haber tomado «la decisión correcta» gracias al apoyo de Red Madre.
«Mi madre solo quería que abortara, sentía mucha presión. Por eso para nosotros Red Madre se ha convertido en nuestra familia. Encontrar apoyo es fundamental para seguir adelante», afirma Ángela. Además de facilitarles apoyo psicológico ahora les ayuda con todo el equipamiento que requieren los recién nacidos, les ayudan con la alimentación, los pañales, etc. «Nos ayudan en todo, se están portando muy bien con nosotros».
«Me sentía muy acorralada»
Manuel llegó a este mundo con apenas seis meses de gestación. Fue un milagro, como dice Patricia, su madre. Con 41 años esta mujer llegó de Colombia con un trabajo de auxiliar de enfermería en una clínica privada de Madrid. Después de quedarse embarazada perdió a su pareja y luego también el empleo.
«Me empezaron a tratar como si tuviera lepra. Me pusieron a recoger el comedor». Como su embarazo era de riesgo, los médicos le aconsejaron abortar. «Me sentía tan acorralada que me puse a buscar ayuda en internet». Así dio con Red Madre. Incluso algunas de sus voluntarias le acompañaron durante el nacimiento de su hijo. Luego le ayudaron a conseguir un trabajo en una casa de familia, a donde ahora acude con su pequeño.
«Nunca me he arrepentido de tener a mis hijos»
Fabi es paraguaya y tiene 23 años. Sara, de tres meses, es su tercera hija. Cuando estaba embarazada de ocho meses tuvo que dejar su trabajo de interna porque ya no podía hacer las tareas de la casa. Sin derecho a la baja por maternidad, Fabi tuvo que arreglárselas para seguir adelante.
Por suerte contaba con la ayuda de su marido. Una amiga le habló de Red Madre y desde entonces le ayudan con los pañales, los cereales y la leche. «Si no hubiera recibido apoyo me hubiera pensado abortar», afirma esta joven, que vive en primera persona las grandes dificultades que tienen las mujeres con hijos pequeños para conseguir trabajo. Pese a todo afirma: «Nunca me he arrepentido de tener a mis hijos».
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