sábado, 17 de diciembre de 2011

Embarazo o profesión

Embarazada con zapatillas de baile

“Sigue tu corazón, Este no es el final. Es el comienzo de algo nuevo”: cómo una bailarina profesional de 23 años, soltera, arriesgó una exitosa carrera para optar por la vida.
REDACCIÓN HO / LIFESITENEWS.COM.- Rebecca tenía 23 años, era soltera y disfrutaba una exitosa carrera como bailarina profesional cuando se enteró, consternada, de que estaba embarazada. La noticia no podía haber llegado en un momento más inoportuno. Era febrero de 2009, y Rebecca acababa de firmar un contrato con la Ópera Nacional de Washington, Distrito de Columbia, en los Estados Unidos de América, para bailar para ellos, desde abril hasta junio de ese año.
Rebecca, con su hija JenniferRebecca, con su hija Jennifer“Tuve que decidir si iba a continuar con el contrato, o si iba a salir porque estaba embarazada”, recuerda la bailarina, que deseaba ser conocida sólo por su primer nombre, en una entrevista concedida a LifeSiteNews en una entrevista. “Esa fue una decisión muy difícil. Estaba asustada, nerviosa y perturbada”. Rebecca, que había sido educada en un hogar provida y cristiano, sentía ahora que estaba frente a la agónica elección de cualquiera de terminar con su embarazo o potencialmente poner fin a su carrera.
Bailarinas casadas a veces actúan tras  tener hijos, a menudo por mantener conexiones con la industria a través de sus maridos bailarines, pero como cuenta Rebecca, la situación no es la misma para las madres solteras. No sólo se enfrentan a una ruptura en su carrera, sino que existe la dificultad añadida de encontrar cuidado para los niños que pueda obedecer al horario errático de una bailarina. Rebecca dice que nunca había conocido a una bailarina profesional que fuera también madre soltera.
Sin embargo, la joven madre embarazada finalmente logró terminar su contrato con la Ópera de Washington, tras lo cual regresó a su ciudad natal de Chicago. Una vez allí mantuvo su embarazo oculto a la familia y amigos.
Un día, abrumada por la idea que llegar a ser madre sería destruiría la carrera para la cual había trabajado tan duro, fue a una tienda de hierbas en la búsqueda de un método de aborto “holístico”. Lo que encontró en su lugar fue una dependienta provida, que le dio información sobre un centro local de apoyo para las mujeres embarazadas, CareNet Pregnacy Services of DuPage. 
Rebecca fue y se le efectuó una ecografía en uno de sus centros. Pero lo que realmente le afectó, dice, fue encontrarse con una mujer que había abortado, con la que CareNet la puso en contacto. “Ella me habló de lo mucho que lo lamentaba”, recuerda Rebecca. “Lo que fue como un golpe para mí es que ella me dijera que nunca se lo había contado a nadie”.
Rebecca decidió entonces sincerarse a una amiga cercana, quien a su vez le confió que ella misma era postaborto.
Todavía indecisa, Rebecca pidió una cita con un centro abortista de Planed Parenthood. Sin embargo, la mañana de la cita se puso en contacto con su amiga, quien se acercó y le ayudó a dar la noticia a sus padres.
Rebecca dio a luz a una niña en noviembre, y ha logrado volver a la danza profesional. Reconoce el apoyo de sus padres, que cuidan de su hija cuando ella está de gira, para hacer posible su retorno a la danza. A su hija Jennifer, que tiene casi dos años de edad, le encanta bailar con su madre y aplaudirla en las competencias y espectáculos. “Ella es mi pareja de baile. Eso es una bendición. Le encanta danzar conmigo en casa y simplemente bailamos alrededor de la casa”, dice Rebecca. “Tenerla me ha hecho una persona más feliz”.
El consejo de Rebecca a otras mujeres que enfrentan embarazos no deseados es no tener miedo de acceder a la ayuda que está disponible para ellas.
No obstante, confiesa que ella misma “tenía miedo de ser juzgada por la gente en la iglesia y la gente que yo conocía en la comunidad cristiana”. “Estar embarazada y ellos sabiendo que no estás casada, es como llevar la letra roja escarlata”. Pero  dice que el apoyo de los que estaban a su alrededor cuando ella finalmente se abrió y pidió ayuda fue lo que finalmente la hizo decidirse por la vida. “Ha habido personas que se acercaron a mí, me abrazaron y me dijeron que Dios me amaba por lo que soy y no por lo que he hecho”.
Cara Bain, directora adjunta de la Consejería en CareNet, de Dupage, secunda la necesidad de una red de apoyo. Cuenta que su centro se esfuerza por llenar el vacío de las mujeres que se encuentran abrumadas por presiones para abortar en vez de recibir un cariñoso apoyo.
En declaraciones a LifeSiteNews/Notifam (LSN), Bain añade que “ofrecemos servicios que puede ofrecer el apoyo positivo en su vida que a la interesada le puede estar faltando”. “Tenemos un programa que se llama Connections [Conexiones] que reúne a un grupo de mujeres en una iglesia local con una embarazada, para que pueda recibir apoyo emocional durante el embarazo”. El Centro también mantiene un consejero profesional en el personal, que puede llevar a cabo sesiones familiares con los padres de una mujer embarazada o con su novio.
La organización celebra este año su 30º aniversario, y estima que han ayudado de ocho a diez mil mujeres como Rebeca, para que opten por la vida a través de este tipo de intervenciones.
Según Bain, las mujeres con embarazos no deseados y con dificultades sienten a menudo que se apresuraron a tomar una decisión muy rápidamente y no se dan suficiente tiempo para pensar la decisión. A menudo son influenciados por las muchas voces que las rodean, pero en última instancia la decisión debe ser suya.
Su consejo a las mujeres con embarazos en crisis es que “aunque las personas que te aman son importantes en este proceso, en última instancia es tu propia voz la que más importa”. “Quieres tomar una decisión que puedas sostener”.
Rebecca no podía estar más de acuerdo. Sigue a tu corazón -dice-. Este no es el final. Este es el comienzo de algo nuevo”.

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