La crisis ha influido también en la opinión de los ni-ni, pues ahora se defienden en argumentos como: “Para que estudiar si no voy a conseguir trabajo”. A causa del desempleo de este porcentaje y de las pocas esperanzas de construir un proyecto para su futuro, se teme que la calidad de vida de estas personas quede reducida a su ámbito familiar o uno peor.
Este desánimo se va escampando entre estos jóvenes que, por encima del 80%, dicen estarsatisfechos con su vida. Este pasotismo epidémico está acabando con la naturaleza vital,optimista y con ese instinto de superación tan típico de los jóvenes.
Sólo existe una causa explicable a esta situación de desánimo y desilusión colectiva: el pánicoal compromiso, y es que el miedo a comprometerse con un proyecto de futuro que no podrán aplicar a su vida, pues sólo un 40% de los universitarios españoles son los que tienen un trabajo acorde con sus estudios, les hace escudarse en una actitud indiferente con el típico comentario de “estoy bien como estoy ahora, es mejor no arriesgarse”. Tan sólo prefieren tener placeres que están a su alcance, sin esfuerzos y sin compromisos de los que no saben si obtendrán algún provecho.
La única manera de eliminar el síndrome ni-ni es eliminar por completo el pasotismo y el desánimo colectivo y conseguir un destello de ilusión en estas personas, no es imposible, pero si difícil. El gobierno español debería plantear alguna solución para este grave problema. ¿Lo conseguiremos? Con duros esfuerzos, sí, lo conseguiremos.
http://blogs.hazteoir.org/hojovenes/2011/01/01/generacion-ni-ni