lunes, 20 de diciembre de 2010
Crímenes imperfectos y la realidad
Es una de las series que veo habitualmente en la televisión. Es entretenida y trata sobre la investigación de casos reales relacionados con personas de buen nivel económico, como por ejemplo los Versacce o los Gucci. Demuestra claramente como el poder y el dinero a veces resultan ser una maldición para quien los posee. En el último episodio que he visto se trataba de una alta ejecutiva de moda que, a los cuarenta años, había decidido dejarlo todo para ser madre. No teniendo pareja estable, pero sí muchas esporádicas, acabó quedándose embarazada de un hombre casado con seis hijos, al cual había asegurado que ella era estéril. Así que lo había engañado.
A continuación, se fue a vivir con su hija, que era su alfa y omega, a un caserón solitario. Por él siguieron pasando múltiples amantes, incluído un vecino, hasta que un día apareció asesinada la madre. La pobre niña había convivido con el cadáver durante dos días. Finalmente, el asesino resultó ser otro ligue ocasional: el barrendero que limpiaba su calle. El móvil, pasional, ya que se trataba de un joven conflictivo con antecedentes penales. La vida despreocupada y libertina de esa mujer, que lo tenía aparentemente todo en la vida, acabó causando la ruina de muchas personas; así como un trauma incurable a su propia hija. Los niños no son juguetes con los que pasar el rato.
A continuación, se fue a vivir con su hija, que era su alfa y omega, a un caserón solitario. Por él siguieron pasando múltiples amantes, incluído un vecino, hasta que un día apareció asesinada la madre. La pobre niña había convivido con el cadáver durante dos días. Finalmente, el asesino resultó ser otro ligue ocasional: el barrendero que limpiaba su calle. El móvil, pasional, ya que se trataba de un joven conflictivo con antecedentes penales. La vida despreocupada y libertina de esa mujer, que lo tenía aparentemente todo en la vida, acabó causando la ruina de muchas personas; así como un trauma incurable a su propia hija. Los niños no son juguetes con los que pasar el rato.