martes, 16 de noviembre de 2010

A mí que me borren

Mi hija mayor dice que soy machista y tal vez tiene razón. El caso es que hay actitudes del sexo femenino con las que no me siento en absoluto identificada. Esta mañana, como muchas otras, he visto a una señora de mi edad con tres hijos pequeños a la que conozco de vista desde hace años y nunca la he visto sonreir a ninguno de sus niños. Va con una cara avinagrada como si le doliera el estómago y no les dirige la palabra más que para reñirlos a pesar de que parecen unos niños muy formales. Siempre tengo que resistir la tentación de hablar con ella y preguntarle qué es eso tan grave que le impide disfrutar de la vida y hace que prive a sus hijos de la relación normal con su madre.

Justo después aparqué el coche y enfrente mío, al otro lado de la calle, había un coche parado en mitad del carril - sin intermitentes -, habiendo sitio de sobra para aparcar. Así que me quedé mirándolo y la conductora resulta que se estaba maquillando. En serio. Mientras, los autobuses tenían que hacer un quiebro para evitar su coche, mientras otros muchos se desviaban en el último momento al darse cuenta de que estaba parada... La chica estaba tranquilamente pintándose los labios, peinándose y volviéndose a retocar una y otra vez, durante al menos cinco minutos. Si eso es ser una mujer moderna, conmigo que no cuenten. Parecía un pavo real atusando sus plumas. Yo nunca he sido ni seré así tampoco.