jueves, 7 de octubre de 2010
Oh, no!
Soy madre e hija de familia numerosa. Tengo en casa seis megas de velocidad de internet. Desde hace unos meses, Ono pretende convencernos de que necesitamos 50 megas por familia. Por supuesto, en el caso de que todos los miembros se encuentren descargando archivos al mismo tiempo. Pero, es que para estudiar o leer correos no hace ninguna falta esa velocidad de conexión. Los niños, habitualmente, no estudian con el ordenador. Para ello sería necesario que tuvieran un chip incorporado en el cerebro. Utilizan el ordenador para chatear, ver foto o navegar por páginas poco recomendables. Los trabajos escolares no se los mandan cada día. Naturalmente, no es eso lo que dicen a sus padres; pero parece mentira que ellos no sean capaces de descubrir una excusa tan evidente. Los tiempos cambian, las aptitudes se mantienen.
Por eso, ya he escrito alguna vez que no es bueno contar con un ordenador para cada miembro de la familia. Es imposible mantener controlados tantos medios de acceso al exterior. Luego, se extrañan de que la pederastia sea unos de los principales negocios de la red, junto con la pornografía y el juego; y la difusión de ideologías perniciosas para la juventud. Alguien sin experiencia de la vida es presa fácil para los manipuladores. Me parece muy negativo extender esa idea de que cada miembro de la familia tenga el derecho u obligación de llevar una vida al margen del resto. Lo sano sería que las actividades de ocio o estudio se procuraran hacer juntos, relacionándose unos con otros y, a ser posible, en la misma habitación. De este modo, no sólo se eliminan riesgos innecesarios, sino que toda la relación familiar se ve fortalecida. Pero, supongo que eso no vende, y no es rentable a efectos de marketing.
Por eso, ya he escrito alguna vez que no es bueno contar con un ordenador para cada miembro de la familia. Es imposible mantener controlados tantos medios de acceso al exterior. Luego, se extrañan de que la pederastia sea unos de los principales negocios de la red, junto con la pornografía y el juego; y la difusión de ideologías perniciosas para la juventud. Alguien sin experiencia de la vida es presa fácil para los manipuladores. Me parece muy negativo extender esa idea de que cada miembro de la familia tenga el derecho u obligación de llevar una vida al margen del resto. Lo sano sería que las actividades de ocio o estudio se procuraran hacer juntos, relacionándose unos con otros y, a ser posible, en la misma habitación. De este modo, no sólo se eliminan riesgos innecesarios, sino que toda la relación familiar se ve fortalecida. Pero, supongo que eso no vende, y no es rentable a efectos de marketing.