Respuesta a la feminista-radical Florence Thomas acerca de los hijos no deseados
Hasta allí el discurso feminista se resume en: si elimino a los "no deseados, tendré muchos niños deseados en las calles"; es aberrante pero lógico, y por lógico algunas personas pretenden imponerlo como una solución. ¿Pero una solución a qué? Porque cuando usted quiere ayudar sinceramente a una mujer, a una familia, no sólo pregunta ¿deseas o no el hijo?, sino que averigua ¿por qué no lo deseas?, ¿qué le ocurre? Y es allí cuando se hace evidente la injusticia.
Y por qué: “hijos no deseados”
Me permito un ejemplo. Hace unos días una mamita nos escribió este mensaje al celular: "Hola ¿Cómo estás? Hoy recordé el día que apareciste en mi vida, tenía una absurda idea y tú me hiciste desistir de ella y aunque tengo mil problemas hoy, sé que a pesar de las circunstancias, la mejor decisión fue decidir tener a mi bebé".Ella consideró abortar a su hijo básicamente por el mismo motivo que lo hace el 99% de las mamitas, por necesidades económicas, por falta de trabajo, porque desean estudiar, en otras palabras por la presión social que les dice socarronamente: "tu hijo es el problema, tu hijo no te deja progresar, los hijos son una carga, los hijos son la causa de la pobreza, vas a fracasar si lo dejas nacer".
Hay que subrayar que a los hijos los llamamos "no deseados" primero que todo porque nos enseñarnos a llamarlos así. Cuando ellos nacen nos preguntan si quisimos concebirlos o no y la estadística los etiqueta de esa menara de por vida, nosotros simplemente contestamos la encuesta diciendo: sí o no, asumiendo esa clasificación como algo normal.
Madres embarazadas = hijos no deseados
Permítame explicar la profunda relación que existe entre "madres embarazadas" e "hijos no deseados". Es simple, imagine que usted es multimillonario y hace parte de la élite de los 100 más ricos del mundo. En esa posición usted necesita evadir la discusión de fondo cuando se trata de solucionar el problema de la pobreza mundial porque el debate conducirá obligatoriamente al tema de la "injusta distribución de la riqueza", cosa de la cual usted se beneficia, y en resumidas cuentas en la causa de su éxito, su gallinita de los huevos de oro.Para eludir el tema usted tiene que ofrecerle a la sociedad un argumento convincente que le permita mantener la estructura económica sobre la cual usted tiene el control, de tal manera que no se discuta el problema de fondo, por ello usted promoverá "una solución" que resulte más conveniente, pero no lo digamos de esa manera, digamos que "una solución moderna, progresista, bla, bla, bla".
De lo teórico a lo concreto esto se tradujo en la década de los 70s a la difusión del mito de la sobrepoblación, que en español-latinoamericano se traduce en decir: la torta no alcanza, porque hay mucha gente en la fiesta, tema que prometemos ampliar después.
Y que entre otras cosas trajo como novedad para aquella época que las madres cuando conciben un hijo comenzaran a decir que "están embarazadas", eliminando aquello de "está en estado" o "está en cinta", como solían expresarse nuestras abuelas y madres mientras nos llevaban en su vientre, "está en estado", "en Estado de Buena Esperanza", porque cuando llegaba un hijo o hija, o sea un don, no se recibía solamente una boca que alimentar sino también y sobre todo unas manos que trabajarían a futuro.
Las madres de hoy ya "no están en estado", ellas se "embarazan", porque algo embarazoso es algo jarto, pesado, aburrido, una carga, un problema. Las madres de hoy tienen muchos más "hijos no deseados", porque hemos sido sometidos a una manipulación del lenguaje que coloca el énfasis en la relación madre-padre e hijo, haciéndoles sentir que las carencias que los afectan son culpa de sus propias decisiones erradas, de sus muchísimos hijos, o sea dos, y no del escaso sueldo que reciben incluso siendo profesionales.
El feminismo radical que encarna Florence se beneficia de ello.
De este conveniente "echar la culpa de la pobreza a los pobres" el feminismo gana muchísimo, porque desde hace tiempo tienen casada una pelea con la maternidad, la cual han asumido obsesivamente como la causa que lleva a las mujeres al fracaso, y gracias a esa posición, a su discurso de maternidad-pobreza, se convirtieron en la fachada perfecta para promover el aborto sin hacer evidente el control natal que se esconde tras él, y por lo mismo reciben un gigantesco presupuesto de quienes se benefician de ello. Un pacto firmado al respaldo de un gran cheque y sellado con la sangre de muchos inocentes, una alianza que les costará el desprestigio y rechazo de la sociedad.Tristemente cuando Florence sugiere que sólo nazcan los "hijos deseados", está promoviendo la muerte de los hijos de los pobres, y una cultura que desprecia la vida, como se hace evidente en Francia donde abunda la esterilidad, y la gente prefiere gastar millones en sus mascotas antes que arruinar su vida con un incomodo hijo. Por ello el feminismo radical de género tendrá que pedir perdón y dar cuentas a la sociedad, pero ya tendremos tiempo para hablar de ello.
Yo nací en condiciones adversas, mi madre es mi Héroe.
Permítanme terminar compartiendo algo muy personal. Hoy renuncio a la etiqueta de "hijo no deseado" que me puso el feminismo radical y las ansias de poder. Es cierto que mi madre pasaba por un mal momento con mi papá, ese machismo que tanto daño hace, y alguien seguramente movido por el discurso de moda, con el ánimo de ayudar le sugirió "abórtelo", gracias a Dios ella le hizo caso a la Esperanza y me dio la oportunidad que todos merecen.Ahora que tengo la posibilidad de expresarlo, no cuestiono la respuesta que mi madre dio aquel 25 de noviembre, "¿deseado? si o no", en mi caso, ella dio vida a un "hijo en condiciones adversas", y me salvó la Vida, me salvó de la muerte que se esconde detrás del discurso sofisticado de Florence Thomas, Mónica Roa y otras. Y aunque me falta mucho, nunca desistiré en mi propósito de ser día a día un mejor hijo, su soporte, su orgullo junto a mis hermanos, incluso hasta su seguridad social, para devoler en parte el Amor que me ofrece.
Así que señora Florence cuando hable de su moderna posición sobre el aborto, por favor no incluya a mi madre en sus frías estadísticas de hijos no deseados, porque ella no es discípula de su añejo feminismo y aunque mi madre no tenga una carrera universitaria y por ello usted la etiquete como una mujer-fracaso, y además la culpe de paso de la pobreza, temo decirle que encuentro más sabiduría en los refranes que ella improvisa cuando hablamos, que en su columna, su revista y su ideología.
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