domingo, 12 de septiembre de 2010
Bienaventurados los pobres
"El otro día nos entrevistaron a mi marido y a mí en la radio, era sobre la crisis. Y entre el montón de simpleces que dije salió algo, no sé muy bien de dónde ni cómo, que creo que merece la pena mirar despacito por dentro. Y es que la crisis no ha conseguido hacer saborear a la sociedad la riqueza de la austeridad, ni valorar la inmensa libertad que da el no tener ni aspirar a tener. Estamos esperando a ver cuándo cambia esto para volver a esclavizarnos con hacer los viajes más sofisticados y tener el último modelo de zapatos, porque sin esos zapatos no podemos salir a la calle…
Porque la austeridad vivida no como un «qué remedio no me lo puedo pagar» sino como un «sólo quiero lo que necesito y lo demás me sobra» es una grandísima riqueza que ayuda a algo difícil en nuestra sociedad, a valorar las cosas en su justa medida y darle a cada cosa la importancia que tiene, a ser profundamente libres porque ni nos comparamos con los demás ni aspiramos a lo que no podemos tener ni dependemos de lo que tenemos, y, sobre todo, a mirar a las personas y a nuestra propia vida con ojos nuevos.
A muchos la crisis, o la crisis continua provocada por los muchos hijos y los pocos ingresos, nos ha llevado a ser austeros «a la fuerza» y lo importante es saber aprovechar esa «fuerza» para que deje de serlo y entusiasmarte entonces con una austeridad de donde no sacas más que riqueza".
Leonor Tamayo
Porque la austeridad vivida no como un «qué remedio no me lo puedo pagar» sino como un «sólo quiero lo que necesito y lo demás me sobra» es una grandísima riqueza que ayuda a algo difícil en nuestra sociedad, a valorar las cosas en su justa medida y darle a cada cosa la importancia que tiene, a ser profundamente libres porque ni nos comparamos con los demás ni aspiramos a lo que no podemos tener ni dependemos de lo que tenemos, y, sobre todo, a mirar a las personas y a nuestra propia vida con ojos nuevos.
A muchos la crisis, o la crisis continua provocada por los muchos hijos y los pocos ingresos, nos ha llevado a ser austeros «a la fuerza» y lo importante es saber aprovechar esa «fuerza» para que deje de serlo y entusiasmarte entonces con una austeridad de donde no sacas más que riqueza".
Leonor Tamayo