martes, 31 de agosto de 2010

Solidaridad o diversión



Según relata un testigo directo, la ayuda al tercer mundo se convierte en pasarlo bien, hacer turismo solidario y, de paso, que venga la mujer del alcalde.
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REDACCIÓN HO.- Sergi Vicente, corresponsal de TV3 en Pekín, conoce bien la ONG cuyos miembros fueron secuestrados en Mauritania.  En el año 2000 viajó a Dakar en un convoy humanitario de la ONG catalana Metges Solidaris.
Durante aquel trayecto, este periodista asistió a la ruptura de la asociación. Un grupo, comandado por Francesc Osan, que estos días se ha hecho popular en los medios por el secuestro de los cooperantes, decidió escindirse. De ahí nació Barcelona Acció Solidària, la ONG a la que estos pertenecían. En el momento de la escisión siguió la misma ruta del convoy de Metges Solidaris y ha seguido haciéndolo desde entonces.
Pasarlo bien
Sergi Vicente ha contado en su blog personal la experiencia de aquel viaje. En todo momento trata de ser extraordinariamente respetuoso con las personas y las organizaciones, pero no puede evitar que los hechos reales salgan a la luz. El motivo de la ruptura, las rencillas personales, los protagonismos y, lo que quizá sea todavía más desolador, las discusiones sobre la propia eficacia de la supuesta ayuda. El motivo de estas caravanas supuestamente humanitarias, el turismo más o menos disimulado. El objetivo, pasarlo bien.
La financiación de estas expediciones, procedente básicamente de instituciones públicas, abre también la puerta a la corrupción: en la caravana humanitaria del 2.000 viajaba la esposa del alcalde de Barcelona, Jordi Hereu.
Estos son algunos extractos del relato de Sergi Vicente:
“En enero del 2000 formé parte del convoy humanitario de Metges Solidaris. Todo lo que pasó entonces nos ayuda a comprender o a contextualizar los acontecimientos actuales.
En primer lugar, porque vivimos en primera persona la escisión. El convoy se dividió en dos. Unos seguimos a Jesús Pérez, puesto que era el presidente de Metges Solidaris. Otros, algunos de los cuales he podido reconocer en las imágenes de televisión, siguieron en Francesc Osan (actual presidente de Barcelona Acció Solidària). Por lo demás, la ruta, el concepto, los camiones, incluso el Land Rover interceptado, son los mismos.
Los accidentes fueron el detonante de unas discrepancias más profundas y que probablemente se den en otros muchos proyectos humanitarios similares, y que me inclino a pensar que iban desde cuestiones de liderazgo, hasta maneras de proceder o discusiones sobre la transparencia o la credibilidad de algunos interlocutores o gestores a los países donde se descargaba la ayuda.
Recuerdo todavía las reuniones al amor de la lumbre, con aquellos imponentes cielos estrellados, y con el sonido de los generadores que cuando se apagaban te dejaban con el silencio y la paz del desierto. Se notaba la tensión.
Con el tiempo, uno es capaz de separar aquellas emociones de la conclusión realmente importante. Aquella, para todos, fue una aventura. Una experiencia llena de adversidades, pero una de las más intensas de mi vida. Y de eso se trataba, de una oportunidad de acercarte al Tercer Mundo, de un viaje al desierto que prácticamente salía gratis y que sabías que difícilmente podrías hacer de otro modo.
Era así para nosotros, los periodistas, pero también para aquellos cooperantes que ya llevaban unos años haciéndolo. Lo mires como lo mires, en este caso la cooperación es la excusa. Una excusa digna, pero una excusa. Lo que ha pasado en los últimos años con las ONGs, que se han debido profesionalizar y que han debido someterse a auditorías, refuerza este argumento.
Todo se muy divertido hasta que "oh, unos individuos armados nos han secuestrado a tres. ¿Y ahora qué hacemos?"
Solo así se entiende que no trascendiera que la mujer del alcalde Hereu formaba parte de aquella expedición. Iba, como yo entonces, para pasárselo bien, y encima con la conciencia tranquila. La de pensar que estas ayudando a los huérfanos guineanos o a los enfermos de SIDA gambianos.
Imagino próximas expediciones con el doble de vehículos y un despliegue institucional y de seguridad que esta aventura no había conocido nunca, porque entonces si que será necesario justificarlo y dignificarlo todo. Pero no dejara de ser una aventura y un simple acercamiento a la cooperaciónn de verdad.”
En texto completo de este artículo puede leerse, en catalán, en el blog de Sergi Vicente. Los comentarios son tan ilustrativos como el post.
hazteoir.org/node/32399