viernes, 23 de abril de 2010

La dignidad de las víctimas del terrorismo

CARTA EN DESAGRAVIO A LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO.
En relación al concierto “musical” del grupo “Los chicos del maíz” a celebrar en Sevilla, y teniendo en cuenta la actitud del gobierno municipal de permitir esta actuación a pesar de los insultos y vejaciones que en sus letras se infringen a las víctimas del terrorismo, deseo hacer varias reflexiones:
1.- Agradezco sinceramente al grupo municipal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Sevilla, en la persona de su portavoz  D. Ignacio Zoido, el compromiso con las víctimas y sus gestiones para intentar revertir esta insultante iniciativa. Ustedes saben muy bien lo que significa ser víctima de ETA, pues lo vivieron en sus propias carnes en las personas de Alberto y Ascensión.
2.- En cuanto al “grupo musical” en cuestión, no creo que conozcan lo que es ser víctima del terrorismo ni lo que éstas representan, a saber, memoria, dignidad y justicia. Además, sus insultos y provocaciones buscan obtener una popularidad que, a buen seguro, no han sabido ganarse con la letra y la música de sus canciones.
3.- Lo realmente trascendente en esta cuestión es la actitud del gobierno municipal (PSOE e IU). Sé muy bien que desde el Partido Socialista nunca nos perdonarán a las víctimas del terrorismo habernos enfrentado a ellos pacífica y justamente en contra de su negociación política con ETA, ni el hecho de que hiciésemos ver a la sociedad española la verdadera faz que se escondía tras la máscara. También soy consciente de las humillaciones que nos han infringido durante los últimos años. Ahora bien, si realmente nos odian hasta ese punto, lo lógico sería que lo manifestaran abierta y personalmente, en lugar de utilizar otros terminales o medios indirectos, que evidencian cinismo y cobardía.
A todo cargo público le es exigible trabajo, ética y honradez. Estas actitudes reseñadas, en cambio, no van en la dirección de lo que podemos denominar “ética de buen gobierno”, ni son correlativas a las altas responsabilidades derivadas de los puestos que ocupan en las instituciones públicas.
Sirvan, por tanto, estas breves líneas como desagravio a todas las personas y víctimas del terrorismo a las que se vilipendia, entre las cuales me incluyo.
No confío en que se vaya a producir una rectificación. Continuarán ustedes con la estrategia del insulto y la difamación, pero no olviden lo que sentencia el refrán castellano: “quien siembra malos vientos,…….”.
José Antonio Ortega Lara.