miércoles, 7 de abril de 2010

Dónde están las feministas

Escuchamos hace unos días que los socialistas pretenden imponer en las universidades la enseñanza del feminismo. Una imposición más, y ya son muchas, de su proyecto ideológico. Lo ha dicho la Ministra de Igualdad, Bibiana Aído. La inefable Aído, pues no existen, o no encontramos, palabras para calificarla justamente. No sabemos de cuál de todos los posibles feminismos hablan. En este artículo nos referiremos a uno concreto, el feminismo radical que sustenta la ideología de género. Un feminismo burgués, de salón, alejado de la realidad, la ciencia y la vida cotidiana. No nos referiremos a las feministas que no abominan de su condición de mujeres, ejerciéndola libremente desde sus opciones personales diarias, sin plegarse a la exigencia de excluir el matrimonio y la maternidad para sentirse modernas y feministas. Tampoco hablaremos de aquellas que luchan cada día para sacar adelante a sus familias, hijos, embarazos, profesión y proyecto personal, ni a quienes se saben y se sienten valiosas como mujeres, por si mismas, sin tener que envidiar o copiar al varón. No nos referiremos a las que todos los días construyen la sociedad, la polis, y que con esa ‘Política’ preparan un futuro mejor para la Humanidad. Hablamos, en cambio, de las que anhelan ‘convertirse’ en hombres, imitando lo peor del varón. Nos referimos a aquellas que han encontrado en la lucha de sexos un sustituto ideológico de aquella caduca lucha de clases -sustituto que, igual que su predecesor, desparecerá porque sus bases son falsas y ajenas a la realidad del ser humano-. Señalamos a las que se han asentado en el odio y el conflicto como formas de existir y a las que hacen política, con minúsculas, de todas las cosas porque no se atreven o no quieren vivir la realidad. Nos referimos a las que falsean los hechos y los datos objetivos, cuando les interesa, y miran hacia otro lado ante determinadas situaciones. Nos referimos a las que desprecian el matrimonio y la maternidad como formas de ser mujer, y mujer completa.

¿Dónde están estas feministas ante el aborto selectivo de niñas que se realiza en tantos países? ¿Tanto promocionan el aborto que no son capaces de reaccionar ante estos crímenes? ¿Por qué callan, si dicen defender a la mujer y preocuparse por ella? ¿No merecen respeto y defensa esas vidas? Algunas dirán lo de siempre: no son humanas, no son perso-nas, no han nacido aún, primero está la libertad de la madre. ¿No se han enterado de que en China se cometen infanticidios contra las mujeres? Nadie puede ya engañarse. La revista ‘The Economist’ publicó, en su número del 6 al 12 de marzo pasado, una portada negra con el titular ‘Genericidio. ¿Qué le ha sucedido a 100 millones de niñas?’. En su interior incluía un desgarrador editorial, ‘Genericidio. Asesinadas, abortadas o abandonadas, al menos cien millones de chicas han desaparecido, y el número sigue aumentando’. El monstruoso panorama lo completan un reportaje titulado ‘Guerra mundial contra las bebés’ y dos breves textos, ‘Ratios por sexos distorsionadas en la India’ y ‘Sollozos en la brisa nocturna’, comentario sobre el libro ‘Mensaje de una madre china desconocida: historias de pérdidas y amor’. Si los títulos son tremendos, sus contenidos son terribles y demoledores. Hay que tener en cuenta, además, que la revista, cuya honradez intelectual y valentía aplaudimos, comparte la denominada perspectiva de género, que es lo políticamente correcto en la actualidad, y apoya el aborto «seguro, legal y excepcional», como decía Clinton. No clamamos pues los que ellos tachan de ultras, neocons o tradicionalistas. Dedicaremos, próximamente, un artículo a detallar los hechos.

Además, ¿dónde están las feministas ante una de las más atroces formas de explotación, el turismo sexual? ¿Por qué no protestan por lo que pasa en Cuba, en Thailandia y en tantos otros ‘paraísos’, incluso con menores? ¿No merecen apoyo y que se respete su sexualidad y su persona? ¿Por qué no les preocupa la ’salud sexual y reproductiva’ de esas personas? ¿Van a manifestarse las feministas contra este turismo? ¿Dónde están ante determinados programas de la televisión en España que tratan a la mujer de forma vejatoria? ¿Por qué callan frente a programas que denigran, humillan y maltratan a la mujer haciéndola competir para ‘ganar’ un varón? ¿Por qué no protestan frente al machismo rancio de tantos anuncios y series que cosifican a las mujeres? ¿Va a actuar la Ministra de Igualdad, o le da igual lo que ocurre? ¿Por qué no protestan las feministas por la proliferación de burdeles y ‘macroprostíbulos’ que estamos padeciendo? ¿Dónde están ante el comercio sexual, unido muchas veces a la trata y explotación de mujeres?

¿Por qué no se quejan de que sea papel mojado el Plan Integral de Lucha contra la Trata de Seres Humanos con fines de Explotación Sexual? Este plan reconoce que «la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, especialmente de mujeres y de niñas -sus principales víctimas- constituye una de las vertientes más crueles de este ilícito comercio (la prostitución). no se puede desvincular el fenómeno de la trata del de la prostitución», ¿protestarán las feministas contra el machismo, la violencia y la esclavitud que supone la prostitución? ¿No les preocupa esa violencia contra mujeres? Hay feminismos teóricos, ideológicos, de diseño, de camarilla. Hay otro práctico, existencial, de la experiencia, real y efectivo: el de la vida cotidiana, pegado a la realidad. Vicente Morro es Vicepresidente 1.º del Foro Valenciano de la Familia. Artículo remitido a HO por el propio autor, después de haber sido publicado en el diario Las Provincias el 28 de marzo de 2010.
http://www.lasprovincias.es/v/20100328/opinion/donde-estan-feministas-20100328.html