viernes, 9 de abril de 2010
Cuento dedicado a la ministra Aído
Había una vez en un cercano país, una bruja malvada que había llegado al poder mediante hechizos malignos y además odiaba a los hombres. Así que dedicaba todo su tiempo a intentar convencer a las princesas de que no necesitaban a los príncipes para nada y que debían ser duras, independientes y avariciosas, como ella.
Si querían tener hijos, se podían hacer una inseminación artificial y, si cambiaban de opinión, abortaban. De este modo, las princesas se acabarían transformando en otras brujas amargadas y su unirían al aquelarre de su señora; y ya podrían vivir todas juntas infelices para siempre jamás. Fin.
Si querían tener hijos, se podían hacer una inseminación artificial y, si cambiaban de opinión, abortaban. De este modo, las princesas se acabarían transformando en otras brujas amargadas y su unirían al aquelarre de su señora; y ya podrían vivir todas juntas infelices para siempre jamás. Fin.