lunes, 28 de diciembre de 2009
Rupturas matrimoniales
El I Informe TFW, basado en los datos de 115 estudios internacionales que demuestran la pérdida de bienestar personal para padres e hijos y el elevado coste social que suponen las rupturas matrimoniales, se presentó en Madrid el 5 de noviembre de 2009.
Durante los diez últimos años, los matrimonios han descendido un 20% en España y las rupturas han aumentado un 10%. Se confirma así un debilitamiento de la consideración social del matrimonio y de la estabilidad familiar, que la introducción del divorcio exprés ha favorecido aún más.
Entre los efectos positivos de la estabilidad familiar para los padres, esos estudios incluyen una mayor esperanza de vida y menores índices de enfermedades mentales, de alcoholismo y de violencia doméstica. Para los hijos, menos mortalidad infantil, menos alcoholismo, drogadicción y delincuencia al llegar a la pubertad, mejores resultados académicos, menos enfermedades mentales, menos relaciones sexuales precoces y, por tanto, menos embarazos no deseados.
Incluso desde un punto de vista económico, la estabilidad es la opción que menor coste supone, tanto para sus miembros como para todos los contribuyentes. Existen estudios detallados de distintos países europeos que cifran el coste de las rupturas familiares en varios miles de millones de euros, teniendo en cuenta las prestaciones sociales, seguridad social, acogida de menores, etc.
Además, se subraya que la crisis económica actual exige una mayor sensibilización sobre los inconvenientes del crecimiento económico incontrolado. Cada vez más voces proponen que bienestar no se refiera sólo a la felicidad propia, sino también a la capacidad de contribuir a la felicidad de los demás, por lo que la evaluación de políticas familiares debería tener en cuenta, además del coste económico, su coste social: la capacidad para contribuir a la felicidad de sus destinatarios.
El Informe propone que se tengan en cuenta los datos de la psicología, la medicina, la sociología y la economía para diseñar las políticas familiares; que se promuevan iniciativas que sirvan para prevenir las crisis familiares, en lugar de facilitar la ruptura; y que se revise el marco legal del matrimonio civil en España, para reforzar la situación de los cónyuges que aspiran a construir una relación estable.
Durante los diez últimos años, los matrimonios han descendido un 20% en España y las rupturas han aumentado un 10%. Se confirma así un debilitamiento de la consideración social del matrimonio y de la estabilidad familiar, que la introducción del divorcio exprés ha favorecido aún más.
Entre los efectos positivos de la estabilidad familiar para los padres, esos estudios incluyen una mayor esperanza de vida y menores índices de enfermedades mentales, de alcoholismo y de violencia doméstica. Para los hijos, menos mortalidad infantil, menos alcoholismo, drogadicción y delincuencia al llegar a la pubertad, mejores resultados académicos, menos enfermedades mentales, menos relaciones sexuales precoces y, por tanto, menos embarazos no deseados.
Incluso desde un punto de vista económico, la estabilidad es la opción que menor coste supone, tanto para sus miembros como para todos los contribuyentes. Existen estudios detallados de distintos países europeos que cifran el coste de las rupturas familiares en varios miles de millones de euros, teniendo en cuenta las prestaciones sociales, seguridad social, acogida de menores, etc.
Además, se subraya que la crisis económica actual exige una mayor sensibilización sobre los inconvenientes del crecimiento económico incontrolado. Cada vez más voces proponen que bienestar no se refiera sólo a la felicidad propia, sino también a la capacidad de contribuir a la felicidad de los demás, por lo que la evaluación de políticas familiares debería tener en cuenta, además del coste económico, su coste social: la capacidad para contribuir a la felicidad de sus destinatarios.
El Informe propone que se tengan en cuenta los datos de la psicología, la medicina, la sociología y la economía para diseñar las políticas familiares; que se promuevan iniciativas que sirvan para prevenir las crisis familiares, en lugar de facilitar la ruptura; y que se revise el marco legal del matrimonio civil en España, para reforzar la situación de los cónyuges que aspiran a construir una relación estable.