jueves, 8 de octubre de 2009
Ágora, una película contra el cristianismo
No hay muchos más relatos sobre Hipatia en los textos antiguos, pero en el siglo XVIII será rescatada como docta mártir del paganismo a manos de cristianos. Más adelante, llegará a ser estandarte del feminismo que reivindica la historia de las mujeres. Y en el presente es personaje principal de la película ´Ágora´, de Alejandro Amenábar, costosa producción de 50 millones de euros que se estrenará el próximo 9 de octubre.
A la filósofa alejandrina la revive en 1720 el clérigo protestante John Toland, con una obra titulada ´Hipatia, o la historia de una dama de gran belleza, virtud y sabiduría, competente en todo, que fue descuartizada por el clero de Alejandría para satisfacer el orgullo, la envidia y la crueldad del arzobispo, a quien se conoce de manera universal, aunque inmerecida, como San Cirilo´. Un presbítero católico, Thomas Lewis, le dará inmediatamente la réplica: ´La historia de Hipatia, una desvergonzadísima maestra de Alejandría. En defensa de San Cirilo y del clero de Alejandría, contra las acusaciones del señor Toland´.
A partir de ahí, la polémica, atizada después por Voltaire en su ´Diccionario filosófico´: "Cirilo lanza a la chusma cristiana contra ella", veredicto al que el francés añade un consejo: "Cuando se desnuda a mujeres hermosas, no es para perpetrar matanzas". ¿Era Hipatia en la hora de su muerte una mujer joven y bella? ¿Fue su muerte un crimen religioso? ¿Cuál fue la responsabilidad del obispo Cirilo? ¿Existen razones para elevarla como símbolo del feminismo?
Primero, la edad, asunto de trascendencia cinematográfica que el director Amenábar ha decidido resolver con una joven actriz, Rachel Weisz. Amalia González, catedrática de Filosofía del Instituto Padre Feijoo (Gijón), y autora en 2002 de la monografía ´Hipatia´, comenta que se manejan "tres hipótesis sobre su edad al morir, en el 415: que tenía unos 25 años, con lo que no podría haber sido maestra de Sinesio, que recibió las lecciones en el 390; o que era mujer de unos 40 años, o de 60 o 65, que es el cálculo de Maria Dzielska, y que es la más probable". Esta profesora polaca afirma en su libro ´Hipatia de Alejandría´ que, en consecuencia, no era "una mujer joven dotada de un cuerpo digno de Afrodita y capaz de provocar el sadismo y la lujuria de sus asesinos".
Desconocida. Amalia González califica a Hipatia de "figura importante en Filosofía y Ciencia, con comentarios a las obras de matemáticos y filósofos como Diofanto, Arquímedes o Tolomeo; por ejemplo, acerca de cómo medir superficies curvas". Sin embargo, "sigue sin ser nombrada en los manuales de Filosofía y fue desconocida hasta el siglo XVIII, cuando es recuperada, no como personaje histórico, sino como símbolo de algo, como figura legendaria". La perspectiva feminista que maneja Amalia González pretende corregir que "a las mujeres con relevancia histórica no se las suele reconocer". En el caso de Hipatia confluyeron varios factores. "Tras su muerte, dado el conflicto de fondo, pudo no ser aconsejable reivindicarla". Además, "su discípulo Sinesio muere dos años antes que ella, en el 413, con lo que no pudo difundir su obra". Respecto a su muerte, González advierte de que "se produce durante el auge del pensamiento cristiano, pero no se puede culpar al cristianismo, ya que existe entonces en Alejandría un conflicto más de clase y político que religioso". Sí es cierto que "sus asesinos directos son los denominados Parabolanos, el grupo cristiano más próximo a Cirilo, del que se duda si estuvo presente durante el asesinato de Hipatia".
La pelea del momento era entre el obispo Cirilo y Orestes, el gobernador romano, "y en la época del Romanticismo fue cuando se idealizó la relación carnal de la filósofa con Orestes". Sin embargo, "hay un episodio en el que Hipatia rechaza a un pretendiente arrojándole un trapo con su menstruación; ella no mantiene contactos con hombres porque la Filosofía exigía retiro y descuido de lo material".
En suma, "dependiendo de lo que se quería reivindicar con ella, se la ha desligado del contexto, para construir una leyenda", concluye Amalia González.
Por su parte, Gustavo Bueno Sánchez, filósofo y profesor de Filosofía de la Universidad de Oviedo, reflexiona sobre "de dónde procede el interés por Hipatia y, particularmente, el interés de Amenábar". Bueno explica que la recuperación ilustrada de Hipatia, y la posterior, en el siglo XIX, se produce en un "ambiente protestante y anticatólico, según la idea de que el catolicismo frenó el desarrollo de la ciencia, según se recoge en obras como la del químico norteamericano Draper, en su ´Historia de los conflictos entre la religión y la ciencia". Según este planteamiento, "el catolicismo fue freno, pero el protestantismo no, gracias al libre examen y otras doctrinas". Por tanto, "sostenían que con la muerte de Hipatia se acababa la ciencia y se entraba en la oscuridad de los tiempos, pero la idea del freno cristiano a la ciencia es totalmente discutible".
Biblioteca de Alejandría. Otro episodio vinculado a la vida de Hipatia será el de la destrucción de la célebre Biblioteca de Alejandría, el depósito de cultura más importante de la época. "No debe olvidarse que en el año 391, mucho antes de la muerte de Hipatia, el patriarca Teófilo el Grande destruye la Biblioteca, por lo que no pueden asociarse en el tiempo ambos hechos, pero unirlos ha servido para considerar a Hipatia víctima de la intransigencia de los cristianos, es decir, afirmar que así acabó la ciencia en Alejandría", comenta Bueno. Pero "lo que destruye Alejandría es el Islam, el califa Omar, en el siglo VII, cuando dice que hay que destruir todos los libros de la Biblioteca, unos porque son contrarios al Corán y el resto porque coinciden con él y sobran".
"Hipatia es un personaje resucitado literariamente", señala Jorge Fernández Sangrador, director de la Biblioteca de Autores Cristianos y de publicaciones de la Conferencia Episcopal Española. Sangrador es especialista en los orígenes del cristianismo en Alejandría, tema al que dedicó su tesis doctoral. "Se afirma que fue recusada por el cristianismo, por ser platónica, pero no puede plantearse su caso como ortodoxia cristiana frente a heterodoxia", explica Sangrador, quien agrega que "San Atanasio, anterior a Hipatia y el más ortodoxo de todos los tiempos, conocido como el campeón de la ortodoxia, fue expulsado cinco veces de Alejandría".
Por otro lado, "Alejandría era eminentemente sincretista, interdisciplinar y abierta intelectualmente". No obstante, "existía el denominado furor alejandrino, por tratarse de un lugar apasionado por definición; el alejandrino es racional, pero irascible".
La próspera ciudad egipcia era también territorio de la filosofía neoplatónica, "que tiene de positivo la búsqueda de base racional para la fe y la moral, pero de negativo que se despoja de lo humano, lo carnal, para que prevalezca Dios". Por ello "Alejandría despreció a Atanasio, que pertenecía a la corriente cristiana que afirmaba la encarnación de Dios en Jesucristo".
Éste era el contexto del "conflicto filosófico y político, más que religioso, de la muerte de Hipatia, por lo que no se da una contraposición entre Iglesia y pensamiento", precisa Sangrador, quien añade que "no está comprobado que San Cirilo tuviera que ver su muerte".
¿Asesinato político? La citada profesora polaca Maria Dzielska considera en su libro que la causa de la ejecución de Hipatia fue consecuencia de una acusación de "magia y hechizo satánico sobre el prefecto Orestes", por tanto "un asesinato político provocado por conflictos antiguos". Entonces, ¿quién fue Hipatia? Dzielska concluye: "No es una pagana activa, sino que simpatiza con el cristianismo y protege a sus alumnos cristianos; y destaca por su autodominio o sofrosine, que colorea tanto su conducta como sus cualidades más intimas; se manifiesta en la abstinencia sexual (permanecer virgen hasta el final de su vida), la modestia en el vestir (manto filosófico), la moderación en el modo de vida y una actitud circunspecta con sus alumnos y los poderosos".
J.Morán. La opinión de Málaga
A la filósofa alejandrina la revive en 1720 el clérigo protestante John Toland, con una obra titulada ´Hipatia, o la historia de una dama de gran belleza, virtud y sabiduría, competente en todo, que fue descuartizada por el clero de Alejandría para satisfacer el orgullo, la envidia y la crueldad del arzobispo, a quien se conoce de manera universal, aunque inmerecida, como San Cirilo´. Un presbítero católico, Thomas Lewis, le dará inmediatamente la réplica: ´La historia de Hipatia, una desvergonzadísima maestra de Alejandría. En defensa de San Cirilo y del clero de Alejandría, contra las acusaciones del señor Toland´.
A partir de ahí, la polémica, atizada después por Voltaire en su ´Diccionario filosófico´: "Cirilo lanza a la chusma cristiana contra ella", veredicto al que el francés añade un consejo: "Cuando se desnuda a mujeres hermosas, no es para perpetrar matanzas". ¿Era Hipatia en la hora de su muerte una mujer joven y bella? ¿Fue su muerte un crimen religioso? ¿Cuál fue la responsabilidad del obispo Cirilo? ¿Existen razones para elevarla como símbolo del feminismo?
Primero, la edad, asunto de trascendencia cinematográfica que el director Amenábar ha decidido resolver con una joven actriz, Rachel Weisz. Amalia González, catedrática de Filosofía del Instituto Padre Feijoo (Gijón), y autora en 2002 de la monografía ´Hipatia´, comenta que se manejan "tres hipótesis sobre su edad al morir, en el 415: que tenía unos 25 años, con lo que no podría haber sido maestra de Sinesio, que recibió las lecciones en el 390; o que era mujer de unos 40 años, o de 60 o 65, que es el cálculo de Maria Dzielska, y que es la más probable". Esta profesora polaca afirma en su libro ´Hipatia de Alejandría´ que, en consecuencia, no era "una mujer joven dotada de un cuerpo digno de Afrodita y capaz de provocar el sadismo y la lujuria de sus asesinos".
Desconocida. Amalia González califica a Hipatia de "figura importante en Filosofía y Ciencia, con comentarios a las obras de matemáticos y filósofos como Diofanto, Arquímedes o Tolomeo; por ejemplo, acerca de cómo medir superficies curvas". Sin embargo, "sigue sin ser nombrada en los manuales de Filosofía y fue desconocida hasta el siglo XVIII, cuando es recuperada, no como personaje histórico, sino como símbolo de algo, como figura legendaria". La perspectiva feminista que maneja Amalia González pretende corregir que "a las mujeres con relevancia histórica no se las suele reconocer". En el caso de Hipatia confluyeron varios factores. "Tras su muerte, dado el conflicto de fondo, pudo no ser aconsejable reivindicarla". Además, "su discípulo Sinesio muere dos años antes que ella, en el 413, con lo que no pudo difundir su obra". Respecto a su muerte, González advierte de que "se produce durante el auge del pensamiento cristiano, pero no se puede culpar al cristianismo, ya que existe entonces en Alejandría un conflicto más de clase y político que religioso". Sí es cierto que "sus asesinos directos son los denominados Parabolanos, el grupo cristiano más próximo a Cirilo, del que se duda si estuvo presente durante el asesinato de Hipatia".
La pelea del momento era entre el obispo Cirilo y Orestes, el gobernador romano, "y en la época del Romanticismo fue cuando se idealizó la relación carnal de la filósofa con Orestes". Sin embargo, "hay un episodio en el que Hipatia rechaza a un pretendiente arrojándole un trapo con su menstruación; ella no mantiene contactos con hombres porque la Filosofía exigía retiro y descuido de lo material".
En suma, "dependiendo de lo que se quería reivindicar con ella, se la ha desligado del contexto, para construir una leyenda", concluye Amalia González.
Por su parte, Gustavo Bueno Sánchez, filósofo y profesor de Filosofía de la Universidad de Oviedo, reflexiona sobre "de dónde procede el interés por Hipatia y, particularmente, el interés de Amenábar". Bueno explica que la recuperación ilustrada de Hipatia, y la posterior, en el siglo XIX, se produce en un "ambiente protestante y anticatólico, según la idea de que el catolicismo frenó el desarrollo de la ciencia, según se recoge en obras como la del químico norteamericano Draper, en su ´Historia de los conflictos entre la religión y la ciencia". Según este planteamiento, "el catolicismo fue freno, pero el protestantismo no, gracias al libre examen y otras doctrinas". Por tanto, "sostenían que con la muerte de Hipatia se acababa la ciencia y se entraba en la oscuridad de los tiempos, pero la idea del freno cristiano a la ciencia es totalmente discutible".
Biblioteca de Alejandría. Otro episodio vinculado a la vida de Hipatia será el de la destrucción de la célebre Biblioteca de Alejandría, el depósito de cultura más importante de la época. "No debe olvidarse que en el año 391, mucho antes de la muerte de Hipatia, el patriarca Teófilo el Grande destruye la Biblioteca, por lo que no pueden asociarse en el tiempo ambos hechos, pero unirlos ha servido para considerar a Hipatia víctima de la intransigencia de los cristianos, es decir, afirmar que así acabó la ciencia en Alejandría", comenta Bueno. Pero "lo que destruye Alejandría es el Islam, el califa Omar, en el siglo VII, cuando dice que hay que destruir todos los libros de la Biblioteca, unos porque son contrarios al Corán y el resto porque coinciden con él y sobran".
"Hipatia es un personaje resucitado literariamente", señala Jorge Fernández Sangrador, director de la Biblioteca de Autores Cristianos y de publicaciones de la Conferencia Episcopal Española. Sangrador es especialista en los orígenes del cristianismo en Alejandría, tema al que dedicó su tesis doctoral. "Se afirma que fue recusada por el cristianismo, por ser platónica, pero no puede plantearse su caso como ortodoxia cristiana frente a heterodoxia", explica Sangrador, quien agrega que "San Atanasio, anterior a Hipatia y el más ortodoxo de todos los tiempos, conocido como el campeón de la ortodoxia, fue expulsado cinco veces de Alejandría".
Por otro lado, "Alejandría era eminentemente sincretista, interdisciplinar y abierta intelectualmente". No obstante, "existía el denominado furor alejandrino, por tratarse de un lugar apasionado por definición; el alejandrino es racional, pero irascible".
La próspera ciudad egipcia era también territorio de la filosofía neoplatónica, "que tiene de positivo la búsqueda de base racional para la fe y la moral, pero de negativo que se despoja de lo humano, lo carnal, para que prevalezca Dios". Por ello "Alejandría despreció a Atanasio, que pertenecía a la corriente cristiana que afirmaba la encarnación de Dios en Jesucristo".
Éste era el contexto del "conflicto filosófico y político, más que religioso, de la muerte de Hipatia, por lo que no se da una contraposición entre Iglesia y pensamiento", precisa Sangrador, quien añade que "no está comprobado que San Cirilo tuviera que ver su muerte".
¿Asesinato político? La citada profesora polaca Maria Dzielska considera en su libro que la causa de la ejecución de Hipatia fue consecuencia de una acusación de "magia y hechizo satánico sobre el prefecto Orestes", por tanto "un asesinato político provocado por conflictos antiguos". Entonces, ¿quién fue Hipatia? Dzielska concluye: "No es una pagana activa, sino que simpatiza con el cristianismo y protege a sus alumnos cristianos; y destaca por su autodominio o sofrosine, que colorea tanto su conducta como sus cualidades más intimas; se manifiesta en la abstinencia sexual (permanecer virgen hasta el final de su vida), la modestia en el vestir (manto filosófico), la moderación en el modo de vida y una actitud circunspecta con sus alumnos y los poderosos".
J.Morán. La opinión de Málaga
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