lunes, 17 de agosto de 2009

Viajando

Una mujer al volante de un todoterreno realiza maniobras extrañas. Está hablando por teléfono a ciento veinte kilómetros por hora. Si se quiere suicidar, que lo haga en el patio de su casa, no junto al coche de mi familia. Irresponsable. A continuación, un cartel nos advierte de un tramo de acumulación de accidentes, y yo me pregunto: ¿no sería mejor que solucionaran el problema? Tal vez deberían cambiarlo por un cartel que dijese: vaya Vd. rezando sus oraciones. Es como cuando advierten de peligro de desprendimientos. Como si se pudiera hacer algo por evitar las piedras. Lo lógico sería que colocaran una malla protectora en la falda de la montaña. Pero es mucho pedir, me temo. Prefieren anunciar el problema como si fuera una mejora de la señalización vial.

Mucha gente tiene la curiosa costumbre de adelantar primero y poner el intermitente después, porque no se diga que no lo han puesto. Pero, es que la función de la luz es avisar precisamente de que vas a cambiar de carril. Y, antes de hacerlo, deberían asegurarse de que hay sitio suficiente. Lo raro es que no haya más accidentes de tráfico. Los Ángeles de la Guarda deben hacer horas extras en verano. También he visto un cartel que decía Inundable, cuando también podría decir: sálvese quien pueda. Luego estan los tramos de obras que se abren oportunamente para la operación salida, y las carreteras peligrosas que nadie ha reformado en veinte años; pero, eso sí, tienen una señal que advierte de que te estas jugando la vida. Algo es algo.

Ahora que he vuelto de vacaciones, aprovecho para hacer un aviso al navegante: cuando digo que no voy a abrir un correo determinado, significa que lo voy a borrar sin leerlo. Soy una persona con palabra. Si no estaría traicionando mis propias ideas.