REDACCION HO.- Christian Vanneste es un diputado católico francés, miembro de la Asamblea Francesa por las listas de la UMP, el partido que lidera el presidente Sarkozy.
Vanneste se mostró hace 4 años muy crítico con la ley francesa que establece sanciones penales contra quienes manifiesten "comportamientos odiosos" hacia las minorías. En defensa de sus puntos de vista, el diputado de Lille declaró en algunos medios de comunicación que "la homosexualidad es un peligro para la Humanidad". (...)
Así que gracias a usted, en Francia se puede decir que la homosexualidad es inferior a la heterosexualidad.
Pero no que las personas sean inferiores. La homosexualidad no se puede institucionalizar, es algo que se refiere a la vida privada. Y niego de manera rotunda que sea algo genético, o que se nazca con ello. Una persona responsable puede corregir esa tendencia. Y quien no esté de acuerdo con esta idea, puede discutírmela, es algo de lo que deberíamos poder hablar y debatir. Lo que no puede es obligarme a callar. No existe el derecho a silenciar a quien tiene un punto de vista distinto.
¿Por qué cree que en nuestras sociedades se está produciendo este fenómeno de censura de las opiniones que no siguen los códigos del pensamiento políticamente correcto?
Se juntan dos fenómenos. Por un lado, desde un punto de vista histórico y sociológico, existe la idea de que todo lo que estuvo debajo, tiene que terminar encima. Es esa suerte de contestación que en Francia denominamos "el espíritu de mayo del 68". Se trata de la revolución por la revolución, y no de la revolución para mejorar las cosas. En absoluto. Se trata de que todo lo que está arriba debe ser rebajado y humillado, y todo lo que estaba abajo debe situarse por encima.
Por ejemplo, en Francia se dice que es necesario un presidente negro, como Obama. Es una idiotez. Los norteamericanos no han elegido a un negro, han elegido al mejor. Obama era mejor que McCain, por eso le eligieron. Pero nosotros decimos que queremos un presidente negro. Y además ni siquiera eso sería una novedad en Francia. En tiempos de De Gaulle el presidente del Senado era negro.
Es algo completamente idiota, hemos convertido el antirracismo en una manifestación racista. Y lo mismo sucede con los homosexuales. ¿Eres heterosexual? ¡Qué vulgaridad!
Todo esto se expresa a través de un movimiento que consiste en humillar a cualquier precio a lo que está por encima y favorecer lo que está por debajo. Es una revolución sin sentido.
Señalaba la existencia de una segunda causa que habría conducido a esta situación de imposición de las minorías.
Sí, hay otro elemento. Es la tendencia fortísima hacia el individualismo. Y la familia es una barrera para alcanzarlo. A menos familia, más triunfa el reino del individuo. En esta línea se inscribe la homosexualidad, que persigue la destrucción de las relaciones familiares heterosexuales. A esto también contribuye el narcisismo propio de la homosexualidad, que se cierra al otro. Es el rechazo del otro.
Una forma de racismo por parte de quienes acusan de racismo a los demás.
Los homosexuales que pretenden asimilar el rechazo a la homosexualidad con el racismo caen en un contrasentido, porque en realidad lo racista es la propia homosexualidad. Lo es profundamente.
De modo nos encontramos frente al individualismo, a la destrucción de la familia, al narcisismo de un colectivo que es además el creador del nomadismo sexual, con sus habitaciones oscuras y su innumerables partenaires sexuales, y que sobre todo representa el carpe diem, el no pensar más que en el momento, sin ningún compromiso. Frente a ello, cuando se defiende a la sociedad y al interés general, eres inmediatamente tachado de reaccionario.
El culto a las minorías y la sobrevaloración de sus intereses por encima del interés general de la nación está poniendo a prueba las democracias. Usted denuncia en su blog la pérdida de vitalidad de la democracia en Europa y habla de "terrorismo intelectual".
Sucede cuando te atemorizan hasta el punto de que te impiden expresarte. El terrorismo recurre a las bombas. El terrorismo intelectual utiliza la ridiculización, las denuncias judiciales, todo este tipo de recursos con el objetivo de callarte. Personas que se consideran a sí mismas demócratas atacan así el fundamento mismo de la democracia, que es la libertad de expresión. Y esa es una batalla decisiva. Si se pierde, desaparece el futuro. Cada vez que he sido condenado he manifestado que era un fracaso de la democracia. Y mi victoria no ha sido contra los homosexuales, ha sido una victoria de la democracia.
Su partido, la UMD, llegó al gobierno con un programa basado en la excelencia, la autoridad, el respeto, el trabajo, etc. No es un discurso muy habitual y hasta puede sonar impopular, pero con esos valores ustedes ganaron las elecciones.
Es que es un discurso popular. Sarkozy ganó las elecciones con ese discurso. Es el mensaje de la izquierda el que no es popular. Estamos convencidos de que la mayoría silenciosa, el pueblo, piensa de esa manera. Cuando la derecha defiende únicamente el liberalismo económico, las cosas no le van bien. En cambio cuando defiende la familia, el orden, el mérito, triunfa.
¿De ahí que Sarkozy parezca últimamente un socialdemócrata cuando habla de economía?
Por supuesto. La crisis. Pero tiene razón. Por ejemplo, yo en la Asamblea Nacional hablo de la moral del capitalismo. No vea cómo se pone la izquierda. Pero hay que ir por ese camino, el de los principios protestantes y el espíritu capitalista. Los que crearon el capitalismo fueron los protestantes, que no pensaban más que en trabajar. El capitalismo del dinero por el dinero, de los paraísos fiscales, es inaceptable. El futuro de la derecha en Europa pasa por lo conservador en la moral y lo pragmático en la economía.